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61 - Examen de in genios para las Sciencias /

La verdadera solucion de esta pregunta, es: que los malos son muy ingeniosos; y tienen fuerte ymaginativa, para engañar, comprando, y vendiendo, y saven grangear la hazienda, y por donde se a de adquirir: Y los buenos carescen de ymagi De Ingenios.nativa: muchos de los quales an querido ymitar a los malos; y tratando conel dinero, en pocos dias perdieron el caudal.


62 - Examen de in genios para las Sciencias /

Fuera desta respuesta, da Aristoteles otra mejor, diziendo, que los hombres no se dan mucho que otros les hagan ventaja en tirar, luchar, correr y saltar, por ser gracias en que nos sobrepujan los brutos animales. Pero lo que no pueden sufrir con paciencia, es, que otro sea juzgado por mas prudente y sabio: y assi toman odio con los juezes, y se procuran dellos vengar, pensando que de malicia los quisieron afrentar. Y para evitar estos daños no consintieron, que en las obras tocantes a la parte racional, vuiesse juezes, ni premios. De donde se infiere que hazen mal las Universidades, que señalan juezes, y premios de primero, segundo y tercero, en licencias, a los que mejor examen hizieren: Porque allende, que acontescen cada dia, los inconvenientes, que a dicho Aristoteles, Examen es contra la doctrina Euangelica, poner a los hombres en competencia, de quien a de ser el primero. Y que esto sea verdad, parece claramente: porque viniendo un dia de camino, los discipulos de Christo nuestro redemptor, trataron entre si, qual dellos avia de ser el mayor: y estando ya en la posada, les preguntó su maestro, sobre que avian hablado enel camino? pero ellos (aunque rudos) bien entendieron que no era licita la question: y assi dize el texto, (Marci cap. 9.) que no se lo osaron dezir: pero como a Dios no se le esconde nada, les dixo desta manera: Si quis vult primus esse, erit omnium novissimus, & omnium minister. Como si les dixera: el que quisiere ser primero, a de ser el postrero, y siervo de todos. Los Phariseos eran aborrescidos de Christo nuestro redemptor: porque,Amant autem primos accubitus in cœnis, & primas cathedras in Synagogis. (Matth. cap. 9.)


63 - Examen de in genios para las Sciencias /

Quan repugnante sea a la naturaleza del hombre, salir inclinado a virtud; pruevase claramente, considerando la compostura del primer hombre: que con ser la mas perfecta que a avido en toda la especie humana (despues de la de Christo nuestro redemptor) y hecha por las manos de tan grande artifice; con todo esso, si Dios no le infundiera una calidad sobre natural, que le reprimiera la porcion inferior, era impossible [quedando a los principios de su naturaleza] dexar de ser inclinado a mal. Y que Dios hiziesse a Adam de perfecta yrasci ble, y concupiscible, bien se dexa entender: porque quando les dixo, y mando, Crescite & multiplicamini, & replete terram; cierto es, que les dio fuerte potencia para engendrar; y que no les hizo frios; pues les mandó que hinchessen la tierra de hombres: la qual obra no se puede hazer sin mucho calor.


64 - Examen de in genios para las Sciencias /

Pronus ab adolescentia sua ad malum.

65 - Examen de in genios para las Sciencias /

El remedio (les dixo Hippocrates) sa Examenbed que no es hazer a Dios sacrificios, y no mas; sino juntamente con esto andar a pie, comer poco, y bever menos, y no estar siempre holgando. Y para que lo entendays claramente, tened cuenta con la gente pobra desta region, y con vuestros proprios esclavos: los quales no solamente no hazen a Dios sacrificios, ni le ofrescen dones [por no tener de que] pero blaspheman su nombre bendito, y le dizen infinitas injurias, porque les dio tan baxa fortuna. Y con ser tan malos, y blasphemos, son potentissimos para engendrar: y de sus hijos, los mas salen varones y robustos; no mariosos, eunuchos, ni hermaphroditos, como los vuestros. Y es la causa, que comen poco, y hazen mucho exercicio, y no andan a cavallo como vosotros. Por las quales razones hazen la simiente caliente y seca: y desta tal, se engendrara varon y no hembra.


