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1 - Fils naturelle /

On me dépouille. On charge mon maître de liens. Ce fut alors que je ne pus retenir mes cris. Je l'appellai plusieurs fois: Mon maître, mon cher maître! Il m'entendit, me regarda, laissa tomber ses bras tristement, se retourna, & suivit, sans parler, ceux qui l'environnoient .... Cependant on me jette à moitié nud, dans le lieu le plus profond d'un bâtiment, pêle-mêle, avec une foule de malheureux, abandonnés impitoya- 70 LE FILS NATUREL, blement dans la fange, aux extrémités terribles de la faim, de la soif & des maladies. Et pour vous peindre en un mot toute l'horreur du lieu, je vous dirai qu'en un instant j'y entendis tous les accens de la douleur, toutes les voix du désespoir; & que, de quelque côté que je regardasse, je voyois mourir.


2 - Der natürliche Sohn /

Man ziehet mich aus. Man legt meinen Herrn in Fesseln. Nun konnte ich mich des Schreyens nicht länger enthalten. Ich rufte ihn zu verschiednenmalen: Mein Herr, mein liebster Herr.Er hörte mich, er blickte mich an, er ließ seine Arme traurig sinken, er wandte sich um, er folgte den Leuten, die ihn umringten, ohne ein Wort zu71 reden. -- Unterdessen wirft man mich halb nacket in den allertiefsten Raum eines Schiffes, wo ich, unter einer Menge von Unglücklichen, ohne Barmherzigkeit, allen Martern des Hungers und des Durstes und der Krankheiten, Preis gegeben wurde. Und Ihnen mit einem Worte alle Schrecken dieses Orts zu schildern, muß ich Ihnen sagen, daß ich in einem einzigen Augenblicke alle Töne des Schmerzes, alle Stimmen der Verzweiflung auf einmal hörte, und daß ich auf allen Seiten, wo ich meine Augen nur hinwarf, Raube des jämmerlichsten Todes erblickte.


3 - Examen de in genios para las Sciencias /

Aristoteles [Lib. 2. de physica auscultatio ne,] y los demas Philosophos naturales, descienden mas en particular, y llaman naturaleza, a qualquiera forma sustancial que da ser a la cosa, y es principio de todas sus obras: en la qual significacion, nuestra ani ma racional con ra zon se llamara naturaleza: porque della recebimos el ser formal que tenemos de hombres, y ella mesma es principio de quanto hazemos y obramos: pero como todas las animas racionales sean de ygual perfection [assida del sabio como la del necio] no se puede affirmar que naturaleza [en esta significacion] es la que haze al hombre habil: porque si esto fuesse verdad, todos los hombres ternian ygual ingenio y saber: y assi el mesmo Arist. [30.Sect. probl. 1.] busco otra significacion de naturaleza, la qual es razon y causa de ser el hombre habil o inhabil, diciendo que el temperamento de las quatro calidades primeras [calor, frialdad, humedad y sequedad] se a de llamar naturaleza, porque desta nacen todas las habilidades del hombre, todas las virtudes y vicios, y esta gran va riedad que vemos de ingenios. Y pruevase claramente, considerando de las edades de Examen un hombre sapientissimo: el qual en la puericia no es mas que un bruto animal, ni usa de otras potencias mas que de la irascible y concupiscible: pero venida la adolescencia, commiença a descubrir un ingenio admirable, y vemos que le dura hasta cierto tiempo y no mas: porque viniendo la vejez cadadia va perdiendo el ingenio, hasta que viene a caducar. Esta variedad de ingenios cierto es, que nace del

De malos terminos uso Hippocrates, quando dixo: Hominis anima semper producitur usque ad mortem.6. Epid. part. 5. com men. 5. Hippo. & Gal. lib. 1. de natura hu mana. Et Plat. in Phædo lib. quod animi mores corporis temper aturam insequantur.

