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1 - Examen de in genios para las Sciencias /

Divisiones vero gratiarum

Paul. 1. ad Cor. cap. 12.

sunt, idem autem Spiritus; & divisiones ministrationum sunt, idem autem Dominus; & divisiones operationum sunt, idem verò Deus, qui operatur omnia in o mnibus: unicuique autem datur manifesta tio Spiritus ad utilitatem; alii quidem datur per Spiritum sermo sapientiæ, alii autem ser mo scientiæ, secundùm eundem Spiritum, al teri fides in eodem Spiritu, alii gratia sanita tum in uno Spiritu, alii operatio virtutum, a lii prophetia, alii discretio spirituum, alii ge nera linguarum, alii interpretatio sermonum. Prohemio. Hæc autem omnia operatur unus atque idem Spiritus, dividens singulis prout vult.


2 - Examen de in genios para las Sciencias /

Bien veya Aristoteles por experiencia, que aunque el orador aprendia philoso phia Natural y Moral, Medicina, Meta physia, Iurispericia, Mathematica, Astro logia, y todas las demas artes y sciencias, que de todas no sabia mas que las flores y sentencias averiguadas, sin tener de rayz la razon y causa de ninguna; pero el pensava que el no saber la Theologia, ni el Propter quid, de las cosas, nacia de no averse dado a ello; si assi pregunta, Cur hominem philosophum differre ab oratore putamus? Como si dixera, En que pensamos que dif fiere el philosopho del orador, pues ambos estudian philosophia? Al qual problema responde, que el philosopho pone todo su estudio en saber la razon y causa, de qualquiera effecto; y el orador, en cono De Ingenios.cer el effecto. y no mas. Y realmente no es otra la causa, sino que la philosophia natural pertenesce al entendimiento, de la qual potencia carascen los oradores: y assi no podian saber de la philosophia, mas que la superficie de las cosas. Esta mesma differencia ay entre el Theologo escolastico, y el positivo: que el uno sabe la razon de lo que toca a su facultad; y el otro las proposiciones averiguadas, y no mas. Y siendo esto assi, es cosa muy peligrosa, que tenga el predicador officio y autoridad de enseñar al pueblo Christiano la verdad, y el auditorio obligacion de creerlo. Y que le falta la potencia, con que se saben de rayz las verdades; podremos dezirles (sin mentir) aquello de Christo nuestro Redemptor ((Matth. cap. 15.) Sinite illos: cœci sunt & duces cœcorum. cœcus autem si cœco ducatum prœstet, ambo in foveam cadent. Es cosa intolerable, ver con quanta

Nox nocti indicat scientiam.

osadia se ponen a predicar, los que no saben palabra de Theologia escolastica, ni tienen habilidad natural para poderla aprender.


3 - Examen de in genios para las Sciencias /

Las señales con que se co

Tambien son cortos de vista, por la mucha sequedad del celebro.

Arist . libro de somno & vigilia.

nocen los hombres que son deste temperamento, son muy manifiestas. tienen el color de rostro verdinegro, o cenizoso: los ojos muy encendidos; por los quales De Ingenios. se dixo (Es hombre que tiene sangre enel ojo:) el cavello negro, y calvos: las carnes pocas, asperas, y llenas de vello, las venas muy anchas: son de muy buena conversacion y affables: pero luxuriosos, sobervios, altivos, renegadores, astutos, doblados, injuriosos, y amigos de hazer mal, y vengativos. Esto se entiende quando la melancholia se enciende: pero si se en fria, luego nacen en ellos las virtudes con trarias, castidad, humildad, temor y reve rencia de Dios, charidad, misericordia, y gran reconocimiento de sus peccados, con sospiros y lagrymas: Por la qual razon viven en una perpetua lucha y contienda, sin tener quietud ni sossiego. Unas vezes vence enellos el vicio, y otras la virtud: pero con todas estas faltas, son los mas ingeniosos y habiles para el ministerio de la predicacion, y para quantas cosas de prodencia ay enel mundo; porque tienen entendi miento para alcançar la verdad, y grande ymaginativa para saverla persuadir. Y sino veamos lo que hizo

Cum autem complacuit Deo, qui me segregavit ex utero matris meæ, & vocavit per gratiam suam, ut revelaret Filium suum in me. Paul. ad Gal. cap. 1.