66 - Examen de in genios para las Sciencias /

Y si quisieren tener algun hijo de grande memoria; coman ocho o nueve dias, antes que se lleguen al acto de la generacion, truchas, salmones, lampreas, besugos, y an Examenguilas; de los quales manjares haran la simiente humeda, y muy glutinosa. Estas dos calidades, diximos a tras, que hazian la memoria facil para recevir, muy tenaz pa ra conservar las figuras mucho tiempo. De palomas, cabrito, ajos, cebollas, puertos, rabanos, pimienta, vinagre, vino blanco, miel, y de todo genero de especias, se haze la simiente caliente y se-

Nota que el hombre es libre y señor de sus obras. Deus ab initio constituit hominem, & reliquit illum in manu consilii sui. Eccl. cap. 15. Aunque es irritado de su mala temperatura.

ca, y de partes muy delicadas. El hijo que de estos alimentos se engendrare, sera de grande ymaginativa: pero falto de entendimiento, por el mucho calor; y falto de memoria, por la mucha sequedad. Estos suelen ser muy perjudiciales a la republica: porque el calor los inclina a muchos vicios y males; y les da ingenio y animo, para poderlo executar. Aunque si se van a la mano, mas servicios recibe la republica dela ymaginativa de estos, que del entendimiento, y memoria.


67 - Examen de in genios para las Sciencias /

A la primera duda responde Platon [Dialogo de natura] diziendo: que ninguno es malo de su propria y agradable voluntad, sin ser irritado primero del vicio de su temperamento. Y pone exemplo en los hombres luxuriosos; los quales, por tener mucha simiente fecunda, padecen grandes illusiones y muchos dolores, por donde mo lestados de aquella passion, buscan mugeres para echarla de si.


68 - Examen de in genios para las Sciencias /

Y assi dize Platon [Dialogo de natura,] que una de las cosas que mas echava a perder el ingenio del hombre, y sus buenas costum bres, era, la mala educacion, en el comer, y bever. Por tanto aconseja, que a los niños les demos alimentos, y bevidas delicadas, y de buen temperamento; para que, quando mayores, sepan reprovar lo malo, y elegir lo bueno. La razon desto está muy clara: porque si el celebro se hizo al principio de simiente delicada, y este miembro se una cada dia gastando, y consumiendo, y se a de reparar con los manjares que comemos; cierto es, que si estos son gruessos y de mala templança, que usando muchos dias dellos, se a de hazer el celebro dela mesma naturaleza: y assi no basta, que el niño se aya hecho de buena simiente, sino que los alimentos que comiere (despues de formado, y nacido) teng an las mesmas calidades.


69 - Examen de in genios para las Sciencias /

Bu tyrum & mel comedet, ut sciat reprobare ma lum & eligere bonum.

70 - Examen de in genios para las Sciencias /

La sequedad yua adquirien do Christo nuestro redemptor con la edad: porque dende que nascemos, hasta que morimos, nos vamos dessecando y enxugando las carnes, y sabiendo mas. Las partes subtiles y delicadas del celebro sele y van rehaziendo, comiendo a- quellos manjares, que dixo el Propheta Esayas: Porque si cada momento se avia menester nutrir, y reparar la sustancia que se exalava, y esto se avia de hazer con manjares, y no con otra materia ninguna; cierto es, que si comiera siempre vaca o tocino, que en pocos dias hiziera un celebro gruesso, y de mal temperamento: con el qual no pudiera su anima racional reprovar lo malo, y elegir lo bueno, si no fuera por via de milagro, y usando de su divinidad. Pero llevandolo Dios por los medios naturales, mandó que usasse de aquellos manjares tan delicados, de los quales (manteniendose el celebro) se hara instrumento tambien organizado, que aun sin usar de la sciencia divina ni infusa, pudiera naturalmente reprovar lo malo, y elegir lo bueno; como los otros hijos de los hombres.


