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31 - Examen de in genios para las Sciencias /

La quarta diligencia que se ha de hazer, es: estudiar la sciencia con orden, comen çando por sus principios, y subir por los medios hasta el fin: sin oyr materia que presuponga otra primero: por donde siempre tu ve por error, oyr muchas liciones devarias materias, y passallas todas juntas en casa: hazese por esta via una maraña de cosas en el entendimiento, que despues en la practica, no sabe el hombre aprovecharse de los pre ceptos de su arte, ni assentarlos en su conveniente lugar. muy mejor es, trabajar cada materia por si, y con el orden natural que tiene en su composicion: porque de la manera que se aprende, de aquella mesma forma se assienta en la memoria. Hazer esto De Ingenios. conviene (mas en particular) a los que de su propria naturaleza tienen el ingenio confu so: y puede se remediar facilmente oyendo sola una materia, y acabada aquella, entrar en la que se signe, hasta complir con toda el arte. Entendiendo Galeno, (Lib. de ordine librorum suorum,) quanto importava estudiar con orden y concierto las materias, escribio un libro para enseñar la manera que se avia de tener en leer sus obras; con fin que el Medico no se hiciesse confuso. Otros añaden que el estudiante (en tanto que aprende) no tenga mas que un libro, que contenga llanamente la doctrina, y en este estudie, y no en muchos, porque no se desbarate ni confunda: y tienen muy gran razon. Lo ultimo que haze al hombre muy gran letrado es, gastar mucho tiempo en las letras, y esperar que la sciencia se cueza y eche profundas rayzes, porque de la manera que el cuerpo no se mantiene de lo mucho que en un dia comemos, y bevemos, sino de lo que el estomago cueze y altera, assi nue stro entendimiento no engorda, con lo mucho que en poco tiempo leemos, sino de lo que poco a poco va entendiendo y rumiando: cada dia se va disponiendo me jor nuestro ingenio y viene (andando el tiempo) a caer en cosas, que atras no pudo alcançar, ni saber. El entendimiento tiene su principio, augmento, estado, y declinacion, como el hombre y los demas animales y plantas. el comiença en el adolescen Examencia: tiene su augmento en la juventud: el estado en la edad de consistencia: y comien ça a declinar en la vejez. Por tanto, el que quiere saber, quando su entendimiento tiene todas las fuerças que puede alcançar, sepa que es, dendet reynta y tres años, hasta cinquenta, poco mas o menos: enel qual tiempo se han de creer los graves auctores, si en el discurso de su vida tuvieron

Nec tamen est has ætates annorum numero circumscribere, quemadmodum nonnulli fecerunt, nisi fortè in latitudine qua dam Gal. 6. de sanit. tuenda.

contrarias sentencias. Y el que quiere escrevir libros, ha lo de hazer en esta edad: y no antes, ni despues; sino se quiere retractar, ni mudar la senten cia: pero las edades de los hombres, no en todos, tienen la misma cuenta y razon: por que a unos se les acaba la puericia a doze años: a otros a catorze, a otros a diez y seys, y a otros a diez y ocho. Estos tienen las edades muy largas, porque llega su juventud a poco menos de quarenta años: la consistencia a sessenta: y tienen de vejez otros veynte años, con los quales se hazen ochenta de vida (que es el termino de los muy potentados.) Los primeros (a quien se les acaba la puericia a doze años) son de muy corta vida: comiençan luego a raciocinar, y nacer les la barba, y durales muy poco el ingenio: y a treynta y cinco años comiençan a caducar, y a quarenta y ocho se les acaba la vida.


32 - Examen de in genios para las Sciencias /

SEntencia es muy commun,

Natura facit habilem, ars vero facilem, ususque potentem.

y usada de los Philosophos antiguos, diziendo, naturaleza es, la que haze al hom bre habil para aprender; y el arte con sus preceptos, y reglas, le facilitan; y el uso y experiencia, que tiene de las cosas particulares, le haze poderoso para obrar. Pero ninguno ha dicho en particular, que co sa sea esta naturaleza, ni en que genero de causas se ha de poner. Solo afirmaron, que faltando ella en el que apren

Primum quidem omnium naturaopus est: natura enim repugnante irrita omnia fiunt. Hip. lex.

de, vana cosa es el arte, la experiencia, los maestros, los libros, y el trabajo. La gente vulgar, en viendo a un hombre de grande ingenio y ha bilidad, luego señala a Dios por auctor, y no cura de otra cosa ninguna, antes tiene por vana ymaginacion, todo lo que discrepa de aqui; pero los Philosophos naturales, burlan desta manera de hablar. Porque puesto caso que es piadosa, y contiene en De Ingenios. si religion yverdad, nace de ignorat el orden y concierto que Dios puso en las cosas naturales el dia que las crio: y por amparar su ignorancia con seguridad, y que nadie las pueda reprehender ni contradezir, affirman que todo es lo que Dios quiere, y que ninguna cosa sucede que no nazca de su divina voluntad: y por ser esta tan gran verdad, son dignos de reprehension: porque assi como no qualquiera pregunta (dize Aristoteles libro 1. Topic.) que se ha de hazer, de la mesma manera, ni qualquiera respuesta (aunque verdadera) se ha de dar.