anima racional, porque en todas las edades es la mesma, sin aver recebido en sus fuer ças y sustancia ninguna alte racion, smo que en cada edad tiene el hombre vario temperamento, y contraria disposicion, por razon de la qual haze el anima unas obras en la puericia, y otras en la juventud, y otras en la vejez. de donde tomamos argumento evidente, que pues una mesma anima haze contrarias obras en un mesmo cuerpo, por tener en cada edad contrario temperamento; que quando dos mochachos, el uno es habil, y el otro necio, que nace de tener cada uno temperamento diferente del otro, al qual (por ser principio de todas las obras del ani ma racional) llamaron los medicos y phi losophos naturaleza: de la qual significacion se verifica propria aquella sentencia: De Ingenios.Natura facit habilem. En confirmacion desta doctrina escrivio Galeno un libro, provando que las costumbres del animo, siguen el temperamento del cuerpo donde esta, y que por razon del calor, frialdad, humidad, y sequedad de la region que habitan los hombres, y de los manjares que comen, y de las aguas que beven, y del ayre que respiran, unos son necios, y otros sabios: unos valientes, y otros covardes: unos crue les, y otros misericordiosos: unos cerrados de pecho, y otros abiertos: unos mentirosos, y otros verdaderos: unos traydores, y otros leales: unos inquieros, y otros sossegados: udos doblados, y otros senzillos: unos escasos, y otros liberales: unos vergonçosos, y otros desvergonçados: unos incredulos, y otros faciles de persuadir. y para provar esto, trae muchos lugares de Hippocrates, Platon, y Aristoteles, los quales afirmaron, que la differencia de las na ciones, assi en la compostura del cuerpo, como en las condiciones del anima, nace de la variedad deste temperamento. Y veese claramente por experiencia, quanto di sten los Griegos de los Scitas, y los Fran ceses de los Españoles, y los Indios de los Alemanes, y los de Æthiopia de los Ingle ses. Y no solamente se echa de ver en regiones tan apartadas: pero si consideramos las Provincias que rodean a toda España, podremos repartir las virtudes y vicios que hemos contado, entre los moradores Examen dellas, dando a cada qual su vicio, y virtud. Y sino, consideremos el ingenio y costum bres de los Catalanes, Valencianos, Murcianos, Granadinos, Andaluzes, Estremeños, Portoguesos, Gallegos, Asturianos, Montañeses, Vizcaynos, Navarros, Aragoneses, y los del riñon de Castilla; Quien no vee y conosce lo que estos diffieren entre si: no solo en la figura del rostro y compostura del cuerpo, pero tambien, en las virtudes y vicios del anima: y todo nace de tener cada provincia destas su particular y diferente temperamento. Y no solamente se conoce esta variedad de costumbres en regiones tan apartadas, pero aun en lugares que no distan mas que una pequeña legua, no se puede creer la differencia que ay de ingenios entre los moradores. Fi nalmente todo lo que escrive Galeno en su libro, es el fundamento desta mi obra: aunque el no atinó en particular a las diferencias de habilidad que tienen los hombres, ni a las sciencias que cada una demanda en particular: aunque bien entendio que era necessario repartir las sciencias a los mochachos, y

Solertiam naturalem in pueris expectare prudentißimi in unaquaque civitate seniores ac judicare deberent: atque ita dare operam, ut sus naturæ convenientem artem quisque discat. Libro de Placitis Hippoc. & Platonis.

dar a cada uno la que pedia su habilidad natural, pues dixo, que las republicas bien ordenadas avian de tener hombres de gran prudencia y saber, que en la tierna edad descubriessen a cada uno su De Ingenios. ingenio y solercia natural: pa ra hazerle aprender el arte que le convenia, y no dexarlo a su election.