71 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Jn gleicher Absicht erzählt Hippokrates, (in dem Briefe an den Damaget) daß er

*) Man muß wissen, wie weit sich die Grenzen jeder Wissenschaft erstrecken, und welche Fragen dahin einschlagen.

einstmals jenen grossen Weltweisen, den Demokrit, besucht, und sich mit ihm von den Meynungen unterredet habe, die der Pöbel von der Arzeneykunst heget, indem er, sobald er sich gesund siehet, behauptet, GOtt habe ihn gesund gemacht, ohne dessen Willen die geschickteste Sorgfalt des Arztes ganz umsonst wäre. Diese Art zu urtheilen ist so alt, und so unzähligmal von den Naturforschern widerlegt worden, daß es sehr überflüssig, ja einigermassen nachtheilig seyn würde, wenn ich mich, hier sie gänzlich abzuschaffen, bemühen wollte: weil es in der That besser ist, daß der Pöbel, der die nächsten Ursachen einer jeden Wirkung nicht weiß, die allgemeine Ursache, den Willen GOttes anführet, als daß er eine Ungereimtheit vorbringt. Unterdessen habe ich mich doch, mehr als einmal, den Grund auszuforschen bestrebt, warum das gemeine Volk so gar gerne alle Dinge gleich GOtt zuschreibt, die Natur verläßt, und alle natürliche Mittel, deren sich die Allmacht bedient, übersieht. Jch weiß nicht, ob ich es getroffen habe; so viel aber läßt sich leicht begreiffen, daß der Pöbel, weil er nicht weiß, welche Wirkungen er unmittelbar GOtt, und welche er der Natur zuschreiben soll, beynahe gedrungen ist, so zu reden. Erstlich, weil die Menschen größtentheils sehr ungeduldig sind. Sie sehen nichts lieber, als wenn das, was sie verlangen, sogleich geschieht, und haben selten kaltes Blut genug, die natürlichen Mittel ruhig abzuwarten, welche sich sehr weit erstrecken, und ihre Wirkungen nur mit der Folge der Zeit äussern. Sie wissen, daß GOtt allmächtig ist, und daß er in einem Augenblicke alles schaffen kann, was er will; und nach den Beyspielen, welche ihnen ihr Gedächtniß darbietet, verlangen sie eben so unmittelbar gesund, wie der Gichtbrüchtige; weise, wie Salomo; reich, wie Hiob; und, wie David, von ihren Feinden befreyet zu werden. Zweytens sind wir Menschen ein vermessenes und stolzes Geschöpfe. Es giebt nicht wenige, welche sogar verlangen, GOtt solle ihnen eine besondere Gnade, nicht eine so allgemeinnützige erzeigen, als etwa der Gebrauch der Sonne ist, die er über Gute und Böse aufgehen läßt; weil ihnen die Wohlthaten desto grösser scheinen, je wenigern sie erwiesen werden. Daher kömmt es, daß gewisse Leute Oertern, welche der Andacht gewidmet sind, Wunder, die daselbst geschehen seyn sollen, andichten. Der Pöbel besucht sie, und er verehrt sie als Personen, mit welchen GOtt eine besondre Rechnung hat, und theilt ihnen, wenn sie arm sind, reichliche Allmosen mit, so, daß ihr Aberglaube jenen zum Wucher wird. Drittens sind die Menschen sehr zur Bequemlichkeit geneigt; die natürlichen Ursachen aber sind so geordnet und so an einander gekettet, daß man nicht ohne Mühe zu ihren Wirkungen gelangen kann. Sie wollen also, daß GOtt mit ihnen nach seiner Allmacht handle, und daß ihre Wünsche oh ne ihren Schweiß erfüllt werden. Der Bosheit derjenigen will ich hier nicht gedenken, welche von GOtt Wunder verlangen, um seine Allmacht auf die Probe zu stellen, und zu sehen, ob er sie thun kann; oder um Feuer vom Himmel und andre grausame Strafen bitten, ihr rachbegieriges Herz zu befriedigen. Endlich will der größte Theil des Pöbels sehr fromm seyn. Er dringt auf die Verherrlichung GOttes, und glaubt, daß diese weit eher durch Wunder, als durch natürliche Wirkungen erlangt werde. Er weiß aber nicht, daß GOtt nur alsdenn übernatürliche Begebenheiten verrichtet, wenn er seine Allmacht an denjenigen, die sie nicht erkennen, beweisen, oder seine Lehre bestärken will; und daß ausser diesen Fällen sich GOtt natürlicher Mittel bedient. *) Dieses läßt sich leichtlich daher begreifen, weil GOtt heut zu Tage keine Wunder mehr thut, wie er in dem alten Testamente und zu Anfange des neuen gethan hat. Er thut sie aber deßwegen nicht mehr, weil er nunmehr auf seiner Seite alle Vorsorge angewandt hat, daß die Menschen ihre Unwissenheit nicht mehr vorwenden können. Zu glauben aber, GOtt werde eben die Beweise noch einmal führen, und werde seine Lehre mit neuen Wundern, z. E. durch Erweckung der

