Suchbegriff: vege
Treffer: 8

1 - Examen de in genios para las Sciencias /

Lo que dixo Aristoteles, está muy bien apuntado; aunque ay otra respuesta mejor: y es; que quando Roma honrava sus capitanes, con aquellos triumphos y passatiempos, no premiava solamente la valentia del que triumphava, sino tambien la justicia, con que sustento el exercito en paz, y concordia: y la prudencia con que hizo los hechos, y la temperancia de que usó, qui De Ingenios.tando se el vino, las mugeres, y el mucho comer: lo qual haze perturbar el juyzio, y errar los consejos. Antes la prudencia se a de buscar mas, enel Capitan general, y premiar-la, que el animo y valentia. Porque, como dixo Vegecio, pocos capitanes muy valientes, aciertan a hazer buenos hechos. Y es la causa: que la prudencia es mas necessaria en la guerra, que la ofadia en acometer: pero que prudencia sea esta, nunca Vegecio la pudo atinar, ni supo señalar que diferencia de ingenio, avia de tener el que a de governar la milicia. y no me espanto, por no averse hallado esta manera de phi losophar, de la qual dependia. Verdad es, que averiguar esto, no responde al intento que llevamos (que es elegir los ingenios que piden las letras:) pero es la guerra tan peligrosa, y de tan alto consejo, y tan necessario al Rey, saver, a quien a de confiar su potencia y estado, que no haremos menos servicio a la republica, en señalar esta diferencia de ingenio, y sus señales, que en las demas que hemos pintado. Y assi es de saver, que la malicia, y la milicia, casi convienen enel mesmo nombre, y tienen tambien la mesma difinicion: porque trocando laa por la i. de malicia, se haze milicia; y demilicia, malicia, con facilidad. Quales sean las propriedades y naturaleza de la malicia, trae las Ciceron (De natu. deorum.) diziendo: Malitia est versuta & fallax nocendi ratio. Como si dixera: la malicia no es otra Examen cosa, mas que una razon doblada, astuta, y mañosa, de hazer mal. Y assi en la guerra, no se trata de otra cosa, mas de como ofenderan al enemigo, y se ampararan de sus assechanças. Por donde la mejor propriedad que puede tener un Capitan general, es ser malicioso con el enemigo, y no echar ningun movimiento suyo, a buen fin; sino al peor que pudiere, y proveer-se para ello. (Eccles. cap. 12.) Non credas inimico tuo in æternum: In labiis suis indulcat, & in corde suo insidiatur ut subvertat te in fo veam: in oculis suis lachrymatur; & si invenerit tempus, non satiabitur sanguine. Como si dixera: lamas creas a tu enemigo: porque te dira palabras dulces y sabrosas; y en su coraçon, está poniendo assechanças, para matar te: llora con los ojos; y si halla occasion conveniente, para aprovechar-se de ti, no se hartara de tu sangre.


2 - Examen de in genios para las Sciencias /

Lo que dixo Aristoteles, está muy bien apuntado; aunque ay otra respuesta mejor: y es; que quando Roma honrava sus capitanes, con aquellos triumphos y passatiempos, no premiava solamente la valentia del que triumphava, sino tambien la justicia, con que sustento el exercito en paz, y concordia: y la prudencia con que hizo los hechos, y la temperancia de que usó, qui De Ingenios.tando se el vino, las mugeres, y el mucho comer: lo qual haze perturbar el juyzio, y errar los consejos. Antes la prudencia se a de buscar mas, enel Capitan general, y premiar-la, que el animo y valentia. Porque, como dixo Vegecio, pocos capitanes muy valientes, aciertan a hazer buenos hechos. Y es la causa: que la prudencia es mas necessaria en la guerra, que la ofadia en acometer: pero que prudencia sea esta, nunca Vegecio la pudo atinar, ni supo señalar que diferencia de ingenio, avia de tener el que a de governar la milicia. y no me espanto, por no averse hallado esta manera de phi losophar, de la qual dependia. Verdad es, que averiguar esto, no responde al intento que llevamos (que es elegir los ingenios que piden las letras:) pero es la guerra tan peligrosa, y de tan alto consejo, y tan necessario al Rey, saver, a quien a de confiar su potencia y estado, que no haremos menos servicio a la republica, en señalar esta diferencia de ingenio, y sus señales, que en las demas que hemos pintado. Y assi es de saver, que la malicia, y la milicia, casi convienen enel mesmo nombre, y tienen tambien la mesma difinicion: porque trocando laa por la i. de malicia, se haze milicia; y demilicia, malicia, con facilidad. Quales sean las propriedades y naturaleza de la malicia, trae las Ciceron (De natu. deorum.) diziendo: Malitia est versuta & fallax nocendi ratio. Como si dixera: la malicia no es otra Examen cosa, mas que una razon doblada, astuta, y mañosa, de hazer mal. Y assi en la guerra, no se trata de otra cosa, mas de como ofenderan al enemigo, y se ampararan de sus assechanças. Por donde la mejor propriedad que puede tener un Capitan general, es ser malicioso con el enemigo, y no echar ningun movimiento suyo, a buen fin; sino al peor que pudiere, y proveer-se para ello. (Eccles. cap. 12.) Non credas inimico tuo in æternum: In labiis suis indulcat, & in corde suo insidiatur ut subvertat te in fo veam: in oculis suis lachrymatur; & si invenerit tempus, non satiabitur sanguine. Como si dixera: lamas creas a tu enemigo: porque te dira palabras dulces y sabrosas; y en su coraçon, está poniendo assechanças, para matar te: llora con los ojos; y si halla occasion conveniente, para aprovechar-se de ti, no se hartara de tu sangre.