4 - Examen de in genios para las Sciencias /

Del qual aviso se enojó Olofernes: co mo hombre confiado, dado a mugeres, y que bevia vino; las quales tres cosas, desbaratan el consejo, que es necessario enel arte militar. Y assi dixo Platon (De legibus) que le avia contentado aquella ley que tenian los Carthaginenses: por la qual mandavan, que el Capitan general (estando Examen enel exercito) no beviesse vino: porque este licor (como dize Aristoteles, 14. Sect. probl. 15.) haze a los hombres de ingenio turbulento, y les da animo demasiado, co mo se mostró Olofernes, en aquellas pala bras tan furiosas que dixo a Achior. El in genio pues, que es menester para los embustes, y engaños, assi para hazerlos, como para entenderlos, y hallar el temedio que tienen, apuntólo Ciceron, trayendo la descendencia deste nombre versutia: el qual dize, que viene deste verbo versor, ris: porque los que son mañosos, astutos, doblados, y cavilosos, en un momento atinan al engaño, y menean la mente con fac lidad: y assi lo exemplificó el mesmo Ciceron, diziendo: (De natura Deorum) Chrysippus, homo sine dubio versutus & callidus. Versutos appello quorum celeriter mens versatur. Esta propriedad de atinar presto al medio, es so lercia; y pertenesce a la ymaginativa: porque las potencias que consisten en calor, hazen de presto la obra. y por esso los hom bres de grande entendimiento, no valen nada para la guerra: porque esta potencia es muy tarda en su obra, y amiga de recti tud, de llaneza, de simplicidad y misericor dia. Todo lo qual suele hazer mucho daño en la guerra. Y fuera desto no saben astucias ni ardides, ni entienden como se pueden hazer: y assi les hazen muchos engaños, porque de todos se fian. Estos son buenos para tratar con amigos, entre los quales no De Ingenios. es menester la prudencia de la ymaginativa, sino la rectitud y simplicidad del entendimiento, el qual no admite doblezes, ni hazer mal a nadie: pero para con el enemigo, no valen nada; porque este trata siempre de offender con engaños; y es menester tener el mesmo ingenio para poderse am parar. Y assi aviso Christo nuestro redem ptor a sus discipulos, diziendo: (Matth. cap. 10.) Ecce mitto vos sicut oves in medio luporum: estote ergo prudentes, sicut serpentes; &simplices, sicut columbæ. Como si les dixera: Mirad que os embio como ovejas en medio de los lobos: sed prudentes como las serpientes, y simples como palomas. De la prudencia se ha de usar con el enemigo, y de la llaneza y simplicidad con el amigo.


5 - Examen de in genios para las Sciencias /

La segunda propriedad, que no puede tener el hombre, que alcançare esta diferencia de ingenio, es: ser blando y de buena condicion: porque alcança muchas tretas con la ymaginativa, y sabe que por qualquier error y descuydo, se viene a perder un exercito, haze el caso dello, que es menester. Pero la gente de poco saber, llama desassossiego al cuydado; al castigo, crueldad; a la remission, misericordia; y al suffrir y dissimular, las cosas mal hechas, buena condicion. Y esto realmente nace, Examen de ser los hombres necios, que no alcançan el valor de las cosas, ni por donde se an de guiar: pero los prudentes y sabios, no tienen paciencia, ni pueden suffrir las cosas que van mal guiadas, aunque no sean suyas: por donde viven muy poco, y con muchos dolores de espiritu. Y assi dezia Salo mon: (Eccl. cap. 1.) Dedi quoque cor meum ut scirem prudentiam atque doctrinam; erroresque & stultitiam: & agnovi quòd in his quoque esset labor & afflictio spiritus: eo quòd in multa sapientia, multa sit indignatio: & qui addit scientiam, addit & dolorem. Como si dixera: Yo fuy necio y sabio, y halle que en todo ay trabajo. Pero el que a su entendimiento le da mucha sabiduria, luego adquiere mala condicion, y dolores. En las quales palabras parece dar a entender Salomon, que vivia mas a su contento siendo necio, que quando le dieron la sabiduria. Y assi es ello realmente que los necios, viven mas descansados, porque ninguna cosa les da pe na, ni enojo; ni piensan que en saber, nadie les haze ventaja. A los quales llama el vul go, Angeles del cielo, viendo que ninguna cosa les offende; ni se enojan, ni riñen las cosas mal hechas, y passan por todo: y si considerassen la sabiduria y condicion de los Angeles, verian que es palabra mal sonante, y aun caso de inquisicion: porque dende que tenemos uso de razon, hasta que morimos, no hazen otra cosa, sino reñir nos las cosas mal hechas, y avisarnos de lo De Ingenios. que nos conviene hazer. Y si como nos hablan en su lenguaje espiritual (moviendo a ymaginativa) nos dixessen con palabras materiales su parescer, los terniamos por importunos y mal acondicionados. Y sino, miremos que tal parescio aquel Angel que refiere S. Matheo (Mat.

S. Iuan Baptista era Angel enel officio.

cap. 11.) a Herodes, y a la muger de su hermano Philippo: pues por no oyrle su reprehension, le cortaron la cabeça.