*) Und der Herr wirkte mit ihnen, und bekräftigte ihr Wort durch mitfolgende Zeichen. Marci am letzten.

Todten, durch Sehendmachung der Blinden, durch Heilung der Lahmen nnd Gichtbrüchtigen, aufs neue bestärken, ist ein sehr grosser Jrrthum, weil GOtt, was den Menschen zu wissen nöthig ist, nur einmal lehrt, und nur einmal mit Wundern beweiset, ohne sie jemals zu wiederholen. *) Jch weiß kein Merkmal, aus welchem man sicherer schliessen könnte, daß ein Mensch keine Fähigkeit zur Naturlehre habe, als wenn man siehet, daß er geneigt ist, aus allen Sachen ohne Unterschied Wunderwerke zu machen: da man im Gegentheile demjenigen, welcher nicht eher ruhet, als bis er die besondre Ursache einer Wirkung entdecket hat, das dazu erforderliche Genie sicher zutrauen kann. Dieser weiß, daß es Wirkungen giebt, mit welchen man unmittelbar auf GOtt zurück gehen muß, dergleichen die Wunder sind; daß es aber weit mehrere giebt, die ihre bestimmten Ursachen haben, die man also aus der Natur erklären muß, ob man gleich in diesem Falle sowohl als in jenem nur GOtt zum ersten Urheber angiebt. Wenn daher Aristoteles sagt: GOtt und die Natur thun nichts umsonst; so ist seine Meynung nicht, als wäre die Natur eine von GOtt abgesonderte und mit ihm gleich allgemeine Ursache. Er verstehet vielmehr unter der Natur diejenige Ordnung, welche GOtt in der Welt festgesetzt hat, und

*) Semel loquitur Deus, et secundo id ipsum non repetit. Hiob 33, 14.