3 - Examen de in genios para las Sciencias /

La difficultad está aora en señalar con que differencia de ymaginativa en particular se ha de exercitar la guerra. Y en esto no me sabria determinar con certidum bre; por ser conocimiento tan delicado, pero yo sospecho que pide un grado mas de calor que la practica de la medicina: y que allega la colera a quemarse del todo. Veese esto claramente, porque los capitanes muy mañosos y astutos, no son muy animosos, ni amigos de romper, ni dar la batalla; antes con embustes y engaños hazen a su salvo los hechos. La qual propriedad contentó mas a Vegecio, que otra ninguna: Boni enim duces non aperto præ lio, in quo est commune periculum, sed ex occulto semper attentant, ut integris suis, quantum possunt, hostes interimant certè aut terreant. Como si dixera: Los buenos capitanes no son aquellos que pelean a cureña rasa, y ordenan una batalla campal, y rompen a su enemigo; sino los que con ardides y mañas le destruyen, sin que les cueste un soldado. El provecho desta manera de in genio, tenia bien entendido el Senado Ro mano: porque puesto caso que algunos famosos capitanes que tuvo, vencian muchas De Ingenios. batallas: pero venidos a Roma a recebir el triumpho y gloria de sus hazañas, eran tantos los llantos que hazian las padres por sus hijos, y los hijos por los padres, y las mugeres por los maridos, y las hermanas por sus hermanos, que no se gozava de los juegos y passatiempos, con la lastima de los que en la batalla quedavan muertos. Por donde determinó el Senado de no buscar capitanes tan valientes, ni que fuessen amigos de romper, sino hombres algo temerosos, y muy mañosos; como Quinto Fabio: del qual se escrive, que por maravilla arriscava el exercito Romano, en ninguna batalla campal (mayormente estando desviado de Roma, donde enel mal sucesso, no podia ser de presto socorrido) todo era dar largas al enemigo, y buscar ardides y mañas; con las quales hazia grandes hechos, y conseguia muchas victorias, sin perdida de un soldado. Este era recebido en Roma, con grande alegria de todos: porque si cien mil soldados sacava, essos mesmos volvia (salvo aquellos que de enfermedad se morian:) la grita que las gentes le davan, era lo que dixo Ennio (Cicer. dialog. de sen.) Vnus homo nobis cunctando restituit rem. Como si dixeran: Uno dando largo al enemigo, nos haze señores del mundo, y nos vuelve nuestros soldados.


4 - Examen de in genios para las Sciencias /

El que invento el juego del axedrez, hizo un modelo del arte militar: representando enel todos los passos y contemplaciones de la guerra, sin faltar ninguno. Y de la manera que en este juego no ay fortuna, ni se puede llamar dichoso, el jugador que vence a su contrario, ni el vencido desdichado: assi el Capitan que venciere, se a de llamar sabio, y el vencido ignorante; y no dichoso ni mal afortunado. Lo primero que ordenô eneste juego fue, que en dando mate al Rey, quedasse el contrario victorioso: para dar a entender, que todas las fuerças de un exercito estan puestas en la buena cabeça del que lo rige, y govierna. Y para hazer dello demostracion, dio tantas pieças a uno como a otro: porque qualquiera que perdiesse, tuviesse entendido, Examen que le faltó el saber, y no la fortuna. Delo qual se haze mayor evidencia, considerando, que un gran jugador, a otro de menos cabeça, le da la mitad de las pieças; y con todo esso le gana el juego. Y assi le notó Vegecio, diziendo, (Lib. 3. tit. 9.) Pauciores numero, & inferioribus viribus, super venientes, & insidias facientes, sub bonis ducibus reportarunt sæpè victoriam. Como si dixera, Muchas vezes acontece, que pocos soldados y flacos, vencen a los muchos y fuertes, si son governados por un capitan que sabe hazer muchos embustes y engaños.


