1 - Examen de in genios para las Sciencias /
La segunda propriedad, que no puede tener el hombre, que alcançare esta diferencia de ingenio, es: ser blando y de buena condicion: porque alcança muchas tretas con la ymaginativa, y sabe que por qualquier error y descuydo, se viene a perder un exercito, haze el caso dello, que es menester. Pero la gente de poco saber, llama desassossiego al cuydado; al castigo, crueldad; a la remission, misericordia; y al suffrir y dissimular, las cosas mal hechas, buena condicion. Y esto realmente nace, Examen de ser los hombres necios, que no alcançan el valor de las cosas, ni por donde se an de guiar: pero los prudentes y sabios, no tienen paciencia, ni pueden suffrir las cosas que van mal guiadas, aunque no sean suyas: por donde viven muy poco, y con muchos dolores de espiritu. Y assi dezia Salo mon: (Eccl. cap. 1.) Dedi quoque cor meum ut scirem prudentiam atque doctrinam; erroresque & stultitiam: & agnovi quòd in his quoque esset labor & afflictio spiritus: eo quòd in multa sapientia, multa sit indignatio: & qui addit scientiam, addit & dolorem. Como si dixera: Yo fuy necio y sabio, y halle que en todo ay trabajo. Pero el que a su entendimiento le da mucha sabiduria, luego adquiere mala condicion, y dolores. En las quales palabras parece dar a entender Salomon, que vivia mas a su contento siendo necio, que quando le dieron la sabiduria. Y assi es ello realmente que los necios, viven mas descansados, porque ninguna cosa les da pe na, ni enojo; ni piensan que en saber, nadie les haze ventaja. A los quales llama el vul go, Angeles del cielo, viendo que ninguna cosa les offende; ni se enojan, ni riñen las cosas mal hechas, y passan por todo: y si considerassen la sabiduria y condicion de los Angeles, verian que es palabra mal sonante, y aun caso de inquisicion: porque dende que tenemos uso de razon, hasta que morimos, no hazen otra cosa, sino reñir nos las cosas mal hechas, y avisarnos de lo De Ingenios. que nos conviene hazer. Y si como nos hablan en su lenguaje espiritual (moviendo a ymaginativa) nos dixessen con palabras materiales su parescer, los terniamos por importunos y mal acondicionados. Y sino, miremos que tal parescio aquel Angel que refiere S. Matheo ( Mat.
S. Iuan Baptista era Angel enel officio.
cap. 11.) a Herodes, y a la muger de su hermano Philippo: pues por no oyrle su reprehension, le cortaron la cabeça.