nach welcher die Ursachen und Wirkungen so verbunden sind, als es die Erhaltung der Welt erfordert. Auf eben die Art sagt man: der König und das Gesetz thun niemanden Unrecht. Hier heißt das Gesetz nicht etwas gewisses, welches mit dem Könige, ohne von ihm abzuhängen, die oberste Gewalt zugleich führet; sondern es ist nichts, als der Name, welcher alle Gesetze und Verordnung unter sich begreift, die der König zur Erhaltung der Ruhe in seinemStaate hat bekannt machen lassen. Wie sich also der König gewisse Fälle vorbehalten hat, welche durch das Gesetz nicht entschieden werden können, weil sie allzu besonders und wichtig sind; eben so hat sich GOtt die wunderbaren Wirkungen vorbehalten, welchen er natürliche Ursachen weder geben konnte, noch wollte. Hier muß man aber wohl merken, daß es nur eine Sache für einen sehr grossen Naturforscher sey, die übernatürlichen Wirkungen zu erkennen, und sie von den natürlichen zu unterscheiden, weil er die bestimmten Ursachen aller und jeder Wirkungen kennen muß; welches aber gleichwohl noch nicht genug ist, wenn nicht die rechtgläubige Kirche dasjenige, was er für Wunder erkennet, gleichfalls für Wunder annimmt. DieNaturlehrer müssen eben das thun, was die Rechtsgelehrten thun. *) Diese lesen das bürgerliche

*) Die Unwissenheit in der Naturlehre macht Wunder, wo keine sind.

Gesetz und drücken es ihrem Gedächtnisse fest ein, damit sie in dem oder jenem Falle untrüglich wissen mögen, was des Königs Wille sey; jene bestreben sich die Ordnung und Folge zu erkennen, welche GOtt, gleich von dem ersten Tage der Schöpfung an, in der Welt feststellte, damit sie die Art einsehen können, nach welcher er eine Wirkung aus der andern hat wollen entspringen lassen. Wie es also sehr lächerlich wäre, wenn ein Rechtsgelehrter in seinen Schriften als etwas ausgemachtes anführte, der König wolle diesen oder jenen Fall so und nicht anders entschieden wissen, ohne das Gesetz zu nennen, nach welchem er entschieden werden muß; eben so lächerlich kömmt es den Naturforschern vor, wenn sie jemanden sagen hören: dieses oder jenes Werk ist von GOtt, ohne daß er die Reihe der besondern Ursachen, aus welchen es entspringen kann, angiebt. Und wie der König denjenigen nicht erhören will, welcher von ihm die Abschaffung eines gerechten Gesetzes, oder die Entscheidung eines Falles wider die Art, nach welcher er will, daß in den Gerichten entschieden werden soll, bittet; so will auch GOtt denjenigen nicht erhören, welcher ohne Noth Wunder oder Thaten, die in dem Zusammenhange der Welt ihren Grund nicht haben, verlangt. Denn obgleich ein König fast alle Tage Gesetze giebt und aufhebt, und die gerechtlichen Verfahrungen ändert, theils, weil sich die Umstände der Zeit ändern, theils, weil die menschliche Klug heit viel zu schwach ist, als daß sie gleich auf das erstemal alles nach der schärfsten Wahrheit und Gerechtigkeit anordnen sollte; so hat doch der einmal von GOtt festgesetzte Zusammenhang, nach welchem in der Welt eins aus dem andern folgt, und welchen wir die Natur nennen, nicht nöthig, daß er nur in dem geringsten Stücke aufgehoben oder verändert werde, weil ihn GOtt mit einer so unendlichen Weisheit angeordnet hat, daß derjenige, welcher von ihm etwas ausser und wider diesen Zusammenhang zu thun bittet, durch diese Bitte sein Werk für unvollkommen erkläret.