33 - Examen de in genios para las Sciencias /

La ultima causa es, ser mucha de la gen te vulgar religiosa, y amiga que Dios sea honorado, y engrandecido: lo qual se con sigue mucho mas con los mi-

Domino cooperante & sermonem confirmante sequentibus signis. Marci cap. ult.

lagros que con los effectos naturales: pero el vulgo de los hombres, no sabe que obras sobre naturales y prodigiosas De Ingenios. las haze Dios, para mostrar a los que no lo saben, que es omnipotente: y que usa dellas por argumento para comprovar su doctrina, y que faltando esta necessidad, nunca jamas las haze. Esto bien se dexa entender, considerando como ya no obra Dios aquellos hechos estraños del testamento nuevo y viejo: y es la razon, aver hecho ya de su parte todas las diligencias que convenia para que los hombres no pretendiessen ignorancia: y pensar que ha de voluer otra vez a hazer los mesmos argumentos, y tornar con nuevos milagros a comprovar de nuevo su doctrina (resucitando muertos, dando vista a los ciegos, sanando los coxos y Paralyticos) es error muy grande, porque de una vez enseña Dios lo que conviene a los hombres, y lo prueva con milagros, y no lo tor na a repetir. (Iob. cap. 33.) Semel loquitur Deus, & secundo idipsum non repetit. El indicio de que yo mas me aprovecho para des cubrir si un hombre no tiene el ingenio que es apropriado papa la philosophia natural es, verle amigo de echar todas las cosas a milagro, sin ninguna distinction: y por lo contrario, los que no se contentan hasta saber la causa particular del effecto, no ay que dudar de su buen ingenio. Estos bien saben que ay effectos que immediatamente se han de reducir a Dios, como son los milagros: y otros a naturaleza, que son aquellos que tienen causas ordeñadas de donde suelen nacer: pero hablando de la Examen una manera y de la otra, siempre ponemos a Dios por auctor: porque quando dixo Arist. [Lib. 1. de cœlo,] Deus & natur a nihil faciunt frustra; No entendio que naturaleza fuesse alguna causa y universal con juridicion apartada de Dios: sino que es nombre del orden y concierto que Dios tiene pue sto en la compostura del mundo, para que sucedan los effectos que son necessarios para su conservacion: porque de la mesma manera se suele dezir que el Rey y el derecho civil no hazen agravio a nadie: en la qual manera de hablar, ninguno entiende que este nombre [derecho] significa algun principe, que tenga jurisdiction apartada de la del Rey: sino que es un termino que abraça con su significacion todas las leyes y ordenamiento real que el Rey tiene hecho, para conservar en paz su republica.


34 - Examen de in genios para las Sciencias /

Y assi como el Rey tiene casos reservados para si, los quales no pueden ser determinados por el derecho, por ser estraños y graves: de la mesma manera dexo Dios reservados para si los effectos mila grosos: para la production de los quales, no dio orden ni podera las causas naturales: pero aqui es de notar que el que los ha de conocer por tales, y differenciarlos de las obras natura les, ha de ser gran Philo sopho natural, y saber de cada effecto que cau

La ignorancia de la Philosophia natural haze poner milagros donde no los ay.

sas ordenadas puede tener, y con todo no basta, si la Igle sia Catholica no los declara De Ingenios. por tales, y de la manera que los letrados trabajan y estu dian en leer el derecho civil, y guardarlo en la memoria para saber y eetender qual fue la voluntad del Rey, en la determinacion de tal caso. Assi nosotros los Philosophos natu rales (como letrados desta facultad) ponemos nuestro estudio en saber el discurso y orden que Dios hizo el dia que crio el mundo, para contemplar y saber, de que manera quiso que sucediessen las cosas, y por que razon. Y assi como seria cosa de reyr si un letrado alegasse en sus escritos de bien provado, que el Rey manda determinar tal caso, sin mostrar la ley y razon por donde lo decide: assi los Philosophos naturales se rien de los que dizen; Esta obra es de Dios, fin señalar el orden y discurso de causas particulares de donde pudo nacer.


35 - Examen de in genios para las Sciencias /

La causa final es, ordenar la vida del hombre, y enseñarle que es lo que ha de hazer, y de que se ha de guardar: para que puesto en razon, se conserve en paz la republica. Por esta causa se mandan escrevir las leyes con palabras claras, no equivocas, escuras, de varios sentidos, sin cifras, ni abreviaturas; y tan patentes y manifiestas, que qualquiera que las leyere, las pueda facilmente entender, y retener-las en la memoria. Y por que ninguno pretenda ignorancia, las mandan pregonar publicamente, porque el que las quebrantare, pueda ser castigado.


36 - Examen de in genios para las Sciencias /

Y que sea assi, es cosa muy clara de provar, con si derando, que la republica a de estar compuesta por orden y concierto, cada cosa en su lugar: de manera que todo junto haga buena figura, y correspondencia.


37 - Examen de in genios para las Sciencias /

Luego si el capitan no ha de creer a su enemigo, y ha de pensar siempre que le quiere engañar, es necessario que tenga una diferencia de ymaginativa, adevinadora, solerte; y que sepa conocer los engaños que vienen debaxo de alguna cubierta: porque la mesma potencia que los halla, essa sola puede inventar los remedios que tienen. Otra diferencia de ymaginativa pa rece que es la que finge los ingenios y ma chinamientos con que se ganan las fuerças inexpugnables, la que ordena el campo, y pone cada escuadron en su lugar; y la que conoce la ocasion de acometer, y retirarse. La que haze los tractos, conciertos, y capitulaciones, con el enemigo. Para todo lo Examen qual es tan impertinente el entendimiento, como los oydos para ver. Y assi yo no du do, sino que el arte militar pertenece a y maginativa: por que todo lo que el buen capitan a de hazer, dize consonancia, figura, y correspondencia.