6 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Aristoteles, *) und die übrigen Philosophen, drücken sich näher aus, und erklären die Natur durch die selbstständige Form, welche einem Dinge das Seyn giebt, und die Grundursache aller seiner Wirkungen ist. Nach dieser Erklärung würde unsere vernünftige Seele die Natur zu nennen seyn, weil sie es ist, die uns zu Menschen macht, und von ihr alle unsre Handlungen und Verrichtungen herrühren. Da aber alle vernünftige Seelen von einerley Vollkommen

*) Φυσικης ἀκροασεως το β. κεφ. α.

heit sind, sowohl die Seele des Weisen als des Narren, so kann man nicht behaupten, daß die Natur in dieser Bedeutung dasjenige sey, welches den Menschen die Fähigkeit gäbe; weil sonst alle Menschen ohne Ausnahme einerley Genie, und einerley Seelenkräfte haben müßten. Aristoteles selbst sucht daher *) eine andre Bedeutung des Worts Natur, in so ferne sie die Ursache ist, warum die Menschen fähig oder unfähig sind. Er sagt nämlich, die verschiednen Vermischungen der Wärme, Kälte, Feuchtigkeit und Trockenheit wäre es, welche man die Natur nennen müsse, weil nur von dieser Vermischung alle Fähigkeiten des Menschen, seineTugenden und seine Laster, und die grosse Verschiedenheit ihrer Genies abhängen könnten. Dieses erhellet deutlich, wenn man die verschiednen Lebensalter auch des weisesten Menschen betrachtet. Er ist in seiner Kindheit nichts als ein unvernünftiges Thier, an welchem sich keine andere Kräfte äussern, als Zorn und Begierde. Jn seiner Jugend fängt er allmälig an, das vortrefliche Genie zu entdecken, welches aber, wie die Erfahrung lehret, nur eine gewisse Zeit und nicht länger dauert; denn wenn das Alter herannahet, so vermindern sich seine Kräfte von Tag zu Tage, bis sie sich endlich gar verlie=

*) προβληματων τμημα το λ.

ren. *) Daß diese Verschiedenheit des Genies nicht von der vernünftigen Seele herrührt, ist unwidersprechlich, weil sie in allen Lebensaltern eben dieselbe ist, ohne an ihren Kräften oder an ihrem Wesen die geringsten Veränderungen zu er dulden; sondern daher, daß jedes Alter sein besondres Temperament, und seine verschiedne Leibesbeschaffenheit hat, vermöge welcher die Seele gewisse Handlungen in der Kindheit, andre in der Jugend, und andre im Alter vornimmt. Da aber, welches unleugbar ist, eben dieselbe Seele in eben demselben Körper ganz verschiedene Handlungen wirken kann, weil sie in jedem Alter ein ganz verschiednes Temperament hat; so kann ja wohl auch der Unterschied zweyer Knaben, wovon der eine fähig, der andre aber dumm ist, nirgends anders herrühren, als aus beyder durchaus verschiednem Temperamente, welches die Arzneygelehrten und Weltweisen, weil von ihm alle Handlungen der vernünftigen Seele bestimmt werden, die Natur nennen. Jn dieser Bedeutung nun hat der Ausspruch seine vollkommene Richtigkeit: die Natur macht

*) Hippokrates drückt sich sehr schlecht aus, wenn er (ἐπιδημιων το ἑκτον, τμημα πεμ-πτον) sagt: ἀνθρωπου ψυχη αει φυεται με- χρι θανατου. Siehe des Galenusεἰς το περι Φυσεως ἀνθρωπου του Ιπποκρατους ὑπομνημα α; sein Buch, ὁτι τα της ψυχης ἠθη ταις του σωματος κρασεσι επεται, und des Plato Gespräch περι ψυχης.

