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46 - An Essay on Dramatick Poesy /

To speak therefore of Judgment as it is in the best Poets: They who have the greatest Proportion of it, want other Helps than from it within. As for Example, you would be loth to say, that he who is indued with a sound Judgment has no need of History, Geography, or Moral Philosophy, to write correctly. Judgment is indeed the Master-workman in a Play: But he requires ma AnEssayof Dramatick Poesy.ny subordinate Hands, many Tools to his Assistance. And Verse I affirm to be one of these: 'Tis a Rule and Line by which he keeps his Building compact and even, which otherwise lawless Imagination would raise either irregularly or loosly. At least if the Poet commits Errors with this Help, he would make greater and more without it: 'Tis (in short) a slow and painful, but the surest Kind of Working.

47 - Von Johann Dryden und dessen dramatischen Werken /

Neander sucht auf diese Gründe verschiednes zu antworten. Er erinnert besonders gegen den letzten Grund, daß Crites das Wort Beurtheilungskraft allzu unbestimmt genommen habe. „Freylich, sagt er, wird ein Dichter von einer so tiefen, so starken, oder vielmehr so untrieglichen Beurtheilungskraft, daß er durchaus keiner fremden Hülfe, sie aufrecht zu erhalten, bedarf, niemals Fehler begehen, er mag in Reimen oder ohne Reime schreiben. Und derjenige Gegentheils, der eine so schwache und armselige Beurtheilungskraft hat, daß sie durch kein Hülfsmittel zu bessern oder zu stärken ist, wird elend ohne Reime, und noch weit elender in Reimen schreiben. Allein jene Beurtheilungskraft ist nirgends zu finden, und diese dienet zum Schreiben überhaupt nicht. Von der Beurtheilungskraft also zu sprechen, wie sie bey den besten Dichtern anzutreffen ist, so haben auch diejenigen, die das reichste Maaß davon besitzen, noch andre Hülfsmittel außer ihr, vonnöthen. Wollten Sie zum Exempel wohl sagen, daß ein Mann von gesunder Beurtheilungskraft, weder Historie, noch Geographie noch Moral, um richtig zu schreiben, brauche? Die Beurtheilungskraft ist zwar der vornehmste Werkmeister bey Verfertigung eines Schauspiels; er hat aber noch viel andere untergeordnete Mitarbeiter, noch eine Menge Werkzeuge nöthig; und hierunter, behaupte ich, ist Von Johann Dryden u. dessen auch der Reim mit zu rechnen. — Kurz, reimen ist zwar die langsamste und beschwerlichste, aber doch die sicherste Weise zu arbeiten.“


48 - Des Abts du Bos Ausschweifung von den theatralischen Vorstellungen der Alten /

Die Orientaler haben noch jetzt verschiedneTänze, welche denen, die Caßiodorus beschreibt, sehr gleich sind. Alle Nachrichten, und besondersdie Nachrichten von Persien, reden von diesenTänzen. Die Asiatischen Staaten sind den politischen Veränderungen immer eben so sehr un(*) Variarum Epist. lib. pr. ep. 20.(**) Flor. lib. 3.du Bos,terworffen gewesen, als die Europäischen; alleinden moralischen Veränderungen scheinen sie es nichtso sehr gewesen zu seyn. In Asien haben die Gewohnheiten, die Art sich zu kleiden, kurz dieNationalgebräuche, niemals so viele Veränderungen erlitten, als sie noch jetzt in den occidentalischen Theilen von Europa leiden.