38 - Examen de in genios para las Sciencias /

La septima propriedad, y mas importante de todas es: que el capitan general sea bien afortunado, y dichoso: en la qual señal, entenderemos claramente, que tiene el ingenio y habilidad, que el arte militar a menester: porque en realidad de verdad, ninguna cosa ay que ordinariamente, haga a los hombres desastrados: y no sucederles siempre las cosas como dessean, es; ser faltos de prudencia, y no poner los medios convenientes, que los hechos requieren. Por tener Iulio Cesar tanta prudencia en lo que ordenava, era el mas bien afortunado de quantos capitanes a avido enel mundo: en tanto, que en los grandes peligros, animava a sus soldados, diziendo: no temays, que con vosotros va la buena fortuna de Cesar. Losphilosophos Estoycos, tuvieron entendido, que assi como De Ingenios. avia una causa primera, eterna, omnipotente, y de infinita saviduria, conocida por el orden y concierto de sus obras admirables: assi ay otra imprudente, y desatinada, cuyas obras son sin orden ni razon, y faltas de sabiduria: porque con una irracional aficion, da y quita a los hombres las riquezas, dignidades, y honra. Llamaronla con este nombre (Fortuna) viendo que era amiga de los hombres que hazian sus cosas (fortè) que quiere dezir a caso, sin pensar, sin prudencia, ni guiar-se por cuenta y razon. Pintavan la (para dar a entender sus costumbres y mañas) en for ma de muger, con un cetro real en la mano, bendada los ojos, puesta de pies sobre una bola redonda; acompañada de hombres necios, todos sin arte y manera de vivir. Por la forma de muger, notavan su gran liviandad, y poco saver: por el cetro real, la confessavan por señora de las riquezas, y honra. El tener bendados los ojos, dava a entender, el mal tiento que tiene, en repartir estos dones. Estar de pies sobre la bola redonda, significa, la poca firmeza que tiene en los favores que haze: con la mesma facilidad que los da, los torna a quitar, sin tener en nada estabilidad. Pero lo peor que en ella hallaron, es: que favo resce a los malos, y persigue a los buenos; ama a los necios, y aborresce los sabios, los nobles abaxa, y a los viles ensalça: lo feo le agrada, y lo hermoso le espanta. En Examen la qual propriedad, confiados muchos hombres que conocen su buena fortuna, se atreven a hazer hechos locos y temerarios, y les suceden muy bien: y otros hombres muy cuerdos y sabios, aun las cosas que van guiadas con mucha prudencia, nose atreven a ponerlas por obra, saviendo ya por experiencia, que estas tales tienen peores successos.


39 - Examen de in genios para las Sciencias /

En la qual materia començaron Hippocrates y Galeno a trabajar: y dieron algu nos preceptos y reglas para conocer que muger es fecunda, y qual no puede parir; y que hombre es inhabil para engendrar, y qual potente y prolifico: pero de todo dizeron muy poco, y no con tanta distinction como convenia (alomenos al proposito, que yo lo e menester) por donde será necessario començar el arte dende sus prin cipios, y darle brevemente el orden y concierto que a menester, para sacar en limpio de que junta de padres salen los hijos sabios; y de qual necios y torpes.


40 - Examen de in genios para las Sciencias /

Considerando Salomon, la gran falta que ay de hombres prudentes, y como ningu na muger nace con ingenio y saber, dixo desta manera [Eccl. cap. 7.] Virum unum de mille reperi, mulierem ex omnibus non in veni. Como si dixera, Entre mil varones halle uno que fuesse prudente; pero de todas las mugeres, ninguna me occurrio con sabiduria. Por tanto se deve huyr deste sexo; y procurar que el hijo nazca varon; pues en Examen el solo se halla el ingenio que requieren las letras. Para lo qual es menester considerar primero, que instrumentos ordenó natu raleza enel cuerpo humano, a este proposi to: y que orden de causas se an de guardar, para que se pueda conseguir el fin que llevamos.


41 - Examen de in genios para las Sciencias /

El orden pues que se ha de tener con el ama, es, traerla a casa quatro o cinco meses antes del parto: y darle a comer los mesmos manjares de que usa la preñada, para que tenga lugar de gastar la sangre, y los demas humores, que ella tenia hechos de los malos alimentos que antes avia comido, y para que el niño (luego en nasciendo) mame la mes De Ingenios.ma leche de que se mantuvo en el vientre de su madre, alomenos echa de los mesmos manjares.