Dios quando quiso fabricar un hombre en el vientre de su madre, a fin que fuesse habil para descubrir al mundo la venida de su hijo, y tuviesse talento para provar y persuadir que Christo era el Mexias prometido en la ley: y hallaremos que haziendole Examen de grande entendimiento y mucha ymaginativa, forçosamente (guardando el orden natural) le sacó colerico y adusto. Y que esto sea verdad, dexase entender facilmente, considerando el grande fuego y furor con que perseguia la yglesia; y la pena que recibieron las Synagogas, quando lo vieron convertido; como que vuissen perdido un hombre de grande importancia, y le vuisse ganado la parte contraria.


4 - Examen de in genios para las Sciencias /

La difficultad es aora: porque los hombres de grande entendimiento, no pueden tener buenos sentidos exteriores, para los singulares, siendo potencias tan disparatas? Y está la razon muy clara; y es, que los sentidos exteriores, no pueden obrar bien, sino assiste con ellos la buena ymaginativa. Y esto hemos de provar de opinion de Aristoteles, [Lib. 3.de anima,] el qual queriendo declarar que cosa es la ymaginativa, dize que es un mo vimiento causado del sentido exterior: de la manera que el color [que se multiplica de la cosa colorada] altera el ojo: y assi es que este mesmo color, que está en el humor crystalino, passa mas a dentro a la yma ginativa; y haze enella la mesma figura que estava enel ojo. y preguntado con qual destas dos especies se haze el conocimiento del singular? todos los philosophos dizen [y muy bien] que la segunda figuras es, la que altera la ymaginativa: y de ambas a dos se causa la noticia; conforme a aquel dicho tan comun: Ab objectis & potentia, paritur notitia. Pero de la primera que está en el humor crystalino, y de la potencia visiva, ningun conocimiento se haze, si no advierte la ymaginativa. lo qual pruevan los medicos claramente, diziendo; Que si a un enfermo le cor-

Quicunque qua corporis parte dolentes, dolorem non sentiunt, iis mens agrotat. Hipp. 2. apho. 6.

tan la carne, o se queman; y que todo esto, no le causa dolor, que es señal de estar la Examen ymaginativa distrayda, en alguna profunda contemplacion. y assi lo veemos tambien por experiencia en los sanos: que si estan distraydos en alguna ymaginacion, ni veen las cosas que tienen delante; ni oyen, aunque los llamen; ni gustan del manjar sabroso, o dessabrido, aunque lo comen. Por donde es cierto, que la ymaginativa es la que haze el juyzio y conocimiento de las cosas particulares; y no el entendimiento, ni los sentidos exteriores. De donde se sigue muy bien, que el medico que supiere mucha Theorica, o por tener grande entendimiento, o grande memoria; que será por fuerça ruyn practico, por la falta que ha de tener de ymaginativa: Y por lo contrario, el que saliere gran practico, forçosamente ha de ser ruyn Theorico: porque la mucha ymaginativa, no se puede juntar con mucho entendimiento, y memoria. Y esta es la causa, por donde ninguno puede salir muy consumado en la medicina, ni dexar de errar en las curas; porque para no coxquear en la obra, ha menester saber el arte y tener buena ymaginativa, para poderla executar. y estas dos cosas, hemos provado, que son incompatibles.


5 - Examen de in genios para las Sciencias /

La difficultad está aora en señalar con que differencia de ymaginativa en particular se ha de exercitar la guerra. Y en esto no me sabria determinar con certidum bre; por ser conocimiento tan delicado, pero yo sospecho que pide un grado mas de calor que la practica de la medicina: y que allega la colera a quemarse del todo. Veese esto claramente, porque los capitanes muy mañosos y astutos, no son muy animosos, ni amigos de romper, ni dar la batalla; antes con embustes y engaños hazen a su salvo los hechos. La qual propriedad contentó mas a Vegecio, que otra ninguna: Boni enim duces non aperto præ lio, in quo est commune periculum, sed ex occulto semper attentant, ut integris suis, quantum possunt, hostes interimant certè aut terreant. Como si dixera: Los buenos capitanes no son aquellos que pelean a cureña rasa, y ordenan una batalla campal, y rompen a su enemigo; sino los que con ardides y mañas le destruyen, sin que les cueste un soldado. El provecho desta manera de in genio, tenia bien entendido el Senado Ro mano: porque puesto caso que algunos famosos capitanes que tuvo, vencian muchas De Ingenios. batallas: pero venidos a Roma a recebir el triumpho y gloria de sus hazañas, eran tantos los llantos que hazian las padres por sus hijos, y los hijos por los padres, y las mugeres por los maridos, y las hermanas por sus hermanos, que no se gozava de los juegos y passatiempos, con la lastima de los que en la batalla quedavan muertos. Por donde determinó el Senado de no buscar capitanes tan valientes, ni que fuessen amigos de romper, sino hombres algo temerosos, y muy mañosos; como Quinto Fabio: del qual se escrive, que por maravilla arriscava el exercito Romano, en ninguna batalla campal (mayormente estando desviado de Roma, donde enel mal sucesso, no podia ser de presto socorrido) todo era dar largas al enemigo, y buscar ardides y mañas; con las quales hazia grandes hechos, y conseguia muchas victorias, sin perdida de un soldado. Este era recebido en Roma, con grande alegria de todos: porque si cien mil soldados sacava, essos mesmos volvia (salvo aquellos que de enfermedad se morian:) la grita que las gentes le davan, era lo que dixo Ennio (Cicer. dialog. de sen.) Vnus homo nobis cunctando restituit rem. Como si dixeran: Uno dando largo al enemigo, nos haze señores del mundo, y nos vuelve nuestros soldados.