uns fähig. Zur Bestärkung dieser Lehre schrieb Galenus ein ganzes Buch, worinnen er bewies, daß die Eigenschaften der Seele von dem Temperamente des mit ihr verbundenen Körpers abhängen, und daß, nach Beschaffenheit der Wärme, Kälte, Trockenheit oder Feuchtigkeit des Landes, nach Beschaffenheit der Speisen, des Wassers, und der Luft, die Menschen bald dumm, bald klug; bald tapfer, bald feige; bald grausam, bald barmherzig; bald zurückhaltend, bald offenherzig; bald lügenhaft, bald aufrichtig; bald verrätherisch, bald treu; bald unruhig, bald stille; bald verschmitzt, bald einfältig; bald geitzig, bald freygebig; bald verschämt, bald unverschämt; bald schwer, bald leicht zu überreden wären. Er führt in dieser Absicht eine ziemliche Anzahl Stellen aus dem Hippokrates, Plato und Aristoteles an, welche alle behaupten, daß die Verschiedenheit der Völker, sowohl in Ansehung des Baues ihrer Körper, als der Aeusserungen ihrer Seelen, von der Verschiedenheit des Temperaments herrühre. Und man darf nur die Erfahrung zu Rathe ziehen. Wie unendlich sind nicht die Griechen von den Scythen, die Franzosen von den Spaniern, die Jndianer von den Deutschen, die Aethiopier von denEngländern unterschieden! Doch, was brauchen wir so weit entlegene Länder gegen einander zu halten? Wir dürfen ja nur die Provinzen betrachten, die das einzige Spanien umschließt, und es wird nicht schwer seyn, eine Aus theilung der nur gedachten Tugenden und Laster unter ihnen zu machen. Man betrachte nur einmal das Genie und die Sitten der Catalonier, der Valencianer, der Murcianer, der Granadiner, der Andalusier, der Estremenger, der Portugiesen, der Galleger, der Asturianer, der Montangesen, der Biscajaner, der Navarrer, der Arragonesen, und der innersten Einwohner Castiliens. Wer sieht nicht, wie sehr sie nicht allein nach ihrer Gesichtsbildung, und nach dem Baue ihres Körpers, sondern auch nach den Tugenden und Lastern ihrer Seelen von einander abweichen? Alle diese Abweichungen aber entstehen bloß daher, weil jede Provinz ihre besondere, und von andern unterschiedene natürliche Einrichtung hat. Doch auch diese Provinzen mögen noch zu weit auseinander liegen; der Unterschied der Sitten äussert sich schon an Oertern, die kaum eine kleine Meile von einander entfernet sind, so daß die Mannigfaltigkeit derGenies unter den Einwohnern eines sehr kleinen Strichs ganz unglaublich ist.


7 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Doch über diesen Rath ward Holofernes erbittert, weil er ein kühner Mann und demFrauenzimmer und dem Weine sehr ergeben war, als welche drey Stücke alle Anschläge, die bey der Kriegskunst nöthig sind, verwirren.Plato*) sagt daher: daß ihm das Gesetz der Carthaginenser ungemein wohl gefallen habe, vermöge dessen kein oberster Feldherr, so lange er bey der Armee sey, Wein trinken dürfen; weil dieser Saft, wie Aristoteles**) sagt, die Menschen auffahrend und übermüthig macht, wie es an dem Holofernes und aus seiner wütenden Rede gegen den Achior zu ersehen ist. Das Genie

*) περι νομοθεσιας.

**) προβλ. τμημ. ιδ.

übrigens, welches man gegen die Feinde nöthig hat, wenn man ihnen theils Fallen stellen, theils den von ihnen gestellten Fallen entgehen will, hat Cicero sehr wohl eingesehen, wenn er von dem Ursprunge des Worts versutia redet, und es von dem Worte versari ableitet, weil alle listige, verschlagen, und tückische Leute in einem Augenblicke auf eine Hinterlist fallen, und ihren Geist mit leichter Mühe hier und dahin wenden können, wie es Cicero selbst durch ein Beyspiel deutlicher macht, wenn er *) sagt: Chrysippus homo sine dubio versutus et callidus. Versutos appello, quo- rum celeriter mens versatur. Diese Fähigkeit, bald auf ein Mittel zu fallen, ist die Scharfsinnigkeit, und gehört der Einbildungskraft zu; weil alle Vermögenheiten, wobey es auf die Wärme ankömmt, ihre Wirkungen sehr geschwind verrichten. Leute von grossem Verstande also taugen zum Kriege nichts, weil diese Vermögenheit in ihren Wirkungen sehr langsam verfährt, und eine Freundin des Rechts, der Wahrheit, der Einfalt und Barmherzigkeit ist, welche alle im Kriege nicht wenig Schaden zu verursachen pflegen. Sie verstehen sich übrigens auf keine Ränke und Kriegslisten; sie wissen weder selbst dergleichen anzugeben, noch denen, die man ihnen gelegt hat, auszuweichen. Sie werden unzähligmal betrogen, weil sie einem jeden glauben; sie sind zu nichts gut, als mit Freunden Unterhandlungen zu haben, wo sie weder

*) De Natura Deorum.