42 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Die vierte Sorgfalt, welche man anzuwenden hat, ist: daß man die Wissenschaften mitOrdnung treibt; daß man von den Grundsätzen anfängt, und von diesen Schritt vor Schritt bis zum Ende fortgehet; daß man nichts höret, was schon etwas, das man noch nicht gehört hat, voraus setzt. Jch habe es daher allezeit für einen Fehler gehalten, viele Vorlesungen von verschiedenen Materien zugleich zu hören, und sie zu Hause alle mit einander zugleich zu wiederholen. Es verursacht in dem Kopfe eine allzugrosse Verwirrung, daß der Mensch hernach bey Ausübung dessen, was er gelernet hat, die Regeln der Kunst weder zu brauchen, noch an dem rechten Orte anzuwenden weiß. Es ist viel besser, daß man eines nach dem andern, und jedes nach der natürlichen Ordnung der Zusammensetzung erlernt: denn so, wie man eine Sache erlernt, so behält man sie auch. Dieses ist besonders bey denen in Acht zu nehmen, welche von Natur einen verwirrten Kopf haben; dem man aber leicht abhelfen kann, wenn man sie jede Materie besonders hören, keine andere eher, als bis sie die vorhergehende begriffen haben, anfangen, und dieses durch die ganze Wissenschaft beobachten läßt. Galenus sah es wohl ein, wie viel an der Ordnung bey dem Studiren gelegen sey; er schrieb daher ein eignes Buch, in welcher Folge man seine Werke lesen solle, damit sich der angehende Arzt nicht verwirre. Einige fügen noch hinzu: ein Studirender solle, so lange als er studiret, nicht mehr, als ein Buch haben, welches die Wissenschaft, die er treibt, völlig in sich fasse; in dieem allein, und in keinem mehr, solle er studiren, damit er sich nicht zerstreue oder verirre. Und gewiß, sie haben nicht Unrecht. Das letzte endlich, was einen Menschen zu einem grossen Gelehrten macht, ist, daß er viel Zeit auf die Wissenschaften wendet, und die Zeit erwartet, bis das, was er gelernt hat, in ihm feste Wurzeln schlägt. Denn wie sich der Leib nicht davon erhält, was er an einem Tage ißt oder trinkt, sondern von dem, was der Magen verdauet und in Säfte verwandelt; so wird auch unser Verstand nicht davon stark, was wir in weniger Zeit lesen, sondern von dem, was wir nach und nach begreifen, und, so zu reden, wiederkauen. Unser Genie muß von Tag zu Tage stärker werden, und mit der Zeit es dahin bringen, daß es Sachen begreift, die es vorher nicht begreifen konnte. Der Verstand hat seinen Anfang, sein Wachsthum, seine höchste Staffel und sein Abnehmen, so gut als der Mensch und alle übrige Thiere und Pflanzen. Sein Anfang ist in der Kindheit; sein Wachsthum in der Jugend; seine höchste Staffel in den männlichen Jahren, und sein Abnehmen in dem Alter. Wer also zu wissen verlangt, wenn sein Verstand alle diejenige Stärke erlangt habe, deren er fähig ist, der wisse, daß dieses ohngefähr zwischen dem drey und dreyssigsten bis funfzigsten Jahre sey. Jn diesem Zeitalter kann man grossen Schriftstellern sicher glauben, wenn sie etwa vorher anderer Meynung sollten gewesen seyn. Das Bücherschreiben aber überhaupt sollte man erst in diesem Zeitalter, und weder eher noch später anfangen, wenn man nicht der Gefahr zu widerrufen, oder seine Meynung zu ändern, ausgesetzt seyn will. Doch sind die Alter der Menschen nicht durchgängig bey allen von einerley Beschaffenheit. *) Bey einigen endet sich dieKindheit im zwölften, bey einigen im vierzehenten, bey einigen im sechzehenten, auch wohl bey einigen im achtzehenten Jahre. Bey diesen dauert jedes Alter weit länger, weil ihre Jugend beynahe auf das vierzigste, und ihre männlichen Tage auf das sechzigste Jahr reichen, wozu noch zwanzig Jahre für ihr Alter kommen, daß sie also ihr Leben auf achtzig bringen, welches das Ziel der stärksten Naturen ist. Die erstern aber, deren Kindheit sich mit dem zwölften Jahre schliesset, haben gemeiniglich ein weit kürzeres Leben. Sie fangen zeitig an, ihre Vernunft zu brauchen; der Bart schießt ihnen zeitiger hervor, und zeitiger verliert sich ihre Einbildungskraft, so, daß sie mit dem fünf und dreyssigsten Jahre schwach zu werden beginnen, und gegen das acht und vierzigste gar abfahren.


43 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Es ist ein bekannter und von den alten Weltweisen sehr oft wiederholter Ausspruch *): die Geschicklichkeit zum Lernen giebt die Natur; die Leichtigkeit erlangt man durch die Grundsätze und Vorschriften der Kunst; die unfehlbare Fertigkeit aber durch Uebung und Erfahrung. Keiner hat hat uns erklärt, worinnen diese Natur bestehe, und zu welcher Gattung von Ursachen sie zu rechnen sey: alle nur bekräftigen, wann diese den Lernenden fehle, so wären Kunst, Erfahrung, Lehrer, Bücher und Fleiß umsonst. **) Der Pöbel, wenn er einen Mann von grossem Geist und grosser Fähigkeit siehet, macht GOtt zum Urheber, bekümmert sich um keine andere Ursache, und hält alles für Grillen, was von dieser abweicht. Der Philosoph aber ist mit dieser Art zu reden nicht zufrieden. Gesetzt auch, daß sie einem Gottesfürchtigen anständig ist, so entstehet sie doch nichts desto weniger aus der Un

*) Natura facit habilem, ars vero facilem, usus- que potentem.

