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16 - Examen de in genios para las Sciencias /

Consideremos pues aora, que simiente tan delicada y tostada, harian los varones deste pueblo comiendo un alimento como el Manna, y beviendo las aguas que hemos dicho, y respirado un ayre tan apurado y limpio; y que sangre menstrua tan sutil y delicada, harian los Hebreos: y acordemonos de lo que dixo Aristoteles (Lib. 2. de partibus animal.) que fiendo la sangre menstrual sutil y delicada, el mochacho que della se engendrare, sera despues hombre de muy agudo ingenio. Quanto importe comer los padres manjares delicados, para engendrar hijos de mucha habilidad, provar lo hemos muy por estenso en el capitulo postrero desta obra. Y porque todos los Hebreos comiero un mesmo manjar, tan espiritual y delicado, y bevieron una mesma agua, todos sus hijos y decendientes salieron agudos y de grande ingenio, para las cosas deste siglo.


17 - Examen de in genios para las Sciencias /

El estomago está desnudo y privado de la sustancia y calidades de todos los manjares del mundo (como lo está el ojo de los colores y figuras) y quando alguno dellos comemos, puesto caso que el estomago lo vence: pero el mesmo alimento rehaze contra el estomago (por ser al principio contrario) y

Arist. lib 2. de anima. &

Gal. lib. de causis sim.

le altera y corrompe su temperamento, y sustancia: porque ningun agente ay tan fuerte, que haziendo no repadezca. Los alimentos muy delicados y sabrosos, alteran grandemente al estomago: lo uno, porque los cueze y abraça con mucho apetito y favor; lo otro, por ser tan subtiles y sin excrementos, enbeven se en la sustancia del estomago, de donde no pueden salir. Sintiendo pues el estomago, que este De Ingenios. alimento le altera su naturaleza, y le quita la proporcion que tiene con los demas alimentos, lo viene a aborrescer; y si lo a de venir a comer, es menester hazer-le muchas salsas y apetitos para engañar-lo. Todo esto tuvo el Manna, desde el principio: que aunque era manjar tan delicado y sabroso: al fin fastidio al pueblo de Israel: y assi dixeron (Numeri cap. 21.) Anima nostra jam nauseat, super cibo isto le vissimo. Quexa indigna de pueblo tan favorescido de Di os, que les avia proveydo del remedio; que fue, hazer que el Manna tuviesse los savores y apetitos que a ellos se les antojasse, para que lo pudiessen passar. Panem

Los que estan acostumbrados a comer gallinas y perdizes, jamas las aborrescen: porque ya tienen el estomago convertido enellas.

de cœlo præstitisti eis, omne de lectamentum in se habentem. Por donde lo vinieron a co mermuchos dellos, con muy buen gusto: porque tenian los huessos, nervios, y carne, tan empapados en Manna, y de sus calidades, que por la semejança, no apetescian ya otra cosa. Lo mesmo acontesce enel pan de trigo que aora comemos, y en la carne del carnero. Los manjares gruessos, y no de buena sustancia (como es la vaca) son muy excrementosos, y no los recive el estomago con tanta cobdicia, como los delicados, y sabrosos: y assi tarda mas en alterarse dellos. De donde se sigue, que para corromper el alteracion Examen que el Manna hazia un dia, era menester comer un mes entero, otros manjares contrarios. Y segun esta cuenta, para des hazer las calidades que el Maña introduxo en la simiente, en quarenta años, son menester quatro mil y mas. Y sino, finjamos que como Dios sacó de Egypto a los doze Tribus de Israel, sacara doze negros, y doze negras de Ethiopia, y los truxera a nuestra region: en quantos años fuera bueno, que estos negros, y sus decendientes vinieran a perder el color, no mezclandose con los blancos? a mi me parece que eran menester muchos años: porque con aver mas de dozientos que vinieron de Egypto a España los primeros Gitanos, no an podido perder sus decen dientes la delicadeza de ingenio y solercia, que sacaron sus padres de Egypto, ni el color tostado. Tanta es la fuerça de la simiente humana, quando recive en si alguua calidad bien arraygada. Y de la manera que los negros, comunican en España el color a sus decendientes, por la simiente (sin estar en Ethiopa) assi el pueblo de Israel [viniendo tambien a ella] puede comunicar a sus decendientes, el agudeza de ingenio, sin estar en Egypto, ni comer del Manna: porque ser necio, o savio, tambien es accidente del hombre, como ser blanco, o negro. Ello verdad es: que no son aora tan agudos, y solertes, como mil años atras: porque dende que dexaron de co De Ingenios.mer del Manna, lo an venido perdiendo sus decendientes poco a poco, hasta aora, por usar de contrarios manjares, y estar en region diferente de Egypto, y no bever aguas tan delicadas, como enel desierto: y por averse mezclado con las que descienden de la Gentilidad, los quales carescen de esta diferencia de ingenio. pero lo que no se les puede negar, es; que aun no lo an acabado de perder.