Klugheit noch Einbildungskraft, und bloß einen gesunden und richtigen Verstand brauchen, welcher keiner Arglist fähig ist, und keinem Uebels zu thun sucht. Gegen den Feind hingegen sind sie gar nicht zu brauchen; weil dieser auf nichts denkt, als wie er seinen Gegner durch Arglist ins Verderben ziehen möge, und man also eine gleiche Arglist anwenden muß, wenn man sich der seinigen entziehen will. Unser Heiland ermahnte daher seine Jünger: siehe, ich sende euch wie Schafe mitten unter die Wölfe: darum seyd klug wie die Schlangen, und ohne Falsch wie die Tauben. (Matth. X.) Klug sollen wir seyn gegen unsern Feind, ohne Falsch aber gegen unsern Freund.


8 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Die zweyte Eigenschaft, welche derjenige, der dieses Genie zur Kriegskunst hat, nicht besitzen kann, ist die Artigkeit und Höflichkeit. Denn seine Einbildungskraft beschäftiget sich mit nichts als mit Ränken; er weiß nichts, als was für Fehler und Nachlässigkeiten einer Armee schädlich sind, und wie er sich derselben, wenn sie vorfallen, gehörig bedienen muß. Der unwissende Pöbel nennt daher seine Vorsicht einen unruhigen Geist; seine Kriegszucht Grau

*) ἀφοριςμ. τμημ. ϛ.

samkeit; seine Nachsicht Barmherzigkeit; seine Verstellung und Ertragung übler Handlungen ein gutes Gemüth. Diese falschen Benennungen aber rühren aus der Dummheit der Menschen her, welche sie den wahren Werth eines jeden Dinges, und die eigentliche Art, wie man damit umgehen müsse, einzusehen verhindert. Die Klugen und Weisen hingegen haben keine Geduld, und können es nicht mit ansehen, wenn eine Sache übel geführt wird, ob sie ihnen gleich nichts angeht; sie leben daher kurze Zeit, und bringen ihr Leben mit lauter Aergerniß zu. Hierauf zielt das, was Salomo*) sagt: ich gab mein Herz darauf, daß ich lernte Weisheit und Thorheit und Klugheit. Jch ward aber gewahr, daß solches auch Mühe ist. Denn wo viel Weisheit ist, da ist viel Grämens; und wer viel lehren muß, der muß viel leiden. Mit diesen Worten scheint Salomo zu verstehen zu geben, daß er bey der Thorheit vergnügter gelebt habe, als bey der Weisheit. Und so ist es auch in der That; die Thoren leben weit ruhiger, weil ihnen nichts Sorge und Verdruß verursachen kann, und weil sie nicht glauben, daß sie ein anderer an Wissenschaft und Klugheit übertreffe. Solche Leute nennt der gemeine PöbelEngel des Himmels, weil er sieht, daß sie durch nichts beleidiget werden, daß sie sich über nichts bekümmern, daß sie sich über nichts

*) Pred. Cap. 1.

Böses ärgern, und über alles gelassen weggehen. Wenn man aber die Weisheit und die Eigenschaften der Engel genauer betrachtete, so würde man finden, daß dieses Sprichwort sehr unanständig und sogar der Ahndung der Jnquisition würdig wäre. Sobald als wir unsere Vernunft zu brauchen anfangen, bis an den Augenblick unseres Todes, thun die Engel nichts anderes, als daß sie uns unsere übeln Handlungen vorhalten, und uns auf unsere Schuldigkeit weisen. Wenn sie, so wie sie ihre geistige Sprache mit uns reden, indem sie unsere Einbildungskraft regieren, mit körperlichen Worten uns ihre Gedanken entdecken sollten, so würden sie uns gewiß sehr beschwerlich und eigensinnig vorkommen. Man darf nur überlegen, wie beschwerlich jener Engel, wie er bey dem Matthäus (XI. 10.) genannt wird, *) dem Herodes und der Frau seines Bruders Philippus fiel: weil sie seine Verweise nicht hören wollten, so liessen sie ihm den Kopf abschlagen.