5 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Das, was Aristoteles sagt, hat seine gute Richtigkeit, ob sich gleich noch eine weit bessere Antwort ertheilen liesse, welche auf folgendes hinauslaufen würde. So lange Rom seine Generale in Ehren hielt, so wurde durch die Triumphe

*) Ιπποκρ. περι ἀερων, ὑδατων, τοπων.

und öffentlichen Feyerungen nicht allein die Tapferkeit des Triumphators belohnt, sondern zugleich auch seine Gerechtigkeit, durch die seine Armee in Friede und Eintracht erhalten wurde; seine Klugheit, womit er seine Heldenthaten ausführte, und seine Mässigkeit bey dem Essen, bey dem Weine und bey dem Frauenzimmer, ohne welche er in seinen Anschlägen irrig und in seiner Beurtheilung verwirrt geworden wäre. Jn der That ist auch bey einem obersten Feldherrn weit mehr auf die Klugheit zu sehen, als auf Muth und Tapferkeit; denn, wie Vegetius sagt, so sind wenig tapfere und beherzte Feldherren geschickt, grosse Thaten auszuführen, indem die Klugheit im Kriege weit nöthiger ist, als der Muth, den Feind anzugreifen. Was aber eigentlich dieses für eine Klugheit sey, hat Vegetius nicht einsehen können; er hat auch nicht zu bestimmen gewußt, welche Art des Genies derjenige haben müsse, der einen Anführer im Kriege abgeben wolle. Jch wundere mich auch hierüber gar nicht, weil damals die Art zu philosophiren, durch die man es allein erkennen kann, noch nicht bekannt war.


6 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Das, was Aristoteles sagt, hat seine gute Richtigkeit, ob sich gleich noch eine weit bessere Antwort ertheilen liesse, welche auf folgendes hinauslaufen würde. So lange Rom seine Generale in Ehren hielt, so wurde durch die Triumphe

*) Ιπποκρ. περι ἀερων, ὑδατων, τοπων.

und öffentlichen Feyerungen nicht allein die Tapferkeit des Triumphators belohnt, sondern zugleich auch seine Gerechtigkeit, durch die seine Armee in Friede und Eintracht erhalten wurde; seine Klugheit, womit er seine Heldenthaten ausführte, und seine Mässigkeit bey dem Essen, bey dem Weine und bey dem Frauenzimmer, ohne welche er in seinen Anschlägen irrig und in seiner Beurtheilung verwirrt geworden wäre. Jn der That ist auch bey einem obersten Feldherrn weit mehr auf die Klugheit zu sehen, als auf Muth und Tapferkeit; denn, wie Vegetius sagt, so sind wenig tapfere und beherzte Feldherren geschickt, grosse Thaten auszuführen, indem die Klugheit im Kriege weit nöthiger ist, als der Muth, den Feind anzugreifen. Was aber eigentlich dieses für eine Klugheit sey, hat Vegetius nicht einsehen können; er hat auch nicht zu bestimmen gewußt, welche Art des Genies derjenige haben müsse, der einen Anführer im Kriege abgeben wolle. Jch wundere mich auch hierüber gar nicht, weil damals die Art zu philosophiren, durch die man es allein erkennen kann, noch nicht bekannt war.