18 - Examen de in genios para las Sciencias /

De esto tenemos manifiesto exemplo, en la divina escritura (Iudith. cap. 10.) Porque estando el pueblo de Israel cercado en Betulia, y fatigado de sed, y de hambre, salio aquella famosa muger Iudith, con animo de matar a Olofernes: y caminando para el exercito de los Assyrios, fue presa de las centinelas y guardas: y preguntando-le donde yva; respondio con animo doblado: Yo soy hija de los Hebreos (que vosotros teneys cercados] y vengo huyendo, por tener entendido que an de venir a vuestras manos, y que los aveys de maltra De Ingenios.tar, por no se aver querido dar a vuestra misericordia. Por tanto determine de yrme a Olofernes, y descubrir le los secretos desta gente obstinada, y monstrar-le por donde les pueda entrar, sin que le cueste un soldado. Puesta ya Iudith delante de Olofernes, se prostró por el suelo: y juntas las manos, le començó a adorar, y dezir las palabras mas engañosas que a hombre se an dicho enel mundo; en tanto, que creyo Olofernes, y todos los de su consejo, que les dezia la verdad. Y no olvidada ella de lo que traya enel coraçon, buscó una con veniente ocasion, y cortó le la cabeça.


19 - Examen de in genios para las Sciencias /

Vbi est qui natus est Rex ludæorum

20 - Examen de in genios para las Sciencias /

La tercera señal (que es ser virtuoso, y de buenas costumbres) tambien lo affir ma la carta: y los Iudios con testigos falsos, no le pudieron provar lo contrario, ni responderle quando les pregunto, Quis vestrum arguet me de peccato? Y Iosepho (Lib. 18. de antiq. cap. 9.) por la fidelidad que de via a su historia, affirma del, que parecia te ner otra naturaleza mas que de hombre, atento a su bondad y subiduria. Solo el vivir mucho tiempo, no se puede verificar de Christo nuestro redemptor: por averle muerto tan moço, que si le dexaran a su discurso natural, viviera mas de ochenta años. Examen Porque quien pudo estar en un desierto (Matth. cap. 4.) quarenta dias, con sus noches, sin comer ni bever, y no se murio, ni enfermó, mejor se deffenderia de otras cosas mas livianas, que le podian alterar y offender. Aunque este hecho está reputado por milagro, y cosa que naturalmente no puede acontecer.


21 - Examen de in genios para las Sciencias /

Con esta mesma recepta y orden de vivir, se crió el hombre mas sabio que a avido enel mundo (que fue Christo nuestro redemptor, en quanto hombre) salvo que por nacer fuera de Nazareth, por ventura, no tuvo su madre a mano agua salada con que lavarlo. Pero ello era costumbre Iudayca, y de toda el Asia, introduzida por algunos medicos sabios, para dar salud alos niños. Y assi dize el Propheta (Ezech. cap. 16.) Et quando nat a es in die ortus tui, non est præcisus umbilicus tuus, & aqua non es lota in salutem;nec sale salita, nec involuta pannis.