**) Πρωτον μεν οὐν παντων δει φυσιος. Φυ-σιος γαρ ἀντιπραττουσης κενεα παντα.

wissenheit der natürlichen Ursachen und der Ordnung, welche GOtt gleich in der Schöpfung festgesetzet hat. Damit aber der Pöbel seine Unwissenheit bescheinige und ungetadelt dabey bleiben könne, so behauptet er, alles sey so, wie es GOtt haben wolle, und nichts entstehe in der Welt, was nicht unmittelbar aus seinem göttlichen Willen fliesse. So unleugbar diese Wahrheit ist, so tadelhaft macht sie den, der sie beständig im Munde führet: denn da, wie Aristoteles anmerkt, nicht alle Fragen auf einerley Art vorgelegt werden, so muß auch nicht die Antwort immer auf einerley Art abgefaßt seyn.


44 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Jn gleicher Absicht erzählt Hippokrates, (in dem Briefe an den Damaget) daß er

*) Man muß wissen, wie weit sich die Grenzen jeder Wissenschaft erstrecken, und welche Fragen dahin einschlagen.

einstmals jenen grossen Weltweisen, den Demokrit, besucht, und sich mit ihm von den Meynungen unterredet habe, die der Pöbel von der Arzeneykunst heget, indem er, sobald er sich gesund siehet, behauptet, GOtt habe ihn gesund gemacht, ohne dessen Willen die geschickteste Sorgfalt des Arztes ganz umsonst wäre. Diese Art zu urtheilen ist so alt, und so unzähligmal von den Naturforschern widerlegt worden, daß es sehr überflüssig, ja einigermassen nachtheilig seyn würde, wenn ich mich, hier sie gänzlich abzuschaffen, bemühen wollte: weil es in der That besser ist, daß der Pöbel, der die nächsten Ursachen einer jeden Wirkung nicht weiß, die allgemeine Ursache, den Willen GOttes anführet, als daß er eine Ungereimtheit vorbringt. Unterdessen habe ich mich doch, mehr als einmal, den Grund auszuforschen bestrebt, warum das gemeine Volk so gar gerne alle Dinge gleich GOtt zuschreibt, die Natur verläßt, und alle natürliche Mittel, deren sich die Allmacht bedient, übersieht. Jch weiß nicht, ob ich es getroffen habe; so viel aber läßt sich leicht begreiffen, daß der Pöbel, weil er nicht weiß, welche Wirkungen er unmittelbar GOtt, und welche er der Natur zuschreiben soll, beynahe gedrungen ist, so zu reden. Erstlich, weil die Menschen größtentheils sehr ungeduldig sind. Sie sehen nichts lieber, als wenn das, was sie verlangen, sogleich geschieht, und haben selten kaltes Blut genug, die natürlichen Mittel ruhig abzuwarten, welche sich sehr weit erstrecken, und ihre Wirkungen nur mit der Folge der Zeit äussern. Sie wissen, daß GOtt allmächtig ist, und daß er in einem Augenblicke alles schaffen kann, was er will; und nach den Beyspielen, welche ihnen ihr Gedächtniß darbietet, verlangen sie eben so unmittelbar gesund, wie der Gichtbrüchtige; weise, wie Salomo; reich, wie Hiob; und, wie David, von ihren Feinden befreyet zu werden. Zweytens sind wir Menschen ein vermessenes und stolzes Geschöpfe. Es giebt nicht wenige, welche sogar verlangen, GOtt solle ihnen eine besondere Gnade, nicht eine so allgemeinnützige erzeigen, als etwa der Gebrauch der Sonne ist, die er über Gute und Böse aufgehen läßt; weil ihnen die Wohlthaten desto grösser scheinen, je wenigern sie erwiesen werden. Daher kömmt es, daß gewisse Leute Oertern, welche der Andacht gewidmet sind, Wunder, die daselbst geschehen seyn sollen, andichten. Der Pöbel besucht sie, und er verehrt sie als Personen, mit welchen GOtt eine besondre Rechnung hat, und theilt ihnen, wenn sie arm sind, reichliche Allmosen mit, so, daß ihr Aberglaube jenen zum Wucher wird. Drittens sind die Menschen sehr zur Bequemlichkeit geneigt; die natürlichen Ursachen aber sind so geordnet und so an einander gekettet, daß man nicht ohne Mühe zu ihren Wirkungen gelangen kann. Sie wollen also, daß GOtt mit ihnen nach seiner Allmacht handle, und daß ihre Wünsche oh ne ihren Schweiß erfüllt werden. Der Bosheit derjenigen will ich hier nicht gedenken, welche von GOtt Wunder verlangen, um seine Allmacht auf die Probe zu stellen, und zu sehen, ob er sie thun kann; oder um Feuer vom Himmel und andre grausame Strafen bitten, ihr rachbegieriges Herz zu befriedigen. Endlich will der größte Theil des Pöbels sehr fromm seyn. Er dringt auf die Verherrlichung GOttes, und glaubt, daß diese weit eher durch Wunder, als durch natürliche Wirkungen erlangt werde. Er weiß aber nicht, daß GOtt nur alsdenn übernatürliche Begebenheiten verrichtet, wenn er seine Allmacht an denjenigen, die sie nicht erkennen, beweisen, oder seine Lehre bestärken will; und daß ausser diesen Fällen sich GOtt natürlicher Mittel bedient. *) Dieses läßt sich leichtlich daher begreifen, weil GOtt heut zu Tage keine Wunder mehr thut, wie er in dem alten Testamente und zu Anfange des neuen gethan hat. Er thut sie aber deßwegen nicht mehr, weil er nunmehr auf seiner Seite alle Vorsorge angewandt hat, daß die Menschen ihre Unwissenheit nicht mehr vorwenden können. Zu glauben aber, GOtt werde eben die Beweise noch einmal führen, und werde seine Lehre mit neuen Wundern, z. E. durch Erweckung der

*) Und der Herr wirkte mit ihnen, und bekräftigte ihr Wort durch mitfolgende Zeichen. Marci am letzten.