72 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Auf den neunten Einwurf antworte ich, daß die Klugheit und Fähigkeit des Geistes, von welcher Galenus redet, zur Einbildungskraft gehöret, durch die man das Zukünftige vorher sieht.Cicero*) spricht daher: memoria praeterito- rum, futurorum prudentia. Das Gedächtniß, will er sagen, geht auf das Vergangene und die Klugheit auf das Zukünftige. Diese Fähigkeit des Geistes ist das, was der Spanieragudeza, List, Verschlagenheit nennet. Cicero **) sagt es selbst: prudentia est callidi- tas, quae ratione quadam potest delectum ha- bere bonorum et malorum. Diese Art der Klugheit und Fähigkeit nun fehlt Leuten von grossem Verstande, weil ihnen die Einbildungskraft fehlet. Die Erfahrung lehrt es uns deutlich an allen grossen Gelehrten in denjenigen Wissenschaften, welche von dem Verstande abhängen: wenn man sie aus ihrer Sphäre nimmt, so taugen sie nirgends, am wenigsten aber in den Welthändeln. Daß aber diese Klugheit aus der Cholera entsteht, darinnen hat Galenus ganz recht. Wenn Hippokrates seinem Freunde dem Damaget erzählt, wie er den Demokrit angetroffen, als er ihn habe besuchen und

*) dial. de senectute.

**) in Tuscul. quaest.

gesund machen wollen, so schreibt er: er habe auf dem Felde unter einem Ahornbaume in blossen Beinen, ohne Schuhe, auf einem Steine gesessen, und ein Buch in der Hand gehabt; *) um ihn herum hätten todte und lebendige Thiere gelegen. Hippokrates habe sich darüber gewundert und ihn gefragt, was er mit diesen Thieren mache? Worauf Demokrit geantwortet habe: er untersuche, welche Flüssigkeit den Menschen unbeständig, listig, falsch, tückisch, betriegerisch mache, und habe durch die Zergliederung dieser Thiere gefunden, daß die Cholera die Ursache dieser Unarten sey; er wolle also um sich an den listigen Menschen zu rächen, gegen sie eben so verfahren, als die Menschen gegen den Fuchs, die Schlange und den Affen verführen. Diese Art der Klugheit ist nicht allein den Menschen verhaßt, sondern auch Paulus sagt: fleischlich gesinnet seyn, ist eine Feindschaft widerGOtt. Röm. 8. Daher hat Plato Recht, wenn er der Klugheit diesen Namen abspricht, und sie Verschlagenheit nennet, sobald sie sich von der Gerechtigkeit entfernet. Diese ist es, deren sich der Teufel bedient, wenn er den Menschen schaden will: es ist nicht die, welche von

*) Man bemerke hier, daß Leute von grossem Verstande sich die Ausschmückung ihrer Person nicht sehr angelegen seyn lassen. Die Ursache davon werde ich in dem 8 und 14 Hauptstücke anführen.

oben herab kömmt, sagt St. Jacobus, sondern es ist die irrdische, menschliche und teuflische. Die wahre Klugheit aber ist die, welche mit Aufrichtigkeit und Einfalt verbunden ist, und die Menschen das Gute zu erkennen, dasBöse aber zu verabscheuen lehrt. Und diese nur, sagt Galenus, *) geht den Verstand an, als welche Vermögenheit keiner Arglist, keiner Falschheit, keines Bösen fähig ist; alles ist an ihr gerecht, untadelhaft, billig und unverfälscht. Denienigen, welcher zu dieser Art des Genies gelangt, nennt man schlecht und recht. Daher auch Demosthenes, als er in der Rede wider den Aeschines um die Wohlgewogenheit seiner Richter bittet, sie schlechte und gerechte Männer, in Ansehung der Einfalt ihres Amtes nennet, von welchem Cicero (pro Sylla) sagt: sim- plex est officium atque vna bonorum omnium caussa. Für diese Art der Weisheit ist die Kälte und Trockenheit der schwarzen Galle das bequemste Werkzeug; nur muß sie aus den feinsten und zartesten Theilen zusammengesetzt seyn.