22 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Die Sprachen, sagt Aristoteles, *) können durch den Verstand nicht begriffen werden, weil man sie aus keinen Grundsätzen durch Schlüsse herleiten kann. Es ist also durchaus nothwendig, daß man von andern die Wörter, nebst ihrer Bedeutung hört, und sie in dem Gedächtnisse aufbewahret. Hieraus erklärt er ferner, warum ein taubgebohrner Mensch unumgänglich auch stumm seyn müsse; weil er nämlich weder hören kann, wie die Worte ausgesprochen werden, noch was für eine Bedeutung ihnen die Erfinder gegeben haben. Da übrigens die Spra

†) Daß man bey Erlernung einer Sprache vorzüglich das Gedächtniß brauche, ist zwar eine ausgemachte Sache; daß man aber hierzu keine andere Fähigkeit der Seele nöthig habe, behauptet der V. ohne Grund. Denn, wenn ich nur durch Hülfe des Gedächtnisses die Wörter und Redensarten einer Sprache gefaßt habe, muß ich denn nunmehr nicht durch Hülfe des Verstandes die Verbindung und Vergleichung der verschiedenen Begriffe oder Wörter anstellen, und die Fälle beurtheilen, wo ich diesen oder jenen Ausdruck gebrauchen soll? Wenn blos Gedächtniß und kein vorzüglicher Grad von Verstande zur Erlernung der Sprachen nöthig wäre, so würden gewiß die Affen reden lernen, die mit den Menschen alle Sprachwerkzeuge gemein, und ein sehr gutes Gedächtniß haben. E.

*) βιβλ. δ. περι zωων ἱϛοριας κεφ. θ.

chen nichts als eine willkührliche Erfindung der Menschen sind, so folget deutlich daraus, daß man in einer jeden die Wissenschaften vortragen, und alles, was man in der einen ausdrücken kann, auch in der andern ausdrücken könne. Daher hat keiner von den grossen Schriftstellern eine fremde Sprache gesucht, wenn er seine Gedanken hat wollen bekannt machen. Die Griechen schrieben griechisch; die Römer, lateinisch; die Hebräer hebräisch, und die Mohren arabisch. Auch ich schreibe in meiner spanischen Sprache, weil ich diese Sprache besser, als irgend eine andere verstehe. Die Römer, als Herren der Welt, sahen, daß eine allgemeine Sprache nothwendig sey, damit sich alle Völker unter einander verstehen möchten, wenn einer aus ihnen um Gerechtigkeit flehte, oder sonst etwas, was das Regiment anbelangte, zu suchen hätte: sie liessen daher an allen Orten ihres Reichs Schulen anlegen, in welchen die lateinische Sprache gelehrt ward; und dieser Anstalt hat man es zuzuschreiben, daß ihre Sprache noch bis auf den heutigen Tag dauert.


23 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Wer würde sich wohl unterstehen, diese Lehre mit dem natürlichen Genie des heil. Paulus zu bestärken, und zu behaupten, daß er ein Mann von grossem Verstande, aber von wenigem Gedächtniß gewesen sey, und daß er mit aller seiner Mühe keine Sprache habe zierlich sprechen können; wenn er nicht selbst sagte: Jch achte, ich sey nicht weniger, denn die hohen Apostel sind. Und ob ich gleich albern bin mit reden, so bin ich doch nicht albern in der Erkenntniß. (2. Corinth. {??} 11.) Diese Art des Genies schickte sich zur Ausbreitung des Evangeliums so vortreflich, daß sich unmöglich etwas besseres erdenken läßt. Beredte Leute, denen es an keiner Zierlichkeit des Ausdrucks fehlt, durften die ersten Verkündiger desselben nicht seyn; weil man damals glaubte, daß die Stärke der Beredsamkeit darinnen bestehe, wenn man dem Zuhörer das Falsche für das Wahre verkaufen, und dasjenige, was das Volk für gut und nützlich hielt, durch dieRegeln der Kunst in das Gegentheil verkehren konnte. Behaupteten zum Beyspiele die damaligen Redner nicht, es sey besser, arm als reich zu seyn, besser krank als gesund, besser närrisch als weise; und hundert andere Dinge, die offenbar wider alle angenommene Meynungen liefen? Die Hebräer nannten sie daher חֲנֵפִּים das ist, Betrüger. Eben dieser Meynung war der ältere Cato, der es für sehr gefährlich hielt, dergleichen Leute in dem römischenStaate zu dulden; weil er wohl einsah, daß die Stärke des römischen Reichs blos auf den Waffen beruhe, und diese Redner das Volk schon zu überreden suchten, es wäre gut, wenn die römische Jugend die Waffen bey Seite legte, und sich dieser Art der Weisheit widmete. Er befahl ihnen daher gar bald, daß sie Rom verlassen, und niemals wieder einen Fuß dahin setzen sollten.