49 - Examen de in genios para las Sciencias /

BIen pensava Ciceron, que para que su hijo Marco saliesse (en aquel genero de letras que avia escogido) tal qual el desseava, que bastava embiarle a un estudio tan famoso y celebrado por el mundo como el de Athenas, y que ruviesse por maestro a Cratippo el mayor Philosopho de aquellos tiempos, y tenerle en una civdad tan popu Examenlosa, donde por el gran concurso de gentes que alli acudian: necessariamente auria muchos exemplos y casos estraños que le enseñassen por experiencia cosas tocantes a las letras que aprendia. Pero con todas estas diligencias y otras muchas mas que como buen padre haria (comprandole libros, y escriviendole otros de su propria invencion) cuentan los historiadores que salio un gran necio, con poca eloquencia y menos Philosophia (cosa muy usada entre los hombres pagar el hijo la mucha sabiduria del padre.) Realmente devio de ymaginarCiceron que aunque su hijo no vuiera sacado de las manos da naturaleza, el ingenio y habilidad que la eloquencia y philosophia pedian, que con la buena industria de tal maestro, y los muchos libros y exemplos de Athenas, y el continuo trabajo del moço, y esperar enel tiempo, se emendarian las faltas de su entendimiento. Pero en fin vemos que se engaño: de lo qual no me maravillo, porque tuvo muchos exemplos a este proposito que le animaron a pensar que lo mesmo podria acontescer en su hijo. Y assi cuenta el mesmo Ciceron (lib. de fato.) que Xenocrates era de ingenio muy rudo para el estudio de la Philosophia natural y moral, de quien dixo Platon que tenia un discipulo que avia menester espuelas: y con la buena indu stria de tal maestro, y conel continuo trabajo de Xenocrates, salio muy gran Philosopho. Lo mesmo escrive de Cleante, que era tan De Ingenios. estulto y mal razonado, que ningun maestro lo queria recebir en su escuela. De lo qual corrido y affrentado el moço, trabajó tanto en las letras; que le vinieron a llamar de spues, el segundo Hercules en sabiduria. No menos disparate parecio el ingenio de Demosthenes para la eloquencia, pues de mochacho ya grandezillo, dizen que no sabia hablar: y trabajando con cuydado en el arte, y oyendo de buenos maestros, salio el mayor orador del mundo: en especial (cuenta Ciceron) que no podia pronunciar la R, porque era algo balbuciente, y con maña la vino despues tambien a articular, como si jamas vuiera tenido tal vicio. De donde tuvo origen el refran; que dize, ser el ingenio del hombre para las sciencias, como quien juega a los dados, que si en la pinta es desdichado, monstrandose con arte a hincarlos en el tablero, viene a emendar su mala fortuna. Pero ningun exemplo destos que trae Ciceron dexa de tener muy conveniente respuesta en mi doctrina, porque (como adelante provaremos) ay rudeza en los mochachos que arguye mayor ingenio en otra edad, que tener de niños habilidad: antes es indicio de venir a ser hombres necios, commençar luego a raciocinar y ser avisados: porque si Ciceron alcançara las verdaderas señales con que se descubren los ingenios en la primera edad, tuviera por buen indicio, ser Demosthenes rudo y tardo enel hablar, y tener Xenocrates necessidad Examen de espuelas quando estudiava. Yo no quito al buen maestro al arte y trabajo, su virtud y fuerças de cultivar los ingenios, assi rudos como habiles: pero, lo que quiero dezir es, que si el mochacho no tiene de suyo el entendimiento preñado de los preceptos y reglas determinadamente de aquel arte que quiere aprender, y no de otra ninguna, que son vanas diligencias las que hizo Ciceron con su hijo, y las que hiziere qualquiera otro padre con el suyo. Esta doctrina entenderan facilmente ser verdadera, los que vuieren leydo en Platon (Dialogo de Scien cia,) Que Socrates era hijo de

De solo el entendimiento de Socrates se puede verificar esta cõparacion: porque enseñava preguntando, y baziaque el proprio discipulo atlasse ala doctrina sin que el se la dixesse.

una Partera (como el mesmo lo cuenta de si) y como su madre (aunque era gran maestra de parteria) no podia bazer parir a la muger que antes que viniesse a sus manos no est ava preñada. Assi el (usando el mesmo officio de su madre) no podia hazer parir sciencia a sus discipulos, no teniendo ellos de suyo el entendimien to preñado: tenia entendido que las sciencias eran como naturales a solos los hombres que tenian ingenios acomodados para ellas: y que en estos acontecia lo que veemos por experiencia en los que se han olvidado de lo que antes savian, que con solo apuntarles una palabra, por ella sacan todo lo demas. No tienen otro officio los De Ingenios. maestros con sus discipulos (a lo que tengo entendido) mas que apuntarles la doctrina: porque si tienen fecundo ingenio, con solo esto les hazen parir admirables conceptos: y sino, atormentan a si, y a los que los enseñan: y jamas salen con lo que pretenden. Yo alomenos si fuera maestro, antes que recibiera en mi escuela algun discipulo, avia de hazer con el muchas pruevas y experiencias, para descubrirle el ingenio, y

La sabiduria humana no es reminicencia, y assi condenamos ade lante à Platon porque lo dixo.

si se hallara de buen natural para la sciencia que yo profes sava, recibierale de buena gana, porque es gran contento para el que enseña, instruit a un hombre de buena habilidad: y sino, aconsejarle que estudiasse la sciencia que a su ingenio mas le convenia: pero entendido que para ningun genero de letras tenia disposicion ni capacidad, dixerale con amor y blandas palabras, Hermano mio, vos no teneys remedio de ser hombre, por el camino que aveys escogido; por vida vuestra que no perdays el tiempo ni el trabajo, y que busqueys otra manera de vivir, que no requiera tanta habilidad como las letras.