6 - Examen de in genios para las Sciencias /

Quanto daño haga a una sciencia, no poderse juntar las demas, notólo Platon , diziendo, que la perfection de cada una en particular, depende de la noticia y co nocimiento de todas: Ningun genero de letras ay, tan disparato para otro, que saberlo muy bien, no ayude a su perfection. Pero que sera, que con aver buscado esta diferencia de ingenio, con mucho cuydado, sola una he podido hallar en España. Por donde entiendo que dixo muy bien Galeno, que fuera de Grecia, ni por sueños, haze naturaleza un hombre templado, ni con el ingenio que requieren todas las sciencias. La razon desto traela el mesmo Galeno, diziendo, (Lib. 2. de sanit. tuenda,) que Grecia es la region mas templada que ay en el mundo; donde el calor del ayre no excede a la frialdad, ni la humedad a la sequedad. La qual templança, haze a los hombres prudentissimos y habiles para todas las sciencias: como parece considerando el gran numero de varones illustres, que della an salido: Socra- tes, Platon , Aristoteles, Hippocrates, Ga- leno, Theophrasto, Demosthenes, Home- ro, Tales Milesio, Diogenes Cinico, Solon, y otros infinitos sabios, de quien las histo De Ingeniosrias hazen mencion: cuyas obras hallaremos llenas de todas las sciencias: No como los escritores de otras provincias; que si escriven medicina, o qualquiera otra sciencia, por maravilla llaman las demas letras, que les den ayuda y favor. Todos son pobres y sin caudal, por no tener ingenio para todas las artes.


7 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

von der Erkenntniß, nach demselbigen Geist. Einem andern der Glaube in demselbigen Geist; einem andern die Gabe gesund zu machen, in demselbigen Geist. Einem andern Wunder zu thun, einem andern Weissagung, einem andern Geister zu unterscheiden, einem andern mancherley Sprachen, einem andern die Sprachen auszulegen. Dieß aber alles wirkt derselbige einige Geist, und theilt einem jeglichen seines zu, nachdem er will

8 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Aristoteles, **) geht einen andern Weg und und spricht: πασα διδασκαλια, και πασα μαθησις διανοητικη, ἐκ προ{!D}ϋπαρχουσης γι-νεται γνωσεως. Dieses will so viel sagen:

*) Plato hat das beste, was man in seinen Werken findet, aus der heiligen Schrift genommen; daher man ihn auch den Göttlichen nannte.

**) ἀναλυτικων ὑϛερων το πρωτον, κεφαλ. α.

alles, was die Menschen lernen und wissen, lernen und wissen sie durch das Hören, Sehen, Riechen, Schmecken und Fühlen; und der Verstand kann von nichts einige Erkenntniß haben, was nicht durch einen von diesen fünf Sinnen in ihn gekommen ist. Er spricht daher an einem andern Orte, *) diese Vermögenheiten kämen, gleich einer polirten Tafel, auf welche noch nichts gezeichnet worden, aus den Händen der Natur. Doch auch diese Meynung ist falsch. Damit wir es aber desto besser beweisen können, müssen wir erst mit den gemeinen Weltweisen darinnen einig werden, daß nur eine Seele in dem menschlichen Körper sey, nämlich die vernünftige, welche der Grund von allem ist, was wir thun und wirken; obgleich ganz verschiedne Meynungen davon sind, und es auch an Leuten nicht fehlt, welche behaupten, daß die vernünftige Seele noch zwey oder drey andre Seelen **) neben sich habe.