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There remains a third species, but rather a sha- External rights.dow of right than any thing deserving that honourable name, which we call an external right; in the use of which no man can be approved by God, or his own heart, upon reflection. „When doing, enjoying, or demanding from others is really detrimental to the publick, and contrary to the sacred obligations of humanity, gratitude, friendship, or such like; and yet for some remote reasons 'tis for the interest of society not to deny men this faculty, but on the contrary in some instances to confirm it.“ 'Tis thus the uncharitable miser has this shadow of right even to that share of his possessions which he should have employed in offices of humanity, charity, or gratitude; or to recal money unseasonably or cruelly from an industrioussponsable debtor; to demand performance of too severe and unequal covenants, while no law prohibits them. Many such like claims are introduced by civil laws in the cases of wills, successions to the intestate,and contracts, where the equitable and humane part may be very different from the legal claim. This external appearance of right is all that remains when any duty of gratitude, friendship, or humanity re- 260 Divisions ofRights.Book II. quires our receding from what otherways would have been a perfect right.


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Now suppose an impartial governor, regarding all animals in proportion to their dignity, and aiming at the best state of all: suppose the highest species, mankind, multiplying so fast that neither the natural fruits of the earth, nor those procured by their own labour, are sufficient for their maintenance; and that they are oppressed with immoderate toil and anxiety, as they must be without the assistance of brute animals. In thiscase men could give no aid to the tamer species of brutes in defending them against savage beasts, in providing clear pastures, or storing forage for the winter:the tamer kinds must generally perish. Some of thesekinds, by their greater strength, could bear any givenquantity of labour, or effect certain works, with farless pain than men; and by want of forethought and reflection would suffer much less by any labour. By their assistance men might obtain a great increase of happiness, and be freed from evils much superior to those labours imposed on the beasts. Men could thus Adventitious Rights. 313 have leisure, and it would become their interest, toChap. 6.defend and provide for their fellow-labourers, and to incourage their propagating. Here is plainly a well ordered complex system, with a proper connexion and subordination of parts for the common good of all. It tends to the good of the whole system that as great a part as possible of the severer labours useful to the whole be cast upon that part of the system to which it is a smaller evil, and which is incapable of higher offices requiring art and reason: while the higher part, relieved from such toil, gains leisure for nobler offices and enjoyments of which it alone is capable; and can give the necessary support and defence to the inferior. Thus by human dominion over the brutes, when prudently and mercifully exercised, the tameable kinds are much happier, and human life exceedingly improved. And this sufficiently shews it to be just.


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Es ist noch eine dritte Art übrig, welche aber mehr für das Zeichen eines Rechts, als für etwas, das diesen Namen verdiente, anzusehen ist. Wir nennen sie ein äusserliches Recht. Durch den Gebrauch desselben können wir uns weder den Bey fall Gottes, noch, wenn wir darüber nachdenken, den Beyfall unsrer eignen Herzen, zuwege bringen. „Wenn eine That, ein Genus, eine Forderung von andern, dem allgemeinen Besten wirklich nachthei lig, und den heiligen Verbindlichkeiten der Men schenliebe, Dankbarkeit, Freundschaft und derglei chen, zuwider ist; und wenn gleichwohl der Vor theil der Gesellschaft, aus gewissen entfernten Grün den, haben will, dieses Befugnis den Menschen von den Rechten und Gesetzen. 391Dritter Abschnitt. „nicht zu versagen, sondern es im Gegentheil, bey gewissen Vorfällen, zu bestätigen.“ So hat der lieblose Geizige dieses Zeichen des Rechts, auch den jenigen Theil von seinem Vermögen, welchen er zu Ausübung der Pflichten der Menschenliebe, Barm herzigkeit oder Dankbarteit, hätte anwenden sollen, für sich zu behalten; ein Darlehn von einem sichern Gläubiger, zur Unzeit oder mit einer unerbittlichen Strenge, wiederzufordern, und die Erfüllung har ter und ungleicher Verträge, welche kein Ge setz verbietet, zu verlangen. Viele dergleichen Forderungen sind, durch die bürgerlichen Gesetze, in Testamenten, Erbfolgen, und Contracten, einge führet worden, und die Billigkeit und Menschen liebe kan von gesetzmässigen Ansprüchen sehr weit unterschieden seyn. Dieser äusserliche Schein des Rechts ist alles, was übrig bleibt, wenn irgend eine Pflicht der Dankbarkeit, Freundschaft oder Men schenliebe erfordert, daß wir von demjenigen, was ausserdem ein vollkommenes Recht gewesen seyn würde, abgehen.