50 - Examen de in genios para las Sciencias /

Ninguno hasta agora, a podido responder a esta pregunta; mas de lo ordinario, que es: atribuyrlo todo a Dios, y a la distribucion de sus gracias: Y parece me muy bien, ya que no saven la causa mas en particular. La respuesta desta duda (en alguna manera) la dexamos dada enel capitulo passado: pero no tan en particular co mo conviene. Y fue, que la Theologiaesco lastica pertenece al entendimiento: aora dezimos, y queremos provar que el predi car (que es su practica) es obra de la yma ginativa. Y assi como es difficultoso juntar en un mesmo celebro, grande entendimiento, y mucha ymaginativa; de la mesma manera, no se puede compadescer, que uno sea gran Theologo escolastico, y famoso predicador. Y que la Theologia escolastica sea obra del entendimiento, ya lo dexamos demostrado atras; provando la repugnancia que tenia con la lengua Latina. Por donde no sera necessaria volver a ello otra vez. Solo quiero dar a entender, que la gracia y donayre, que tienen los buenos predicadores, con la qual atraen De Ingenios. assi el auditorio, y lo tienen contento y suspenso, todo es obra de la ymaginativa; y parte dello, de la buena memoria. Y para que mejor me pueda explicar, y hazer-lo tocar con la mano, es menester suponer primero, que el hombre es animal racional, sociable, y politico: y porque su naturaleza se habilitasse mas con el arte, inventaron los Philosophos antiguos, la Dialectica; para enseñar-

Scientia humana consistit in duobus; in locutione ornata, & in distinctione rerum. Paul. 2. ad Col. cap. 1.

le, como avia de raciocinar con que preceptos y reglas: como avia de diffinir las naturalezas de las cosas, distinguir, dividir, inferir, raciocinar, juzgar, y elegir: sin las quales obras, es impossible ningun artifice poderse passar. Y para poder ser sociable y politico, tenia necessidad de hablar, y dar a entender a los demas hombres, las cosas que concebia en su animo. Y porque no las explicasse sin concierto ni orden, inventaron otra arte, que llaman Rhetorica: la qual con sus preceptos y re glas, le hermosea su habla, con polidos vo cablos, con elegantes maneras de dezir, con affectos y colores graciosos. Pero assi co mo la Dialectica no enseña al hombre dis currir, y a racionar, en sola una sciencia, sino en todas, sin distinction; De la mesma manera, la Rhetorica muestra hablar en la Theologia, en la Medecina, en la Iurisperi cia, enel arte militar, y en todas las demas Examensciencias, y conversaciones que tratan los hombres. De suerte que si queremos fingir un perfecto Dialectico, o consumado orador, no se podria considerar, sin que supiesse todas las sciencias: porque todas son de su jurisdiction, y en qualquiera dellas sin distinction, podria exercitar sus preceptos. No como la Medecina, que tiene limitada la materia sobre que ha de tratar: y la Philosophia Natural, Moral, Metaphi sica, Astrologia, y las demas: y por tanto dixo Ciceron (De perfecto oratore), Oratorem ubicunque constiterit, consistere in suo. Y en otra parte dize: In oratore perfecto inest omnis Philosophorum scientia. Y por esta causa dixo el mesmo Ciceron, que no avia artifice mas difficultoso de hallar, que un perfecto orador: y con mas razon lo dixera, si supiera la repugnancia que avia, en juntar todas las sciencias en un particular.