7 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Die Schwierigkeit bestehet nunmehr nur darinnen, daß wir auch die Art der Einbildungskraft bestimmen, mit welcher der Krieg eigentlich geführet wird. Hierüber aber werde ich mich nicht mit allzugrosser Gewißheit auslassen können, weil eine allzufeine Erkenntniß darzu erfordert wird. Was ich aber vermuthe ist dieses, daß noch ein Grad mehr Wärme dazu erfordert werde, als zur Ausübung der Arzneywissenschaft, und daß sich die Cholera ganz und gar verbrennen müsse. Dieses erhellet gar deutlich, weil die allerverschlagensten und listigsten Feldherren eben nicht die allertapfersten und kühnsten zum Anfalle und bereitwilligsten zur Schlacht sind; sondern vorher auf unzählige Ränke und Hinterhalte bedacht sind, damit sie ihre That desto sichrer ausführen können. Diese Eigenschaft lobt Vegetius mehr, als irgend eine andere: boni enim duces non aperto prae- lio, in quo est commune periculum, sed ex oc- culto semper attentant, vt integris suis, quan- tum possunt, hostes interimant certe aut ter- reant. Das ist: die besten Feldherren sind nicht diejenigen, welche in freyem Felde streiten, es zur offenbaren Schlacht kommen lassen, und auf ihre Feinde ohne Hinterlist losgehen, sondern diejenigen sind es, welche sie mit Ränken und durch Hinterhalte ohne Verlust ihrer eignen Mannschaft schwächen. Den Nutzen, den diese Art des Genies bringt, sah der römische Rath nur allzuwohl ein: denn wenn auch verschiedene berühmte Feldherren, die er hielt, viel Schlachten gewonnen hatten, und in Rom deßwegen die gewöhnlichen Ehrenbezeigungen und den Triumph erhielten; so war doch das Klagen und Weinen der Väter um ihre Söhne, der Söhne um ihre Väter, der Weiber um ihre Männer, der Brüder um ihre Brüder so groß, daß man alle die öffentlichen Lustbarkeiten vor Beweinung der in der Schlacht gebliebenen nicht geniessen konnte. Der Senat beschloß also, keine so tapfre Feldherren, die es sogleich zur Schlacht kommen liessen, mehr zu wählen, sondern behutsame und listige Anführer aufzusuchen, wie Quintus Fabius war, von welchem die Geschichtschreiber melden, daß er selten oder gar nicht die römische Armee einer offenen Feldschlacht ausgesetzt habe, besonders, wenn er weit von Rom entfernet gewesen wäre, daß er also nicht so bald wieder frisches Volk hätte bekommen können, wenn er sollte unglücklich gewesen seyn. Seine ganze Kunst bestand darinnen, daß er dem Feinde auswich, und sich auf nichts, als auf Ränke und Hinterhalte legte; wodurch er sehr grosse Thaten verrichtete, und sehr viel Siege ohne einen Mann zu verlieren erlangte. Er wurde daher in Rom mit allgemeinen Freuden empfangen: denn wenn er mit fünftau send Soldaten ausgezogen war, so kam er mit eben so vielen wieder zurück, diejenigen ausgenommen, welche eine Krankheit hingerissen hatte. Die Zurufungen des Volks waren, wie sie Ennius ausdrückt: *) unus homo nobis cunctando resti- tuit rem. Einer macht uns dadurch, daß er dem Feinde ausweicht, zu Herren der Welt und erhält uns unsere Soldaten.


8 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Derjenige, welcher das Schachspiel erfand, erfand eine Vorstellung der ganzen Kriegskunst, indem er alle Betrachtungen, die man in dem Kriege machen muß, alle Vorfälle, die sich darinnen ereignen, keinen einzigen ausgenommen, anbrachte. Und gleichwie in diesem Spiele kein Glück Statt findet; wie man denjenigen Spieler, welcher seinen Gegner überwindet, nicht glücklich und den Ueberwundenen nicht unglücklich nennen kann: eben so muß man denjenigen Feld herrn, welcher überwindet, weise, den Ueberwundenen aber dumm und unvorsichtig, nicht aber jenen glücklich und diesen unglücklich nennen. †) Der Hauptpunkt, den der Erfinder des Schachspiels darinnen festsetzte, ist, daß derjenige Theil überwunden seyn sollte, dessen König matt gemacht sey. Hierdurch wollte er zu verstehen geben, daß alle Stärke einer Armee in dem Haupte desjenigen ist, welcher sie regiert und anführt. Damit er dieses unwidersprechlich zeigen möge, so gab er dem einen Theile so viel Stücken, als dem andern, damit derjenige, welcher verlöre, deutlich sehen möchte, die Schuld habe an seiner Ungeschicklichkeit, und nicht an dem Glücke gelegen. Dieses fällt noch mehr in die

†) Wenn die Soldaten eben solche Maschinen, wie die Bauern und Officiere im Schachspiele wären; wenn das Feld oder das Meer, auf welchem eine Schlacht geliefert wird, sich eben so leicht, als ein Schachbrett, übersehen und regieren liesse; und wenn endlich Wind und Wetter auf eine Armee keinen grössern Einfluß, als die Luft eines Zimmers auf die Schach spielenden Personen hätte, so würde man wider diese Vergleichung desVerfassers nicht viel einwenden können. Allein da sich alles dieses ganz anders verhält, so kann man unmöglich, ohne eine Unbilligkeit zu begehen, den Ueberwinder mit dem Verfasser allezeit weise, und den Ueberwundenen dumm und unvorsichtig nennen, zumal da die Geschichte eine Menge Beyspiele enthält, wodurch sich die Meynung des Verfassers leicht widerlegen liesse. E.

Augen, wenn man siehet, daß ein grosser Spieler demjenigen Gegner, dem er an Geschicklichkeit überlegen ist, die Hälfte seiner Bauern und Anführer schenkt, und das Spiel gleichwohl gewinnet. Dieses hat schon Vegetius angemerkt, wenn er lib. III. tit. 9. sagt: pauciores nume- ro et inferioribus viribus superuenientes et insidias facientes, sub bonis ducibus repor- tarunt saepe victoriam. Das ist: es trägt sich oft zu, daß wenige und schwache Soldaten ein grosses und starkes Heer überwinden, wenn sie von einem Feldherrn angeführt werden, welcher viele Fallen und Hinterhalte zu legen weiß.