73 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Hierbey ist besonders anzumerken, daß der Teufel nicht allein auf Oerter begierig ist, welche gewisse körperliche Beschaffenheiten haben, die sie haben müssen, wenn er sich gern darinnen aufhalten soll; sondern daß er sich auch der körperlichen Beschaffenheiten zu bedienen weiß, wenn er etwas thun will, woran ihm vieles gelegen ist. Wenn ich nun hier fragen wollte, worauf wohl der Teufel gesehen habe, als er die Eva zu verführen, die Gestalt einer giftigen Schlange, und nicht vielmehr die Gestalt eines Pferdes, eines Bärs, eines Wolfs, oder sonst eines wilden Thieres, das nicht so schrecklich aussieht, angenommen habe? Was würde man mir wohl antworten? Das weiß ich wohl,Galenus würde mir gar nicht antworten, weil er weder die Lehren und Aussprüche des Moses, noch Christi annimmt: denn beyde, sagt er, *) reden ohne Beweis. Allein von einem Katholiken habe ich sehr oft eine Auflösung dieses Problems zu hören gewünscht, niemals aber bin

*) περι διαφορας σφυγμων λογ. γ.

ich meines Wunsches gewährt worden. So viel ist gewiß, daß die verbrannte und trockene Cholera, wie wir oben erwiesen haben, diejenige Feuchtigkeit ist, welche die vernünftige Seele lehrt, wie sie listig und betrügerisch seyn soll. Unter allen unvernünftigen Thieren aber ist kein einziges, welches so viel von dieser Feuchtigkeit hatte, als die Schlange; †) und daher kam es, daß sie, wie die Schrift sagt, klüger war, als alle Thiere auf dem Felde. Die vernünftige Seele, gesetzt, daß man sie auch für das niedrigste in der Reihe der Geister annimmt, ist gleichwohl von eben dem Wesen, von welchem der Teufel und die Engel sind; wie also nun die Seele diese giftige Cholera zu ihrem Gebrauche haben muß, wenn der Mensch listig und verschlagen seyn soll, so ward auch der Teufel, sobald er in den Körper der cholerischen Schlange fuhr, weit listiger und verschlagener. Ueber diese Art zu philosophiren, wird kein Naturforscher erstaunen, weil sie nicht von aller Wahrscheinlichkeit entblößt ist. *) Was sie aber vollkommen davon zu urtheilen in Stand setzen wird, ist, daß ich auf die Frage, warum GOtt, als er die Welt

†) Es ist Schade, daß uns der V. den Beweis von diesem Satze schuldig geblieben ist. E.

*) Daran eben erkennt man die Grösse GOttes, daß er allmächtig ist, und ob er seine Geschöpfe gleich nicht nöthig hätte, sich ihrer doch als der natürlich wirkenden Ursache bedienet.

aus dem Jrrthume reissen, und ihr die lautereWahrheit lehren wollte, (welches gleich das Gegentheil von dem ist, was der Teufel thut) in Gestalt einer Taube, nicht aber in Gestalt eines Adlers, eines Pfaues, oder sonst eines andern Vogels, der noch schöner aussieht, herabkam? daß ich, sage ich, antworte: die Ursache war, weil die Taube sehr viel von derjenigen Feuchtigkeit hat, welche am meisten zur Redlichkeit, Wahrheit und Einfalt geneigt macht, von aller Cholera aber frey ist, als welche das Werkzeug der List und Bosheit ist.


74 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Gedenke Sohn, sprach Abraham, daß du dein Gutes empfangen habest in deinem Leben, und Lazarus dagegen hat Böses empfangen; nun aber wird er getröstet, und du wirst