51 - Examen de in genios para las Sciencias /

Las señales con que se ha de conocer el hombre que tuviere esta diferencia de ingenio, son muy estrañas, y dignas de contemplar: y assi dize Platon , (Dialog. de scientia) que el hombre que fuere muy sabio (eneste genero de habilidad que vamos tratando) no puede ser valiente ni bien De Ingenios. acondicionado: porque la prudencia, dize Aristot. (14. Sect. probl. 6.) que consiste en frialdad: y el animo y valentia en calor. Y assi como estas dos calidades son repugnantes y contrarias; de la mesma manera es impossible ser un hombre muy animoso y prudente. Por donde es necessario que se queme la colera y se haga atra bilis, para ser el hombre prudente: pero donde ay este genero de melancholia (por ser fria) luego nace temor y covardia. De

Los niños que notablemente fueren muy medrosos, es señal cierta de venir a ser hombres muy prudentes: porque la simiente de que se engendraron estava muy retostada, y de naturaleza atrabiliaria.

manera que la astucia y maña pide calor por ser obra de la ymaginativa; pero no en tanto grado como la valentia: y assi se contradizen en la intencion. Pero en esto ay una cosa digna de notar, que de las quatro virtudes morales, Iusticia, Prudencia, Fortaleza, y Temperancia, las dos primeras han menester in genio y buen temperamento para poderlas exercitar: porque si un juez no tiene entendimiento para alcançar el punto de la justicia, poco aprovecha tener voluntad de dar la hazienda a cuya es: con buena intencion puede errar y quitarla a su dueño.


52 - Examen de in genios para las Sciencias /

Esto notó Christo nuestro Redem ptor, (Lucæ cap. 16.) viendo el habilidad de aquel mayordomo, a quien su señor tomó cuenta; que quedando-se con buena parte de su hazienda, le dio finiquito de la administracion. La qual prudencia (aun que fue para mal) alabó Dios, y dixo, Quia filii hujus seculi prudentiores filiis lucis in generatione sua sunt. Como si dixera: Mas prudentes son los hijos de este siglo, en sus invenciones y mañas, que los que son del vando de Dios, porque estos ordinariamente son de buen entendimiento, con la qual potencia se afficionan a su ley, y carescen de ymaginativa: a la qual potencia pertenesce el saver vivir enel mundo: y assi muchos son buenos moralmente; porque no tienen habilidad para ser malos. Esta manera de responder es mas llana y palpa ble. Por no atinar los philosophosnaturales a ella, fingieron una causa tan estulta y desatinada, como es la Fortuna, a quien atribuyessen los malos y buenos successos; y no a la imprudencia y poco saber de los hombres.


53 - Examen de in genios para las Sciencias /

Ser virtuoso, y de buenas costumbres [que es la tercera señal] bien se dexa entender, pues dixo Dios del: [Actorum cap. 13.] Inveni virum juxta cor meum. Que puesto caso que pecco mas vezes, no por esso perdia el nombre ni habito de virtuoso. Ni el que es malo por habito, aunque ha ga algunas buenas obrasmorales, no por esso, pierde el nombre de malo y vicioso.


54 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Cicero glaubte zwar, um seinen Sohn Marcus in demjenigen Theile der Gelehrsamkeit, welchen er sich erwählet hatte, so weit zu bringen, als er es wünschte, sey es schon genug, wenn er ihn auf eine so bekannte und durch die ganze Welt so berühmte Hoheschule schickte, als Athen war; wenn er ihm den Kratippus, den größten Weltweisen seiner Zeit, zum Lehrmeister gäbe, und ihn seinen Aufenthalt in einer so volkreichen Stadt nehmen liesse, wo ihm wegen des grossen Zusammenflusses von allerley Leuten, die daselbst anlangten, nothwendig viel Beyspiele und besondre Fälle vorkommen müßten, die ihn durch die Erfahrung verschiednes lehren würden, was mit der Wissenschaft, auf die er sich legte, einige Verwandschaft haben könnte. Dieser und vieler andern Vorsorgen aber ungeachtet, die er als ein guter Vater für ihn trug, da er ihm Bücher schafte, und sogar selbst für ihn schrieb, erzählen die Geschichtschreiber, daß nichts aus ihm geworden sey; daß er wenig in der Beredsamkeit, und noch weniger in der Weltweisheit gethan habe; wie es denn ein sehr gemeines Schicksal unter den Menschen ist, daß der Sohn den grossen Verstand des Vaters bezahlen muß. Jn der That konnte sich Cicero zwar einbilden, daß, obgleich sein Sohn aus den Händen der Natur das Genie und die Fähigkeit nicht bekommen habe, welche die Beredsamkeit und Weltweisheit erfordern, durch den redlichen Fleiß eines solchenLehrmeisters, durch viele Bücher und viele Beyspiele in Athen, durch ununterbrochene Bemühungen des Jünglings mit der Zeit den Fehlern seiner Seelenkräfte würde können abgeholfen werden. Am Ende aber sehen wir, daß er sich geirrt habe; worüber ich mich aber gar nicht verwundre, weil er nicht wenig Beyspiele vor Augen hatte, die ihn zu hoffen verleiteten, es könne ein gleiches auch mit seinem Sohne ge schehen. Er selbst, Cicero, erzählet, (in seinemBuche vom Schicksale) daß Xenokrates einen sehr unlehrsamen Kopf, sowohl zur moralischen als natürlichen Weltweisheit, gehabt habe, so daß Plato von ihm gesagt, dieser sein Schüler bedürfe der Sporen: gleichwohl wurde er durch den redlichen Fleiß seines Lehrmeisters und durch seinen eigenen unablässigen Eifer ein sehr grosser Weltweise. Eben derselbe führt auch das Beyspiel des Kleantes an, welcher so dumm und ungeschickt gewesen seyn soll, daß ihn kein Lehrmeister in seine Schule habe nehmen wollen; der dadurch empfindlich beschämte Knabe aber habe hierauf so eifrig zu studiren angefangen, daß er endlich der zweyte Herkules in der Gelehrsamkeit sey genannt worden. Eben so ungeschickt schien dasGenie des Demosthenes†) zur Beredsamkeit, da er als ein erwachsener Jüngling, wie man sagt, noch nicht einmal recht reden konnte. Besonders, wie Cicero erzählt, konnte er das R nicht aussprechen, weil er ein wenig lispelte. Durch seinen Fleiß aber lernte er es endlich so wohl ausspre