9 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Aristoteles erkannte gar wohl aus der Erfahrung, daß ein Redner, ob er gleich die sittliche und natürliche Weltweisheit, die Arzneykunst,Metaphysik, Rechtsgelehrsamkeit, Mathematik, Astrologie und alle andere Künste und Wissenschaften studire, er doch aus allen nichts, als einige Blumen und unzweifelhafte Aussprüche wisse, ohne daß er den wahren Grund davon inne habe. Er glaubte aber, diese gründliche Erkenntniß gebräche ihm nur deswegen, weil er sich nicht darauf gelegt habe. Wenn er also fragt: *) δια τι τον φιλοσοφον του ῥητορος οἰονται διαφερειν; das ist: worinnen der Redner und Philosoph von einander unterschieden wären, da doch beyde die Weltweisheit studirten? so antwortet er: darinnen wären sie unterschieden, daß der Philosoph allen seinen Fleiß auf die Erkenntniß der Ursachen und Gründe einer jeden Wirkung richte, der Redner aber mit der blossen Kenntniß der Wirkungen zufrieden sey. Die wahre Ursache aber ist keine andere, als die, weil die natürliche Weltweisheit von dem Verstande abhänget, als an welcher Vermögenheit es den Rednern fehlt, so daß sie in der Philosophie nur ganz obenhin erfahren seyn können. Eben dieser Unterschied ist zwischen einem scholastischen und praktischen Gottesgelehrten; der eine weiß die Gründe von allen dem,

*) προβλ. τμημ. ιη.

was zu seiner Wissenschaft gehört, der andere aber weiß nichts mehr, als die unstreitigen Wahrheiten daraus. Es ist daher sehr gefährlich, daß ein Prediger Gewalt und Pflicht hat, demchristlichen Volke die Wahrheit zu lehren, und daß dieses Volk verbunden ist, ihm Glauben beyzumessen. Da ihm die Vermögenheit fehlt, durch welche er die Wahrheiten aus dem Grunde erkennen kann, so kann man mit allem Rechte von ihm sagen, was unser Heiland (Matth.XV, 14.) sagt: sie sind blind und blinde Leiter; wenn aber ein Blinder den andern leitet, so fallen sie beyde in die Grube. Es ist etwas unerträgliches, wenn man sieht, mit was für Kühnheit Leute auftreten und predigen, welche doch nicht ein Wort aus der scholastischen Theologie verstehen, und auch keine natürliche Fähigkeit haben, sie zu erlernen. Auch der h. Paulus beklagt sich sehr über diese Leute, wenn er (1. Timoth. I, 5.) sagt: die Hauptsumma des Gebots ist Liebe von reinem Herzen, und von gutem Gewissen, und von ungefärbtem Glauben. Welcher haben etliche gefehlet, und sind umgewandt zu unnützem Geschwätz; wollen der Schrift Meister seyn, und verstehen nicht was sie sagen, oder was sie setzen. Die Waschhaftigkeit unduud das Geschwätz der deutschen, holländischen, englischen und französischen und aller übrigen nordischen Theologen, macht christliche Zuhörer nur verwirrt, indem sie zwar mit grosser Sprachgelehrsamkeit, mit vieler Zierlichkeit und Anmuth der Worte predigen, allein keinen Verstand haben, womit sie die Wahrheit durchdringen könnten. Daß diese aber wirklich Mangel am Verstande haben, ist oben nicht allein aus der Meynung des Aristoteles, sondern auch ausser vielen andern Gründen und Erfahrungen, die wir deswegen beygebracht haben, erwiesen worden. Wenn denDeutschen und Engländern dasjenige wäre eingeschärft worden, was St. Paulus an die Römer schrieb, welche gleichfalls von falschen Predigern belästiget waren, so würden sie sich vielleicht nicht so geschwind haben verführen lassen:Jch ermahne aber euch, lieben Brüder, daß ihr aufsehet auf die, die da Zertrennung und Aergerniß anrichten, neben der Lehre, die ihr gelernet habt, und weichet von denselbigen; denn solche dienen nicht dem HErrn JEsu Christo, sondern ihrem Bauch, und durch süsse Worte und prächtige Rede verführen sie die unschuldigen Herzen. Ueberdieses haben wir auch oben bewiesen, daß diejenigen, welche eine starke Einbildungskraft besitzen, cholerisch, verschmitzt, boshaft, betrügerisch, und allezeit zum Bösen geneigt sind, welches sie mit vieler Geschicklichkeit und Klugheit auszuführen wissen.