Todten, durch Sehendmachung der Blinden, durch Heilung der Lahmen nnd Gichtbrüchtigen, aufs neue bestärken, ist ein sehr grosser Jrrthum, weil GOtt, was den Menschen zu wissen nöthig ist, nur einmal lehrt, und nur einmal mit Wundern beweiset, ohne sie jemals zu wiederholen. *) Jch weiß kein Merkmal, aus welchem man sicherer schliessen könnte, daß ein Mensch keine Fähigkeit zur Naturlehre habe, als wenn man siehet, daß er geneigt ist, aus allen Sachen ohne Unterschied Wunderwerke zu machen: da man im Gegentheile demjenigen, welcher nicht eher ruhet, als bis er die besondre Ursache einer Wirkung entdecket hat, das dazu erforderliche Genie sicher zutrauen kann. Dieser weiß, daß es Wirkungen giebt, mit welchen man unmittelbar auf GOtt zurück gehen muß, dergleichen die Wunder sind; daß es aber weit mehrere giebt, die ihre bestimmten Ursachen haben, die man also aus der Natur erklären muß, ob man gleich in diesem Falle sowohl als in jenem nur GOtt zum ersten Urheber angiebt. Wenn daher Aristoteles sagt: GOtt und die Natur thun nichts umsonst; so ist seine Meynung nicht, als wäre die Natur eine von GOtt abgesonderte und mit ihm gleich allgemeine Ursache. Er verstehet vielmehr unter der Natur diejenige Ordnung, welche GOtt in der Welt festgesetzt hat, und

*) Semel loquitur Deus, et secundo id ipsum non repetit. Hiob 33, 14.

nach welcher die Ursachen und Wirkungen so verbunden sind, als es die Erhaltung der Welt erfordert. Auf eben die Art sagt man: der König und das Gesetz thun niemanden Unrecht. Hier heißt das Gesetz nicht etwas gewisses, welches mit dem Könige, ohne von ihm abzuhängen, die oberste Gewalt zugleich führet; sondern es ist nichts, als der Name, welcher alle Gesetze und Verordnung unter sich begreift, die der König zur Erhaltung der Ruhe in seinemStaate hat bekannt machen lassen. Wie sich also der König gewisse Fälle vorbehalten hat, welche durch das Gesetz nicht entschieden werden können, weil sie allzu besonders und wichtig sind; eben so hat sich GOtt die wunderbaren Wirkungen vorbehalten, welchen er natürliche Ursachen weder geben konnte, noch wollte. Hier muß man aber wohl merken, daß es nur eine Sache für einen sehr grossen Naturforscher sey, die übernatürlichen Wirkungen zu erkennen, und sie von den natürlichen zu unterscheiden, weil er die bestimmten Ursachen aller und jeder Wirkungen kennen muß; welches aber gleichwohl noch nicht genug ist, wenn nicht die rechtgläubige Kirche dasjenige, was er für Wunder erkennet, gleichfalls für Wunder annimmt. DieNaturlehrer müssen eben das thun, was die Rechtsgelehrten thun. *) Diese lesen das bürgerliche

*) Die Unwissenheit in der Naturlehre macht Wunder, wo keine sind.

Gesetz und drücken es ihrem Gedächtnisse fest ein, damit sie in dem oder jenem Falle untrüglich wissen mögen, was des Königs Wille sey; jene bestreben sich die Ordnung und Folge zu erkennen, welche GOtt, gleich von dem ersten Tage der Schöpfung an, in der Welt feststellte, damit sie die Art einsehen können, nach welcher er eine Wirkung aus der andern hat wollen entspringen lassen. Wie es also sehr lächerlich wäre, wenn ein Rechtsgelehrter in seinen Schriften als etwas ausgemachtes anführte, der König wolle diesen oder jenen Fall so und nicht anders entschieden wissen, ohne das Gesetz zu nennen, nach welchem er entschieden werden muß; eben so lächerlich kömmt es den Naturforschern vor, wenn sie jemanden sagen hören: dieses oder jenes Werk ist von GOtt, ohne daß er die Reihe der besondern Ursachen, aus welchen es entspringen kann, angiebt. Und wie der König denjenigen nicht erhören will, welcher von ihm die Abschaffung eines gerechten Gesetzes, oder die Entscheidung eines Falles wider die Art, nach welcher er will, daß in den Gerichten entschieden werden soll, bittet; so will auch GOtt denjenigen nicht erhören, welcher ohne Noth Wunder oder Thaten, die in dem Zusammenhange der Welt ihren Grund nicht haben, verlangt. Denn obgleich ein König fast alle Tage Gesetze giebt und aufhebt, und die gerechtlichen Verfahrungen ändert, theils, weil sich die Umstände der Zeit ändern, theils, weil die menschliche Klug heit viel zu schwach ist, als daß sie gleich auf das erstemal alles nach der schärfsten Wahrheit und Gerechtigkeit anordnen sollte; so hat doch der einmal von GOtt festgesetzte Zusammenhang, nach welchem in der Welt eins aus dem andern folgt, und welchen wir die Natur nennen, nicht nöthig, daß er nur in dem geringsten Stücke aufgehoben oder verändert werde, weil ihn GOtt mit einer so unendlichen Weisheit angeordnet hat, daß derjenige, welcher von ihm etwas ausser und wider diesen Zusammenhang zu thun bittet, durch diese Bitte sein Werk für unvollkommen erkläret.