†) Vom Demosthenes läßt sich wohl nicht mit Recht behaupten, daß sein Genie zur Beredsamkeit ungeschickt gewesen sey, wofern man nicht das Wort Genie in einer ganz ungewöhnlichen Bedeutung nehmen, und auch auf körperlicheVollkommenheiten ausdehnen will. Denn was dem Demosthenes die Ausbildung der Beredsamkeit anfänglich sehr schwer machte, war blos eine natürliche Unvollkommenheit in den Sprachwerkzeugen.

E.chen, als wenn er niemals diesen Fehler gehabt hätte. Daher kömmt das Sprichwort, welches ungefähr sagt: es sey mit dem Genie des Menschen zu den Wissenschaften, wie mit einem, der im Brete spielet; wenn der Wurf unglücklich ist, so muß er ihn durch eine geschickte Setzung erträglich zu machen, und also sein schlechtes Glück zu verbessern wissen. Doch keines von den Beyspielen, welche Cicero anführt, ist eigentlich wider meine Meynung, weil es, wie wir weiter unten beweisen wollen, in jungen Leuten eine gewisse Ungelehrigkeit giebt, welche auf ein andres Alter ein grösseres Genie prophezeyt, als wenn sie von Kindheit an viel Fähigkeit gewiesen hätten. Das allzufrühe Vernünfteln und Klugseyn ist sogar eine Anzeige eines künftigen Narren. Hätte Cicero die wahren Merkmale eingesehen, welche in der ersten Jugend ein Genie verrathen, so würde er es sowohl bey demDemosthenes, als bey dem Xenokrates, für ein gutes Zeichen gehalten haben, daß jener langsam und schwer reden lernte, und dieser in seinem Studiren angespornt zu werden bedurfte. Jch spreche in der Ausbesserung, sowohl der langsamen als fähigen Genies, dem guten Lehrmeister, der Kunst und dem Fleisse nicht alle Kraft und Tugend ab. Jch will nur so viel sagen, daß, wenn der Knabe nicht von der Natur einen Verstand bekommen hat, welcher gleichsam schon von den Grundsätzen und Regeln der Kunst, die er erlernen will, schwanger ist und ihn nur zu dieser und sonst zu keiner andern bestimmt, alle Sorgfalt, welche Cicero für seinenSohn anwandte, und jeder Vater für den seinigen anwenden kann, vergebens ist. Die Wahrheit dieser Lehre wird jeder leicht begreifen, welcher bey dem Plato*) gelesen hat, daßSokrates, wie er selbst von sich erzählt, eine Hebamme zur Mutter hatte, und daß, so wie diese, ob sie gleich eine Meisterinn in ihrer Kunst war, keine Frau konnte gebähren lassen, wenn sie nicht schon schwanger war, ehe sie unter ihre Hände kam, auch er, als einer, welcher ähnliche Verrichtungen mit seiner Mutter hätte, keine Wissenschaft aus seinen Schülern hervorziehen könnte, wenn ihr Verstand nicht schon damit schwanger sey. Er hatte es eingesehen, daß dieWissenschaften nur denjenigen Menschen gleichsam natürlich wären, welche ein Genie hätten, das darnach eingerichtet sey, und daß es eben die Bewandniß damit habe, die es, wie uns die Erfahrung lehret, mit denen hat, welche etwas, das sie vorher wußten, vergessen haben: wenn man ihnen nur auf ein Wort hilft, so besinnen sie sich sogleich wieder auf alles das übrige. So viel ich einsehe, thun die Lehrmeister mit ihren Schülern nichts, als daß sie die Wissenschaft in ihnen anblasen. Denn haben sie ein fähigesGenie, so ist dieses fähige Genie hinreichend, aus ihnen die vortreflichsten Begriffe hervorzubringen; haben sie aber keines, so plagen sie