10 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Die Kennzeichen, woran man es erkennet, welche Leute dieses Temperament haben, sind sehr deutlich. Die Farbe ihres Gesichts ist schwärzlichgelb und aschebleich; *) die Augen sind fun=

*) Gleichfalls haben sie wegen der grossen Trockenheit des Gehirns ein blasses Gesicht. Αριϛτ. περι ὑπνου και ἐγρηγορσεως.

kelnd, und von ihnen trift das Sprichwort ein: es ist ein Mensch, der Blut im Auge hat; ihr Haupthaar ist schwarz, oder sie sind kahl; das wenige, was sie vom Fleische haben, ist spröde und voller Haare; ihre Adern sind weit; sie selbst sind ungemein gesprächig und gesellschaftlich, dabey aber wollüstig, hochmüthig, stolz, verleugnerisch, listig, falsch, ungerecht, geneigt Uebels zu thun, und besonders rachgierig. Dieses aber nur alsdann, wenn sich die schwarze Galle entzündet; wenn aber die Kälte darinnen wieder überhand nimmt, so entstehen auch sogleich die gegenseitigen Tugenden wieder in ihnen; sie sind keusch, demüthig, haben Furcht und Scheu vorGOtt, erzeigen sich mildthätig und barmherzig, und kommen unter vielen Seufzern und Thränen zur Erkenntniß ihrer Sünden. Sie leben daher in beständigem Kampfe und Streite, ohne die geringste Ruhe und Stille zu geniessen, indem in ihnen bald das Laster, und bald die Tugend überwindet. Dieser Fehler aber ungeachtet sind sie dennoch sehr sinnreich, und zum Predigtamte, überhaupt aber zu allen Welthändeln, wobey Vorsichtigkeit und Klugheit erfordert wird, ungemein geschickt, weil sie sowohl einen grossen Verstand haben, die Wahrheit einzusehen, als auch eine starke Einbildungskraft, die sie in den Stand setzt, die erkannte Wahrheit den Menschen einzureden. Wenn man hieran noch zweifelt, so darf man nur auf das Achtung geben, was GOtt that, als er einen Menschen schon in dem Leibe seiner Mutter tüchtig machen wollte, einmal der Welt die geschehene Zukunft seines Sohnes zu predigen, und ihr zu beweisen, Christus sey derjenige Messias, welcher in dem Gesetze und in den Propheten wäre verheissen worden. *) Sehen wir nicht, daß er bey ihm die verbrannte schwarze Galle, nebst der Cholera, muste herrschen lassen, weil er ihn nach dem ordentlichen Laufe der Natur zu einem Menschen von grossem Verstande und eben so grosser Einbildungskraft machen wollte? Daß sich dieses in der That so verhalte, wird man gar leicht erkennen können, wenn man überlegt, mit welchem Feuer, und mit welcher Wuth, er anfangs die Kirche verfolgte, und wie schmerzlich es den Synagogen fiel, als er sich bekehrte, und sie einen Mann von solcher Wichtigkeit verloren, welcher den gegenseitigen Theil durch seinen Beytritt unglaublich verstärkte. Gleichfalls erkennt man es aus den geschwinden und hitzigen Antworten, deren er sich in seinen Reden, besonders aber in seiner Vertheidigung vor den Proconsuls und den übrigen Richtern, die ihn hatten in Verhaft nehmen lassen, bediente, und wodurch er sowohl seine eigene Sache, als die Sache des ganzen christli

*) Da es aber GOtt wohlgefiel, der mich von meiner Mutterleibe hat ausgesondert und berufen durch seine Gnade, daß er seinen Sohnoffenbarte in mir. Gal. I. 15.

chen Namens mit solcher Geschicklichkeit und Klugheit führte, daß er sie alle überzeugte. Auch fehlte es ihm an der Sprache, und mit dem Reden konnte er sich nicht allzuwohl behelfen, welches Aristoteles gleichfalls für ein Merkmal angiebt, woran man diejenigen erkennet, bey welchen die schwarze verbrannte Galle herrscht.