24 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Wenn also GOtt einen grossen und zierlichen Redner hätte wählen wollen, und dieser Redner wäre nach Athen, oder nach Rom gekommen, daselbst zu behaupten: in Jerusalem hätten die Juden einen Menschen gekreuziget, welcher wahrhafter GOtt sey, und eines freywilligen selbsterwählten Todes gestorben wäre, dieSünder zu erlösen; er sey am dritten Tage wieder auferstanden, und gen Himmel gefahren, wo er noch wäre: was würden die Zuhörer wohl gedacht haben? Würden sie nicht gedacht haben, dieser Satz wäre einer von den nichtigen Thorheiten, wovon sie ein Redner durch die Stärke seiner Kunst überreden wolle? Daher sagt auch der H. Paulus: (1 Corinth. I. 17.)Christus hat mich nicht gesandt zu taufen, sondern das Evangelium zu predi= gen: nicht mit klugen Worten, auf daß nicht das Kreutz Christi zunichte werde; das ist, damit nicht die Zuhörer denken sollten, das Kreutz Christi sey einer von den eiteln Sätzen, an welchen die Redner ihre Geschicklichkeit zu überreden wollten sehen lassen. Das Genie des H. Paulus war auch hierzu gar nicht geschickt. Er hatte zwar einen grossen Verstand, womit er sowohl in den Synagogen, als unter den Heiden behaupten und vertheidigen konnte, daß Christus der in dem Gesetze versprochene Messias sey, und daß sie keinen andern zu erwarten hätten; allein es fehlte ihm an demjenigen Gedächtniß, dadurch er mit Anmuth und mit ausgesuchten und süssen Worten hätte reden können; welches sich zur Ausbreitung des Evangeliums auch gar nicht geschickt hätte. Hiermit aber will ich nicht behaupten, Paulus habe nicht die Gabe mit Sprachen zu reden gehabt, sondern nur das behaupte ich, daß er in allen andern Sprachen nicht anders als in seiner geredt habe. Jch bin auch so unverständig nicht, daß ich sagen sollte, dem Paulus wäre zur Vertheidigung des Namens Christi sein natürlich grosser Verstand hinlänglich gewesen, ohne daß er den besondern Beystand oder die übernatürlichen Gnadengaben, mit welchen ihn GOtt ausrüstete, hätte nöthig gehabt: dieses nur sage ich, daß die übernatürlichen Gaben besser wirkten, da sie auf ein gutes Naturell fielen, als sie würden gewirkt haben, wenn der Mensch an sich selbst dumm und albern gewesen wäre. *) Auf diese Lehre gründet sich der h. Hieronymus, wenn er in der Einleitung in die Propheten Jesaias und Jeremias die Frage aufwirft: warum der H. Geist, ob er gleich eben sowohl durch den Mund des Jeremias, als des Jesaias geredt habe, sich bey dem einen mit aller möglichen Zierlichkeit ausdrücke, da der andere kaum reden könne? Er antwortet auf diesen Zweifel: der H. Geist habe sich nach eines jeden Natur gerichtet, ohne durch die übernatürlichen Gnadengaben ihr Genie zu verändern, oder sie die Ausdrücke zu lehren, in welchen sie ihre Prophezeyhungen kund machen sollten. Man darf nur wissen, daß Jesaias aus einem angesehenen und vornehmen Geschlechte war; daß er in Jerusalem ist auferzogen worden, und am Hofe gelebt hat; daß er also gar leicht die Gabe, zierlich und angenehm zu reden, hat haben können. Jeremias hingegen war auf einem Dorfe, nicht weit von Jerusalem, Namens Anathot, gebohren; er war in seinem Betragen einfältig und rauh, so wie ein Bauer seyn kann, und also bediente sich auch der Heilige Geist bey den Prophezey