*) Dιαλ. θεαιτητος ἠ περι ἐπιϛημης.

sich, und die, die sie unterweisen, ohne es iemals dahin zu bringen, wohin sie es bringen wollen. *) Jch wenigstens, wenn ich ein Lehrmeister wäre, würde, ehe ich einen Knaben in meine Schule nähme, vielerley Proben und Erfahrungen mit ihm anstellen, sein Genie zu erforschen, und wenn ich eine gute natürliche Geschicklichkeit zu der Wissenschaft, die ich lehrte, bey ihm fände, so würde ich ihn mit Freuden annehmen, weil es kein geringes Vergnügen für einen Lehrer ist, wenn er ein fähiges Genie zu unterweisen hat. Fände ich aber das Gegentheil, so würde ich ihm rathen, sich auf diejenige Wissenschaft zu legen, welche sich für seinen Kopf schickte, und hätte er zu gar keinem Theile der Gelehrsamkeit Neigung und Fähigkeit, so würde ich voller Liebe und mit den sanftesten Worten zu ihm sagen: mein Sohn, auf dem Wege, welchen ihr euch erwählt habt, werdet ihr kein brauchbarer Mensch werden. Um des Himmels willen! verlieret eure Zeit und eure Arbeit nicht, und sucht euch eine andere Lebensart aus, welche weniger Fähigkeit erfordert, als die Wissenschaften.