11 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Die Schwierigkeit bestehet also nunmehr darinnen: warum Leute von grossem Verstande keine guten äusserlichen Sinne, das Besondere zu empfinden, haben können, da der Verstand und die äusserlichen Sinne gleichwohl von einander so sehr verschiedene Fähigkeiten sind? Die Ursache davon ist klar: weil die äusserlichen Sinne nicht wohl wirken können, wenn sie nicht von einer guten Einbildungskraft unterstützt werden. Dieses müssen wir aus der Meynung des Aristoteles beweisen, welcher, wenn er *) erklären will, was die Einbildungskraft sey, sagt, sie sey eine von einem äusserlichen Sinne verursachte Bewegung, **) so daß, zum Beyspiel, die Farbe, welche sich von der gefärbten Sache trennt, das Auge verändert; und daß hernach diese Farbe, welche in der krystallischen Feuchtigkeit ist, weiter bis zu der Einbildungskraft hinein dringt, und in ihr eben dasjenige Bild hervorbringt, welches im Auge war. Fragt man nun, durch welches von diesen zwey Bildern man das Besondere

†) Die Prüfung dieser sonderbaren Behauptung muß ich bis in die Zusätze versparen, weil sie zu einer Note zu weitläuftig ist. E.

*) βιβλ. γ. περι ψυχης.

**) ἡ φαντασια ἀν ἐιη κινησις ὑπο της ἀισϑη-σεως της κατ' ἐνεργειαν γιγνομενης.

erkenne, so sagen alle Weltweisen und zwar mit Grund, daß das zweyte Bild dasjenige sey, welches auf die Einbildungskraft wirke, und dieErkenntniß also aus allen beyden entstehe; nach dem bekannten Ausspruche der Weltweisen: ab obiectis et potentia paritur notitia. Aus dem ersten Bilde aber, welches in der krystallischen Feuchtigkeit ist, und aus der blossen Vermögenheit zu sehen, kann noch keine Erkenntniß entstehen, wenn nicht die Einbildungskraft dabey aufmerksam ist. Dieses beweisen die Aerzte unwidersprechlich, wenn sie es als einen Lehrsatz angeben, daß es ein Zeichen einer zerstreueten, und in tiefe Betrachtungen vergrabenen Einbildungskraft sey, wenn der Kranke bey Ausschneidung oder Verbrennung des Fleisches keine Empfindung habe. Οκοσοι πονεοντες τι του σωματος τα πολλα των πονων οὐκ ἀισϑα-νονται, τουτεοισιν ἡ γνωμη νοσεει. *) Sogar an gesunden Personen zeigt uns oft die Erfahrung, daß, wenn sie sich mit ihrer Einbildungskraft allzusehr vertieft haben, sie auch das nicht sehen, was vor ihren Augen ist; sie hören nicht, wenn einer sie schon ruft; sie schmecken das Allerschärfste und Schmackhafteste nicht, wenn sie es schon essen. Es ist also unwidersprechlich, daß die Einbildungskraft dasjenige sey, welches das Besondere an den Dingen erkenne, und davon urtheile; und daß dieses nicht durch den Verstand oder durch die äusserlichen Sinne ge

*) Ιπποκρ. ἀφορ. τμ. β.

schehe. Und hieraus nun folget ganz deutlich, daß derjenige Arzt, welcher ein grosser Theoreticus ist, es sey nun wegen seines grossen Verstandes oder wegen seines grossen Gedächtnisses, nothwendig ein schlechter Practicus seyn müsse, weil es ihm an der Einbildungskraft fehlt. Hingegen muß derjenige, welcher ein geschickter Practicus ist, nothwendig ein ungeschickter Theoreticus seyn, †) weil er wegen der starken Einbildungskraft, die er besitzt, nicht zugleich auch einen grossen Verstand und ein starkes Gedächtniß besitzen kann. Dieses ist also die Ursache, warum niemand in der Arzneykunst vollkommen werden, oder es in seinen Kuren dahin bringen kann, daß er niemals irre. Um niemals irren zu können, müßte man nicht nur die ganze Wissenschaft nach ihrem Umfange einsehen, sondern auch eine starke Einbildungskraft besitzen, die erkannte Wissenschaft allezeit gehörig anzuwenden; beyde Stücke aber, wie wir bewiesen haben, können unmöglich beysammen stehn.