75 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Aristoteles erkannte gar wohl aus der Erfahrung, daß ein Redner, ob er gleich die sittliche und natürliche Weltweisheit, die Arzneykunst,Metaphysik, Rechtsgelehrsamkeit, Mathematik, Astrologie und alle andere Künste und Wissenschaften studire, er doch aus allen nichts, als einige Blumen und unzweifelhafte Aussprüche wisse, ohne daß er den wahren Grund davon inne habe. Er glaubte aber, diese gründliche Erkenntniß gebräche ihm nur deswegen, weil er sich nicht darauf gelegt habe. Wenn er also fragt: *) δια τι τον φιλοσοφον του ῥητορος οἰονται διαφερειν; das ist: worinnen der Redner und Philosoph von einander unterschieden wären, da doch beyde die Weltweisheit studirten? so antwortet er: darinnen wären sie unterschieden, daß der Philosoph allen seinen Fleiß auf die Erkenntniß der Ursachen und Gründe einer jeden Wirkung richte, der Redner aber mit der blossen Kenntniß der Wirkungen zufrieden sey. Die wahre Ursache aber ist keine andere, als die, weil die natürliche Weltweisheit von dem Verstande abhänget, als an welcher Vermögenheit es den Rednern fehlt, so daß sie in der Philosophie nur ganz obenhin erfahren seyn können. Eben dieser Unterschied ist zwischen einem scholastischen und praktischen Gottesgelehrten; der eine weiß die Gründe von allen dem,

*) προβλ. τμημ. ιη.

was zu seiner Wissenschaft gehört, der andere aber weiß nichts mehr, als die unstreitigen Wahrheiten daraus. Es ist daher sehr gefährlich, daß ein Prediger Gewalt und Pflicht hat, demchristlichen Volke die Wahrheit zu lehren, und daß dieses Volk verbunden ist, ihm Glauben beyzumessen. Da ihm die Vermögenheit fehlt, durch welche er die Wahrheiten aus dem Grunde erkennen kann, so kann man mit allem Rechte von ihm sagen, was unser Heiland (Matth.XV, 14.) sagt: sie sind blind und blinde Leiter; wenn aber ein Blinder den andern leitet, so fallen sie beyde in die Grube. Es ist etwas unerträgliches, wenn man sieht, mit was für Kühnheit Leute auftreten und predigen, welche doch nicht ein Wort aus der scholastischen Theologie verstehen, und auch keine natürliche Fähigkeit haben, sie zu erlernen. Auch der h. Paulus beklagt sich sehr über diese Leute, wenn er (1. Timoth. I, 5.) sagt: die Hauptsumma des Gebots ist Liebe von reinem Herzen, und von gutem Gewissen, und von ungefärbtem Glauben. Welcher haben etliche gefehlet, und sind umgewandt zu unnützem Geschwätz; wollen der Schrift Meister seyn, und verstehen nicht was sie sagen, oder was sie setzen. Die Waschhaftigkeit unduud das Geschwätz der deutschen, holländischen, englischen und französischen und aller übrigen nordischen Theologen, macht christliche Zuhörer nur verwirrt, indem sie zwar mit grosser Sprachgelehrsamkeit, mit vieler Zierlichkeit und Anmuth der Worte predigen, allein keinen Verstand haben, womit sie die Wahrheit durchdringen könnten. Daß diese aber wirklich Mangel am Verstande haben, ist oben nicht allein aus der Meynung des Aristoteles, sondern auch ausser vielen andern Gründen und Erfahrungen, die wir deswegen beygebracht haben, erwiesen worden. Wenn denDeutschen und Engländern dasjenige wäre eingeschärft worden, was St. Paulus an die Römer schrieb, welche gleichfalls von falschen Predigern belästiget waren, so würden sie sich vielleicht nicht so geschwind haben verführen lassen:Jch ermahne aber euch, lieben Brüder, daß ihr aufsehet auf die, die da Zertrennung und Aergerniß anrichten, neben der Lehre, die ihr gelernet habt, und weichet von denselbigen; denn solche dienen nicht dem HErrn JEsu Christo, sondern ihrem Bauch, und durch süsse Worte und prächtige Rede verführen sie die unschuldigen Herzen. Ueberdieses haben wir auch oben bewiesen, daß diejenigen, welche eine starke Einbildungskraft besitzen, cholerisch, verschmitzt, boshaft, betrügerisch, und allezeit zum Bösen geneigt sind, welches sie mit vieler Geschicklichkeit und Klugheit auszuführen wissen.