55 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Niemand hat bis jetzt auf diese Frage gehörig antworten können; alle schreiben es gewöhnlichermaassen unmittelbar GOtt und der besondern Austheilung seiner Gnadengaben zu. Und was konnten sie bessres thun, da sie die besondere Ursache davon nicht wußten? Die wahre Antwort auf diesen Zweifel haben wir einigermaassen schon in dem vorhergehenden Hauptstücke ertheilet; wir haben uns aber so besonders nicht einlassen können, als es nöthig ist. Sie beruhte vornämlich darauf, daß die scholastischeTheologie von dem Verstande abhänge: nunmehr aber behaupten wir, und wollen es auch beweisen, daß das Predigen, als ihr ausübender Theil, ein Werk der Einbildungskraft sey. So schwer es nun ist, daß ein Gehirn einen grossen Verstand mit viel Einbildungskraft verbinden sollte, eben so selten ist es, daß einer ein grosser scholastischer Gottesgelehrter und zugleich ein berühmter Prediger seyn könne. Daß aber die scholastische Theologie von dem Verstande abhänge, haben wir in dem Vorhergehenden aus ihrer Feindschaft mit der lateinischen Sprache bewiesen; es wird also nicht nöthig seyn, diesen Beweis von neuem zu führen. Jch will nunmehr nur beweisen, daß alle die Anmuth und Geschicklichkeit, durch welche gute Prediger die Zuhörer an sich ziehen, und in beständiger Zufriedenheit und Erwartung erhalten, eine Wirkung der Einbildungskraft, und zum Theil des guten Gedächtnifses sey. Damit ich mich desto deutlicher erklären, und alles handgreiflich machen kann, werde ich vor allen Dingen dieses voraus setzen müssen, daß der Mensch ein vernünftiges, gesellschaftliches und politisches Thier sey, und daß die alten Weltweisen, weil seine Natur durch die Kunst um ein grosses vollkommener gemacht werden kann, die Vernunftlehre erfunden haben, damit sie ihn lehren könnten, wie und nach was für Vorschriften und Regeln er denken, die Natur der Dinge erklären, unterscheiden, eintheilen, folgern, urtheilen und wählen solle, ohne welche Verrichtungen man unmöglich in irgend einer Kunst Meister werden kann. Wenn aber der Mensch gesellschaftlich und politisch seyn sollte, so mußte er nothwendig reden, und andern die Gedanken seiner Seele verständlich machen können; damit er dieses aber mit Anstand und Ordnung thun möge, erfand man eine Kunst, welche die Rhetorik oder Redekunst heißt, und durch Vorschriften und Regeln die Rede, vermittelst angenehmer Worte, zierlicher Ausdrücke, scheinbarer Farben und erregter Gemüthsbewegungen, schöner macht. Wie aber die Vernunftlehre den Menschen nicht nur in einer Kunst, sondern in allen Künsten ohne Ausnahme denken, und schliessen lehrt; so lehrt auch die Rhetorik nicht allein, wie man in der Theologie, sondern auch, wie man in der Arzneykunde, in der Rechtsgelehrsamkeit, in der Kriegskunst, und in allen andern Wissenschaften sowohl, als in dem täglichen Umgange, reden müsse. Wenn wir uns daher einen vollkommenen Dialektiker, oder einen vollkommenen Redner einbilden wollen, so können wir ihn uns nicht anders einbilden, als einen Mann, der in allen Wissenschaften erfahren ist, weil sich seine Gerechtsamkeit über alle Wissenschaften erstrecket, und er die Regeln seiner Kunst in einer jeden ohne Unterscheid anwenden kann. Es ist mit der Beredsamkeit nicht, wie mit der Arzneykunde, welche einen gewissen und bestimmten Umfang hat, noch wie mit der natürlichenWeltweisheit, der Moral, der Metaphysik, der Astrologie oder den übrigen Wissenschaften; sondern Cicero hat vollkommen Recht, wenn er *) sagt: oratorem, vbicunque constiterit, consistere in suo; und an einem andern Orte:in oratore perfecto inest omnis philosopho- rum scientia. Auch darinnen hat er folglich Recht, daß kein Künstler seltner zu finden sey, als ein vollkommener Redner, wovon er einen weit stärkern Beweis würde haben anbringen können, wenn er darauf gefallen wäre, daß es unmöglich sey, alle Wissenschaften in einem Gehirne zu verbinden.


56 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Hierbey fällt etwas sehr Merkwürdiges vor, dieses nämlich: daß von den vier moralischen Tugenden, der Gerechtigkeit, Klugheit, Tapferkeit und Mäßigkeit, die ersten zwo ein Genie und eine gute Temperatur erfordern, wenn sie zur Ausübung sollen gebracht werden können. Wenn ein Richter keinen Verstand, den rechten Punct der Gerechtigkeit zu treffen, besitzt, so nützt sein guter Wille, einem jeden Recht wiederfahren zu lassen, wenig. Bey aller seiner guten Absicht kann er irren und dem wahren Eigenthumsherrn das, worüber gestritten wird, absprechen.


57 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Die wahre Auflösung dieses Problems ist diese: weil die Bösen sinnreich sind, und eine grosse Einbildungskraft besitzen, †) welche ihnen tausend Wege zeigt, im Handel und Wandel zu betriegen; weil sie wissen, wie man Reichthum erwerben, und den erworbenen Reichthum schonen müsse. Redlichen Leuten hingegen fehlt es an der Einbildungskraft, so, daß wenn einer von ihnen die Bösen nachahmen und Wucher treiben will, er im kurzen Jnteressen und Kapital verlieret. Eben dieses merkte unser Heiland an, wenn er (Luc. XVI.) von der Geschicklichkeit jenes Haushalters redet, welchem seine Rechnung abgefordert wurde. Ob er gleich das Vermögen seines Herrn durchgebracht hatte, so konnte er doch seine Verwaltung mit Handschriften und Quittungen belegen. GOtt lobte diese Klugheit, ob sie gleich übel angewendet war, und fügte hinzu: denn die Kinder dieser Welt sind klüger, denn die Kinder des Lichts

†) Man kann gewiß nicht mit einiger Wahrscheinlichkeit behaupten, daß die Bösen gemeiniglich sinnreicher wären, und eine grössere Einbildungskraft besässen, als tugendhafte Personen, sondern der Grund, warum mehr böse Buben, als rechtschaffene Leute reich werden, ist blos dieser, weil die ersten kein Bedenken tragen, alle mögliche, auch die niederträchtigsten Mittel zur Erreichung ihrer Absicht anzuwenden, welche rechtschaffene Leute zwar eben so gut ausfindig machen könnten, wie jene, aber wegen ihrer Denkungsart nicht anwenden wollen. E.