12 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Die Schwierigkeit bestehet nunmehr nur darinnen, daß wir auch die Art der Einbildungskraft bestimmen, mit welcher der Krieg eigentlich geführet wird. Hierüber aber werde ich mich nicht mit allzugrosser Gewißheit auslassen können, weil eine allzufeine Erkenntniß darzu erfordert wird. Was ich aber vermuthe ist dieses, daß noch ein Grad mehr Wärme dazu erfordert werde, als zur Ausübung der Arzneywissenschaft, und daß sich die Cholera ganz und gar verbrennen müsse. Dieses erhellet gar deutlich, weil die allerverschlagensten und listigsten Feldherren eben nicht die allertapfersten und kühnsten zum Anfalle und bereitwilligsten zur Schlacht sind; sondern vorher auf unzählige Ränke und Hinterhalte bedacht sind, damit sie ihre That desto sichrer ausführen können. Diese Eigenschaft lobt Vegetius mehr, als irgend eine andere: boni enim duces non aperto prae- lio, in quo est commune periculum, sed ex oc- culto semper attentant, vt integris suis, quan- tum possunt, hostes interimant certe aut ter- reant. Das ist: die besten Feldherren sind nicht diejenigen, welche in freyem Felde streiten, es zur offenbaren Schlacht kommen lassen, und auf ihre Feinde ohne Hinterlist losgehen, sondern diejenigen sind es, welche sie mit Ränken und durch Hinterhalte ohne Verlust ihrer eignen Mannschaft schwächen. Den Nutzen, den diese Art des Genies bringt, sah der römische Rath nur allzuwohl ein: denn wenn auch verschiedene berühmte Feldherren, die er hielt, viel Schlachten gewonnen hatten, und in Rom deßwegen die gewöhnlichen Ehrenbezeigungen und den Triumph erhielten; so war doch das Klagen und Weinen der Väter um ihre Söhne, der Söhne um ihre Väter, der Weiber um ihre Männer, der Brüder um ihre Brüder so groß, daß man alle die öffentlichen Lustbarkeiten vor Beweinung der in der Schlacht gebliebenen nicht geniessen konnte. Der Senat beschloß also, keine so tapfre Feldherren, die es sogleich zur Schlacht kommen liessen, mehr zu wählen, sondern behutsame und listige Anführer aufzusuchen, wie Quintus Fabius war, von welchem die Geschichtschreiber melden, daß er selten oder gar nicht die römische Armee einer offenen Feldschlacht ausgesetzt habe, besonders, wenn er weit von Rom entfernet gewesen wäre, daß er also nicht so bald wieder frisches Volk hätte bekommen können, wenn er sollte unglücklich gewesen seyn. Seine ganze Kunst bestand darinnen, daß er dem Feinde auswich, und sich auf nichts, als auf Ränke und Hinterhalte legte; wodurch er sehr grosse Thaten verrichtete, und sehr viel Siege ohne einen Mann zu verlieren erlangte. Er wurde daher in Rom mit allgemeinen Freuden empfangen: denn wenn er mit fünftau send Soldaten ausgezogen war, so kam er mit eben so vielen wieder zurück, diejenigen ausgenommen, welche eine Krankheit hingerissen hatte. Die Zurufungen des Volks waren, wie sie Ennius ausdrückt: *) unus homo nobis cunctando resti- tuit rem. Einer macht uns dadurch, daß er dem Feinde ausweicht, zu Herren der Welt und erhält uns unsere Soldaten.


13 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Wie schädlich einer Wissenschaft es sey, wenn man die übrigen nicht damit verbinden kann, dieses hat schon Plato angemerkt, wenn er behauptet, die Vollkommenheit in einer jeden Wissenschaft insbesondere, hänge von der allgemeinen Erkenntniß aller Wissenschaften ab: denn kein Theil derGelehrsamkeit ist von dem andern so sehr entfernt, daß die Kenntniß des einen nicht zur Vollkommen heit in dem andern vieles beytragen könne. Was soll man aber denken, daß ich, so sorgfältig ich auch diese Art des Genies aufgesucht habe, nicht mehr als ein einziges Beyspiel davon in Spanien habe finden können? Sollte nicht daraus deutlich folgen, daß Galenus mit Recht behaupte, dieNatur habe es sich nicht einmal im Traume einkommen lassen, ausser Griechenland einen Menschen von einem gemässigten Temperamente, und einem Genie, daß sich zu allen Wissenschaften zugleich schicke, zu machen? Die Ursache davon giebt Galenus*) selbst an, wenn er versichert, daß Griechenland die allergemäßigste Gegend in der ganzen Welt sey, wo weder die Wärme der Luft die Kälte, noch die Feuchtigkeit die Trockenheit übertreffe. Diese Temperatur bringt die allerklügsten und zu allen Wissenschaften geschicktesten Leute hervor, wie es deutlich aus der grossen Anzahl der berühmten Männer, welche in Griechenland sind gebohren worden, erhellt. Sokrates,Plato, Aristoteles, Hippokrates, Galenus, Theophrastus, Demosthenes, Homerus, Thales, Diogenes, Solon und unzählige andre Weise, deren die Geschichte gedenkt, zeigen in ihren Werken eine allgemeine Kenntniß des ganzen Umfanges der Gelehrsamkeit. Schriftsteller aus andern Ländern hingegen, wenn sie etwas schreiben, das in die Medicin oder in eine andere Wissenschaft schlägt, rufen selten oder gar nicht die übrigen Wissenschaften, woraus sie Erläuterungen für ih

*) ὑγιεινων βιβλ. β.

re Materie nehmen könnten, zu Hülfe. Alle sind arm und bald erschöpflich, weil sie kein Genie haben, das zu allen Wissenschaften bequem ist.