*) Obgleich die Epistel an die Hebräer in der That von dem h. Paulus ist, so haben sich dennoch nicht wenige gefunden, die sie für das Werk eines andern ausgegeben haben, weil die Schreibart darinnen von der Schreibart des H. Paulus ganz unterschieden ist. Die Kirche aber hat diese Meynung für eine Ketzerey erklärt.

hungen, die er ihm mittheilte, eines einfältigen und rauhen Ausdrucks. Eben dieses ist auch von den Briefen des heil. Paulus zu verstehen, welchen der heilige Geist zwar in so weit erfüllte und lenkte, daß er nicht irren konnte, dem er aber völlige Freyheit ließ, so zu reden, wie er natürlicher Weise redete, und wie es die Lehre, die er vortrug, erforderte; weil die Wahrheit der scholastischenTheologie die vielen Worte verabscheuet.


25 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Von einer solchen Wissenschaft ist der Ausspruch (ff. de legibus et sen. consult. et lon- ga consuet.) zu verstehen: scire leges non hoc est, verba earum tenere, sed vim ac pote- statem habere. Das ist: man glaube nicht, daß die Gesetze verstehen, so viel heisse, als, die Worte, in welchen sie abgefaßt sind, im Gedächtnisse haben; sondern nur der versteht die Gesetze, welcher weiß, wie weit sich ihre Verbindlichkeit erstreckt, und wie weit ihre Entscheidung gehet, weil sie verschiedenen Veränderungen unterworfen sind, welche sich aus den Umständen der Zeit, der Person, des Orts, der Art und Weise, des Gegenstandes und der Ursache ergeben. Alle diese Umstände verändern die Bestimmung des Gesetzes, so daß derjenige Richter oder Advocat, welchem es an Verstande fehlt, dasjenige entweder durch Erweiterungen oder Einschränkungen geschickt heraus zu ziehen, was mit ausdrücklichen Worten in dem Gesetze nicht gesagt wird, nicht wenig Fehler begehen muß, weil er sich nach nichts als nach dem Buchstaben richtet. Es heißt daher: (Gloss. in l. damni §. si is ver. aliquas. de damno infecto) verba legis non sunt capienda iudaice. Das ist: die Worte des Gesetzes müssen nicht aufjüdische Art erklärt werden. Diese jüdische Art aber bestehet darinnen, daß man eine grammatikalische Zergliederung damit anstellt, und den buchstäblischen Sinn herauszieht.