in ihrem Geschlechte. Das ist, jene, die Kinder dieser Welt, haben mehr Erfindungen und Kunstgriffe, als die Kinder GOttes; weil diese nichts als einen guten Verstand haben, mit welchem sie sich nach den Gesetzen GOttes richten, mit der Einbildungskraft aber schlecht versehen sind, als von welcher Vermögenheit die Geschicklichkeit, sich in der Welt fortzubringen, abhängt. Viele sind daher moralisch gut, weil sie keine Fähigkeit haben, böse zu seyn. Diese Antwort, sollte ich meynen, wäre sehr deutlich und handgreiflich; weil aber die Philosophen in die Naturlehre nicht soweit hineingiengen, so erfanden sie jene unsinnige und unbeständige Ursache, das Glück, welcher sie jeden guten und schlimmen Ausgang zuschreiben, da sie ihn vielmehr der Unvorsichtigkeit und der Ungeschicklichkeit der Menschen zuschreiben sollten.


58 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Auch das dritte Kennzeichen, ein tugendhaftes Leben und gute Sitten, fehlte an ihm nicht, welches man aus dem, was GOtt selbst von ihm sagte, siehet: ich habe funden einen Mann nach meinem Herzen. *) Gesetzt auch, daß er oft sündigte, so verlohr er doch deswegen nicht den Namen und die Fähigkeit eines Tugendhaften; eben so wenig als einer, welcher seiner Neigung nach lasterhaft ist, ob er gleich manchmal einige moralisch gute Handlungen verrichtet, den Namen eines Bösen und Lasterhaften verliert.


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He had observed, that it was the happiness and glory of the present age, that they had thrown off the method of forming hypotheses and suppositions in natural philosophy, and had set themselves to make observations and experiments on the constitution of the material world itself, and to mark the powers and principles which are discerned operating in it: he saw plainly that it was by adhering strictly to this method that natural philosophy had been carried to a greater degree of perfection than ever it was before, and that xiv PREFACE. it is only by pursuing the same method that we can hope to reach higher improvements in that science. He was convinced that in like manner a true scheme of morals could not be the product of genius and invention, or of the greatest precision of thought in metaphysical reasonings, but must be drawn from proper observations upon the several powers and principles which we are conscious of in our own bosoms, and which must be acknowledged to operate in some degree in the whole human species. And that therefore, one proper method at least to be followed in the moral science, is to inquire into our internal structure as a constitution or system composed of various parts, to observe the office and end of each part, with the natural subordination of those parts to one another, and from thence to conclude what is the design of the whole, and what is the course of action for which it appears to be intended by its great Author. He thought there was ground to hope, that from a more strict philosophical enquiry into the various natural principles or natural dispositions of mankind, in the same way that we enquire into the structure of an ani mal body, of a plant, or of the solar system, a more PREFACE.xv exact theory of morals may be formed, than has yet appeared: and a theory too built upon such an obvious and firm foundation as would be satisfactory to every candid enquirer. For we can be as certain of the several parts of our internal frame from inward perception and feeling, as we are of the several parts of an animal structure from ocular inspection: and we can as little doubt of the ends for which the principalparts at least of our internal constitution are intended, as we can doubt of the ends for which the members of our body, or our external senses were framed: and whatever evidence we have for the existence and perfections of the Supreme Being, we have the same evi dence that the moral constitution of our nature is his work, and thence we conclude, that it is most certainly his will, that we should cultivate that temper of mind, and pursue that course of life, which is most correspondent to the evident ends and purposes of his divine workmanship; and that such a state of heart and plan of life, as answers most effectually the end and design of all the parts of it, must be its most perfect manner of operation, and must constitute the du ty, the happiness, and perfection of the order of beings to whom it belongs.


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* Some seem to have mistaken our Author's doctrine so widely, as to imagine that he placed virtue in the mere sentiment or perception of moral beauty and deformity in affections and actions, which it is owned the worst of mankind may retain in a very considerable degree. Whereas he always places it in the exercise of these af fections and actions flowing from them which the moral faculty recommends and enjoins. Or in other words, virtue does not lye in the mere sentiment of approbation of certain affections and actions, but in acting agreeably to it.