45 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Jn gleicher Absicht erzählt Hippokrates, (in dem Briefe an den Damaget) daß er

*) Man muß wissen, wie weit sich die Grenzen jeder Wissenschaft erstrecken, und welche Fragen dahin einschlagen.

einstmals jenen grossen Weltweisen, den Demokrit, besucht, und sich mit ihm von den Meynungen unterredet habe, die der Pöbel von der Arzeneykunst heget, indem er, sobald er sich gesund siehet, behauptet, GOtt habe ihn gesund gemacht, ohne dessen Willen die geschickteste Sorgfalt des Arztes ganz umsonst wäre. Diese Art zu urtheilen ist so alt, und so unzähligmal von den Naturforschern widerlegt worden, daß es sehr überflüssig, ja einigermassen nachtheilig seyn würde, wenn ich mich, hier sie gänzlich abzuschaffen, bemühen wollte: weil es in der That besser ist, daß der Pöbel, der die nächsten Ursachen einer jeden Wirkung nicht weiß, die allgemeine Ursache, den Willen GOttes anführet, als daß er eine Ungereimtheit vorbringt. Unterdessen habe ich mich doch, mehr als einmal, den Grund auszuforschen bestrebt, warum das gemeine Volk so gar gerne alle Dinge gleich GOtt zuschreibt, die Natur verläßt, und alle natürliche Mittel, deren sich die Allmacht bedient, übersieht. Jch weiß nicht, ob ich es getroffen habe; so viel aber läßt sich leicht begreiffen, daß der Pöbel, weil er nicht weiß, welche Wirkungen er unmittelbar GOtt, und welche er der Natur zuschreiben soll, beynahe gedrungen ist, so zu reden. Erstlich, weil die Menschen größtentheils sehr ungeduldig sind. Sie sehen nichts lieber, als wenn das, was sie verlangen, sogleich geschieht, und haben selten kaltes Blut genug, die natürlichen Mittel ruhig abzuwarten, welche sich sehr weit erstrecken, und ihre Wirkungen nur mit der Folge der Zeit äussern. Sie wissen, daß GOtt allmächtig ist, und daß er in einem Augenblicke alles schaffen kann, was er will; und nach den Beyspielen, welche ihnen ihr Gedächtniß darbietet, verlangen sie eben so unmittelbar gesund, wie der Gichtbrüchtige; weise, wie Salomo; reich, wie Hiob; und, wie David, von ihren Feinden befreyet zu werden. Zweytens sind wir Menschen ein vermessenes und stolzes Geschöpfe. Es giebt nicht wenige, welche sogar verlangen, GOtt solle ihnen eine besondere Gnade, nicht eine so allgemeinnützige erzeigen, als etwa der Gebrauch der Sonne ist, die er über Gute und Böse aufgehen läßt; weil ihnen die Wohlthaten desto grösser scheinen, je wenigern sie erwiesen werden. Daher kömmt es, daß gewisse Leute Oertern, welche der Andacht gewidmet sind, Wunder, die daselbst geschehen seyn sollen, andichten. Der Pöbel besucht sie, und er verehrt sie als Personen, mit welchen GOtt eine besondre Rechnung hat, und theilt ihnen, wenn sie arm sind, reichliche Allmosen mit, so, daß ihr Aberglaube jenen zum Wucher wird. Drittens sind die Menschen sehr zur Bequemlichkeit geneigt; die natürlichen Ursachen aber sind so geordnet und so an einander gekettet, daß man nicht ohne Mühe zu ihren Wirkungen gelangen kann. Sie wollen also, daß GOtt mit ihnen nach seiner Allmacht handle, und daß ihre Wünsche oh ne ihren Schweiß erfüllt werden. Der Bosheit derjenigen will ich hier nicht gedenken, welche von GOtt Wunder verlangen, um seine Allmacht auf die Probe zu stellen, und zu sehen, ob er sie thun kann; oder um Feuer vom Himmel und andre grausame Strafen bitten, ihr rachbegieriges Herz zu befriedigen. Endlich will der größte Theil des Pöbels sehr fromm seyn. Er dringt auf die Verherrlichung GOttes, und glaubt, daß diese weit eher durch Wunder, als durch natürliche Wirkungen erlangt werde. Er weiß aber nicht, daß GOtt nur alsdenn übernatürliche Begebenheiten verrichtet, wenn er seine Allmacht an denjenigen, die sie nicht erkennen, beweisen, oder seine Lehre bestärken will; und daß ausser diesen Fällen sich GOtt natürlicher Mittel bedient. *) Dieses läßt sich leichtlich daher begreifen, weil GOtt heut zu Tage keine Wunder mehr thut, wie er in dem alten Testamente und zu Anfange des neuen gethan hat. Er thut sie aber deßwegen nicht mehr, weil er nunmehr auf seiner Seite alle Vorsorge angewandt hat, daß die Menschen ihre Unwissenheit nicht mehr vorwenden können. Zu glauben aber, GOtt werde eben die Beweise noch einmal führen, und werde seine Lehre mit neuen Wundern, z. E. durch Erweckung der

*) Und der Herr wirkte mit ihnen, und bekräftigte ihr Wort durch mitfolgende Zeichen. Marci am letzten.