14 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Das, was sie ihm zu essen gab, war diejenige Speise, welche die Griechen für die geschickteste befunden hatten, ihren Söhnen Genie undWeisheit zu ertheilen. Diese war, wie wir oben schon gesagt haben, Butter mit Honig vermischt; wie denn auch der Prophet Jesaias sagt: Butter und Honig wird er essen, daß er wisse Böses zu verwerfen und Gutes zu erwählen. Durch diese Worte, scheint es, als wollte der Prophet zu verstehen geben, daß er zwar wahrerGOtt, aber auch zugleich wahrer Mensch seyn solle, und daß er natürliche Weisheit zu erlangen, eben die Mittel werde anwenden müssen, welche andere Menschenkinder dazu anzuwenden pflegten; ob es gleich in der That sehr schwer zu begreifen ist, und sehr ungereimt zu seyn scheint, wenn man glaubt, Christus unser Heiland habe dadurch im Alter das Böse zu verwerfen und das Gute zu erwählen gewußt, weil er in seiner Kindheit Butter und Honig gegessen; da er alsGOtt unendliche Weisheit besaß, und als Mensch von dem Vater alle Wissenschaft und Erkenntniß unmittelbar bekommen hatte, deren nur ein Mensch natürlicher Weise fähig seyn kann. Und daher ist es gewiß, daß er in dem Leibe seiner Mutter eben so viel wußte, als in seinem drey und dreyssigsten Jahre, ob er gleich damals noch nicht Butter und Honig gegessen, oder andere natürliche Mittel, welche zur menschlichen Weisheit erfordert werden, angewandt hatte.


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Among the manifold theological enquiries which occurred to him as deserving his most serious examination; he chused to begin with the grand fundamen tal one concerning the being, perfections, and provi dence of God. The reverend Dr. Clark's learned and ingenious book on this subject, published a short time before, fell into his hands. Tho'he most heartily approved of all the Doctor's conclusions, and had the highest sense of his singular abilities and virtues, yet after the most serious and attentive consideration of his arguments, he did not find that conviction from them which he wished and expected. In order to procure more satisfaction on this subject, and particularly with regard to the force and solidity of the arguments a priori (as they are commonly called) he wrote a let ter to him, about the year 1717, urging his objections, and desiring a further explication. Whether the Doctor returned any answer to this letter does not ap pear from Dr. Hutcheson's papers. After all the enquiry he could make, he still continued extremely doubtful of the justness and force of all the metaphysical arguments, by which many have endeavoured to demonstrate the existence, unity, and perfections of PREFACE.v the Deity. He not only thought that these kind of arguments were not adapted to the capacity of the bulk of mankind, but even that they could afford no solid and permanent conviction to the learned themselves. It was his opinion in this early part of his life, and he never saw cause to alter it, that as some subjects from their nature are capable of a demonstrative evidence, so others admit only of a probable one; and that to seek demonstration where probability can only be obtained is almost as unreasonable as to demand to see sounds or hear colours. Besides he was persuaded that attempts to demonstration on such subjects as are incapable of it were of very dangerous consequence to the interests of truth and religion: because such attempts instead of conducting us to the absolute cer tainty proposed, leave the mind in such a state ofdoubt and uncertainty as leads to absolute scepticism: for if once we refuse to rest in that kind of evidence, which the nature of the subject only admits of, and go on in pursuit of the highest kind, strict demonstration, we immediately conclude there is no evidence, because we do not meet with that kind of it which we expected: and thus the mind remains in a state of vi PREFACE. absolute uncertainty, imagining there is no evidence, when all that the nature of the case admits of is laid before it, and enough to satisfy every one whose un derstanding is not disordered with an unnatural thirstfor scientifical knowledge on all subjects alike. This opinion of the various degrees of evidence adapted to various subjects first led Dr. Hutcheson to treat mo rals as a matter of fact, and not as founded on the abstract relations of things. But of this more particularly hereafter.