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Man setze einen unparteyischen BeherrscherDas Recht zu den Ar beiten der Thiere.voraus, der alle beseelte Geschöpfe, nach dem Ver hältnis ihrer Würde betrachtet, und den besten Zustand aller, zur Absicht hat; man setze voraus, daß die höchste Art derselben, die Menschen, sich so sehr vermehren, daß weder die natürlichen Früchte der Erde noch diejenigen, die sie sich durch ihre ei gene Arbeit verschaft haben, zu ihrem Unterhalt hinlänglich sind; und daß sie von übermässiger Ar beit und Ungemächlichkeit unterdrückt werden wür den, wenn sie ohne den Beystand der unvernünftigen Thiere seyn müssten. In diesem Falle könten die Menschen den zahmern Thieren, durch die Ver theidigung gegen die wilden Bestien, durch Ver schaffung reiner Weiden, und in der Vorsorge vor hinlängliches Futter im Winter, keinen Beystand leisten: die zahmern Arten müssten also alle um kommen. Einige von diesen Arten können, ver möge ihrer grössern Stärke, gewisse bestimmte Ar beiten aushalten, oder gewisse Verrichtungen mit weit weniger Mühe, als die Menschen, zu Stande Sechster Abschnitt.462 Von den dinglichen bringen; und da sie nicht nachzudenken im Stande sind: so werden sie, bey einer jeden Arbeit, weni ger leiden. Durch ihre Beyhülfe können die Men schen ihre Glückseligkeit ungemein vermehren, und sich von Uebeln befreyen, die weit grösser sind, als die Arbeiten, welche sie den Thieren auflegen. Auf diese Art gewinnen die Menschen mehr Zeit, und es ist ihr eigener Vortheil, ihre Mitarbeiter zu vertheidigen und zu versorgen, und die Fortpflan zung derselben zu befördern. Dieses ist ein Sy stem voll der schönsten Ordnung, mit einer Ver bindung und Abhängigkeit der Theile mit und von einander, welche auf das gemeine Beste des Gan zen abzielet. Es gereicht zum Vortheil des ganzen Systems, daß, so viel nur möglich, ein grosser Theil der härtern Arbeiten, die in dem Ganzen nützlich sind, auf denjenigen Theil des Systems ge legt werden können, dem sie das geringste Uebel ver ursachen, und der zu höhern Verrichtungen, welche Kunst und Vernunft erfordern, unfähig ist; da unterdessen der höhere Theil, durch die Befreyung von diesen Arbeiten, zu edlern Verrichtungen und Vergnügungen, deren sie allein fähig sind, Zeit gewinnet, und dem untern Theil nothwendig Nah rung und Vertheidigung verschaft. So werden die zahmen Arten durch die menschliche Herrschaft über die unvernünftigen Thiere, wenn sie mit ge höriger Vorsicht und Barmherzigkeit ausgeübt wird, glücklicher, und das menschliche Leben wird ungemein erleichtert. Dieses beweist sattsam, daß diese Herrschaft gerecht ist.


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4. One of the most amiable and useful offices ofDoing good of- fices in conver- sation.life comes in on this subject, the reconciling friends,or neighbours, who are at variance, by free conversa-tion with both sides, representing the matters of of-fence in the most favourable lights, suggesting all ex-tenuations, recalling past kindnesses, and presentingthe great motives we all have to mutual forgiveness, 42 OurDutyin the Use ofSpeech.Book II. since all of us need so often the mercy of God, andthe indulgence of good men.


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We should always remember on this subject thatno injury or wickedness should make the author ceaseto be the object of our good-will: and that all ourrights to violence are limited by these ends, viz. therepelling the injury, obtaining our right, with com- Rightsarising fromInjuriesof others. 97 pensation of damages, and getting security for our-Chap. 15.selves and the society against like injuries for the fu- ture. What is inflicted on wicked men for these be-neficent and necessary purposes is just, as far as it is naturally subservient to and requisite for them: what is not requisite for them, is unjust and cruel, even to-ward the worst of mankind. Such are all private tor- tures, the sating an angry and revengeful spirit by in- sults, prostitution to any lusts of ours, or forcing thecriminal's conscience, if he has any, in matters of re- ligion. 'Tis very cruel and unjust to create further misery than is requisite for these purposes: when these are answered, and as far as consists with them, all hu- manity, mercy, and compassion toward bad men is a-miable and virtuous. The noblest spring of punish-ment is extensive goodness, or a regard to the safetyand happiness of the community.


15 - /

justice, mercy, charity, liberality, temperance,fortitude, succour, self-defence, execution of justice oncriminals, defence of our country in war.