26 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Was mich aber hierinnen am meisten bestärkt, ist folgendes Beyspiel. Der König von Frankreich,Franciscus von Valois, stand eine sehr langwierige Krankheit aus. Als er nun sah, daß alle Aerzte an seinem Hofe und in seinem ganzen Lande ihm nicht zu helfen im Stande wären, so sagte er allezeit, so oft die Hitze des Fiebers überhand nahm, es wäre nicht möglich, daß ihm ein christlicher Arzt kuriren könnte, und er habe sich aller Hofnung auf sie auch schon begeben. Einsmals als er ganz verzweifeln wollte, daß er sich Zeit Lebens von dem Fieber sollte martern lassen, befahl er, man sollte einen Curier nach Spanien schicken, den Kayser Carl den fünften zu bitten, daß er ihm den geschicktestenjüdischen Arzt, den er an seinem Hofe habe, zuschicken solle, weil er gewiß glaube, daß ihn dieser gesund machen werde, wenn ihn anders menschliche Kunst gesund machen könne. Man lachte in Spanien nicht wenig über diese Bitte, und man sah gar wohl, daß es ein Einfall eines fieberhaften Kranken sey. Unterdessen befahl der Kaiser gleichwohl, einen solchen Arzt aufsuchen zu lassen, wenn es auch ausser seinem Königreiche geschehen müsse. Zum Unglücke aber konnte man keinen auftreiben, und mußte also an seiner Statt einen angehenden christlichen Arzt schicken. Als dieser nach Frankreich kam, und dem Könige vorgestellt ward, so fiel zwischen beyden ein sehr artiges Gespräch vor. Jn diesem Gespräche entdeckte der König, daß der Arzt ein Christ sey, und wollte sich also von ihm durchaus nicht kuriren lassen. Er entdeckte es aber folgender Gestalt, indem er den Arzt, in Meynung er sey ein Jude, beyläufig einmal fragte: ob er es nicht einmal satt sey, auf den im Gesetze versprochenen Meßias zu hoffen?


27 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Was mich aber hierinnen am meisten bestärkt, ist folgendes Beyspiel. Der König von Frankreich,Franciscus von Valois, stand eine sehr langwierige Krankheit aus. Als er nun sah, daß alle Aerzte an seinem Hofe und in seinem ganzen Lande ihm nicht zu helfen im Stande wären, so sagte er allezeit, so oft die Hitze des Fiebers überhand nahm, es wäre nicht möglich, daß ihm ein christlicher Arzt kuriren könnte, und er habe sich aller Hofnung auf sie auch schon begeben. Einsmals als er ganz verzweifeln wollte, daß er sich Zeit Lebens von dem Fieber sollte martern lassen, befahl er, man sollte einen Curier nach Spanien schicken, den Kayser Carl den fünften zu bitten, daß er ihm den geschicktestenjüdischen Arzt, den er an seinem Hofe habe, zuschicken solle, weil er gewiß glaube, daß ihn dieser gesund machen werde, wenn ihn anders menschliche Kunst gesund machen könne. Man lachte in Spanien nicht wenig über diese Bitte, und man sah gar wohl, daß es ein Einfall eines fieberhaften Kranken sey. Unterdessen befahl der Kaiser gleichwohl, einen solchen Arzt aufsuchen zu lassen, wenn es auch ausser seinem Königreiche geschehen müsse. Zum Unglücke aber konnte man keinen auftreiben, und mußte also an seiner Statt einen angehenden christlichen Arzt schicken. Als dieser nach Frankreich kam, und dem Könige vorgestellt ward, so fiel zwischen beyden ein sehr artiges Gespräch vor. Jn diesem Gespräche entdeckte der König, daß der Arzt ein Christ sey, und wollte sich also von ihm durchaus nicht kuriren lassen. Er entdeckte es aber folgender Gestalt, indem er den Arzt, in Meynung er sey ein Jude, beyläufig einmal fragte: ob er es nicht einmal satt sey, auf den im Gesetze versprochenen Meßias zu hoffen?