Todten, durch Sehendmachung der Blinden, durch Heilung der Lahmen nnd Gichtbrüchtigen, aufs neue bestärken, ist ein sehr grosser Jrrthum, weil GOtt, was den Menschen zu wissen nöthig ist, nur einmal lehrt, und nur einmal mit Wundern beweiset, ohne sie jemals zu wiederholen. *) Jch weiß kein Merkmal, aus welchem man sicherer schliessen könnte, daß ein Mensch keine Fähigkeit zur Naturlehre habe, als wenn man siehet, daß er geneigt ist, aus allen Sachen ohne Unterschied Wunderwerke zu machen: da man im Gegentheile demjenigen, welcher nicht eher ruhet, als bis er die besondre Ursache einer Wirkung entdecket hat, das dazu erforderliche Genie sicher zutrauen kann. Dieser weiß, daß es Wirkungen giebt, mit welchen man unmittelbar auf GOtt zurück gehen muß, dergleichen die Wunder sind; daß es aber weit mehrere giebt, die ihre bestimmten Ursachen haben, die man also aus der Natur erklären muß, ob man gleich in diesem Falle sowohl als in jenem nur GOtt zum ersten Urheber angiebt. Wenn daher Aristoteles sagt: GOtt und die Natur thun nichts umsonst; so ist seine Meynung nicht, als wäre die Natur eine von GOtt abgesonderte und mit ihm gleich allgemeine Ursache. Er verstehet vielmehr unter der Natur diejenige Ordnung, welche GOtt in der Welt festgesetzt hat, und

*) Semel loquitur Deus, et secundo id ipsum non repetit. Hiob 33, 14.

nach welcher die Ursachen und Wirkungen so verbunden sind, als es die Erhaltung der Welt erfordert. Auf eben die Art sagt man: der König und das Gesetz thun niemanden Unrecht. Hier heißt das Gesetz nicht etwas gewisses, welches mit dem Könige, ohne von ihm abzuhängen, die oberste Gewalt zugleich führet; sondern es ist nichts, als der Name, welcher alle Gesetze und Verordnung unter sich begreift, die der König zur Erhaltung der Ruhe in seinemStaate hat bekannt machen lassen. Wie sich also der König gewisse Fälle vorbehalten hat, welche durch das Gesetz nicht entschieden werden können, weil sie allzu besonders und wichtig sind; eben so hat sich GOtt die wunderbaren Wirkungen vorbehalten, welchen er natürliche Ursachen weder geben konnte, noch wollte. Hier muß man aber wohl merken, daß es nur eine Sache für einen sehr grossen Naturforscher sey, die übernatürlichen Wirkungen zu erkennen, und sie von den natürlichen zu unterscheiden, weil er die bestimmten Ursachen aller und jeder Wirkungen kennen muß; welches aber gleichwohl noch nicht genug ist, wenn nicht die rechtgläubige Kirche dasjenige, was er für Wunder erkennet, gleichfalls für Wunder annimmt. DieNaturlehrer müssen eben das thun, was die Rechtsgelehrten thun. *) Diese lesen das bürgerliche

*) Die Unwissenheit in der Naturlehre macht Wunder, wo keine sind.

Gesetz und drücken es ihrem Gedächtnisse fest ein, damit sie in dem oder jenem Falle untrüglich wissen mögen, was des Königs Wille sey; jene bestreben sich die Ordnung und Folge zu erkennen, welche GOtt, gleich von dem ersten Tage der Schöpfung an, in der Welt feststellte, damit sie die Art einsehen können, nach welcher er eine Wirkung aus der andern hat wollen entspringen lassen. Wie es also sehr lächerlich wäre, wenn ein Rechtsgelehrter in seinen Schriften als etwas ausgemachtes anführte, der König wolle diesen oder jenen Fall so und nicht anders entschieden wissen, ohne das Gesetz zu nennen, nach welchem er entschieden werden muß; eben so lächerlich kömmt es den Naturforschern vor, wenn sie jemanden sagen hören: dieses oder jenes Werk ist von GOtt, ohne daß er die Reihe der besondern Ursachen, aus welchen es entspringen kann, angiebt. Und wie der König denjenigen nicht erhören will, welcher von ihm die Abschaffung eines gerechten Gesetzes, oder die Entscheidung eines Falles wider die Art, nach welcher er will, daß in den Gerichten entschieden werden soll, bittet; so will auch GOtt denjenigen nicht erhören, welcher ohne Noth Wunder oder Thaten, die in dem Zusammenhange der Welt ihren Grund nicht haben, verlangt. Denn obgleich ein König fast alle Tage Gesetze giebt und aufhebt, und die gerechtlichen Verfahrungen ändert, theils, weil sich die Umstände der Zeit ändern, theils, weil die menschliche Klug heit viel zu schwach ist, als daß sie gleich auf das erstemal alles nach der schärfsten Wahrheit und Gerechtigkeit anordnen sollte; so hat doch der einmal von GOtt festgesetzte Zusammenhang, nach welchem in der Welt eins aus dem andern folgt, und welchen wir die Natur nennen, nicht nöthig, daß er nur in dem geringsten Stücke aufgehoben oder verändert werde, weil ihn GOtt mit einer so unendlichen Weisheit angeordnet hat, daß derjenige, welcher von ihm etwas ausser und wider diesen Zusammenhang zu thun bittet, durch diese Bitte sein Werk für unvollkommen erkläret.