28 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Was das erstere anbelangt, so muß man wissen, daß, als AbrahamGOtt um ein Zeichen bat, woran er es merken könnte, daß er oder seine Nachkommen das versprochene Land besitzen würden, er in einen tiefen Schlaf verfiel, worinnen ihm, wie die Schrift sagt, GOtt folgendermaassen anwortete: das sollt du wissen, daß dein Saame wird fremde seyn in einem Lande, das nicht sein ist; und da wird man sie zu dienen zwingen, und plagen vier hundert Jahr. Aber ich will richten das Volk, dem sie dienen müssen. Darnach sollen sie ausziehen mit grossem Gut. (1 Mos. XV.) Diese Prophezeyhung ward auch genau erfüllt, obgleich GOtt gewissermaassen noch dreyssig Jahre hinzufügte, wie die Schrift (2. Mos. XII.) sagt:die Zeit aber, die die Kinder Jsrael in Aegypten gewohnt haben, ist vier hundert und dreyßig Jahr. Da dieselben um waren, ging das ganze Heer des HErrn auf einen Tag aus Aegyptenland. Diese Stelle sagt zwar offenbar, daß das Volk Jsrael vier hundert und dreyssig Jahr in Aegypten gewesen sey, eine Glosse aber merkt an, daß diese Jahre von der ganzen Zeit zu verstehen wären, welche das Volk herumgeirret sey, ehe es zu dem Besitze des versprochenen Landes habe gelangen können; in Aegypten selbst aber sey es nicht länger, als zwey hundert und zehn Jahre gewesen. Diese Erklärung stimmt mit dem nicht allzuwohl überein, was der Protomartyr, der h. Stephanus, in seiner an die Jüden gerichteten Rede sagt, daß nämlich das Volk Jsrael vier hundert und dreyssig Jahr in der Knechtschaft Aegyptens gewesen wäre.


29 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Laßt uns nunmehr betrachten, was das jüdische Volk, nachdem es aus Aegypten gezogen, für Speise gegessen und für Wasser getrunken habe, und von was für Temperatur die Luft, durch welche sie reisen mußten, gewesen sey. Aus dieser Betrachtung werden wir erkennen lernen, ob es durch angeführte Stücke das Genie, welches es mit aus der Gefangenschaft nahm, veränderte oder mehr und mehr stärkte. Ganzer vierzig Jahre, wie die Schrift sagt, (2. B. Mos.XVII.) speisete GOtt dieses Volk mit Manna, mit der zartesten und schmackhaftesten Speise, die jemals ein Mensch auf der Welt genossen hat. Ja sein Geschmack war so vortreflich, daß Moses (2. B. Mos. XVI.) seinem Bruder Aaron befahl, ein Gefässe damit zu füllen, und es in der Bundeslade aufzubewahren, damit die Nachkommen dieses Volks, wenn sie in dem verheissenen Lande seyn würden, sehen könnten, mit was für köstlichem Brodte ihre Väter in der Wüsten wären gespeiset worden, und wie schlecht sie ihm für solche herrliche Mahlzeiten gedankt hätten. Damit aber auch wir, die wir diese Speise nicht gesehen haben, uns von ihrer Güte einen Begrif machen können, so wird es dienlich seyn, daß wir das Manna, welches die Natur hervorbringt, genau beschreiben. Wenn wir alsdenn noch eine Annehmlichkeit mehr hinzuthun, so werden wir uns ihre Vortreflichkeit vollkommen vorstellen können.


30 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Das Temperament dieser Nahrung, sagen, die Aerzte, ist warm, und ihre Substanz bestehet aus zarten und sehr feinen Theilchen. Eben diese Zusammensetzung mußte auch das Manna haben, welches die Hebräer in der Wüsten assen: denn wie hätten sie sich sonst über seine allzugrosse Feinheit beklagen und sagen können?unserer Seele ekelt über dieser losen Speise. Was wollten sie damit anders sagen, als dieses: unser Magen kann eine so leichte Nahrung nicht vertragen. Die Ursache davon war, weil sie starke Magen hatten, welche zu Kohl, Knoblauch und Zwiebeln gewöhnt waren, und eine Speise von so wenig Widerstande, womit sie sich sollten begnügen lassen, in lauter Chole ra verwandelten. Galenus*) besiehltbefiehlt daher, daß diejenigen, welche viel natürliche Wärme hätten, kein Honig oder andere dergleichen leichte Speisen essen sollten, weil sie dieselben, anstatt zu verdauen, so verderbten, daß sie wie Rus verbrennten. Eben dieses widerfuhr den Hebräern mit dem Manna, welches sich in nichts als eine verbrannte Cholera verwandelte, so daß sie ganz trocken und mager wurden, weil diese Speise nicht Festigkeit genug hatte, sie satt zu machen. Unsere Seele, klagten sie daher, ist matt: denn unsere Augen sehen nichts, denn das Manna.