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1 - Examen de in genios para las Sciencias /

Tambien cuenta Hippo.(In Epistola ad Damagetum,) que yendo a visitar aquel gran philosophoDemocrito, le dixo las locuras que el vulgo dezia de la medicina, y eran que viendose libres de la enfer medad, dizen que Dios los sano; y que si el no quisiera, poco aprovechara la buena industria del medico. Ella es tan antigua manera de hablar, y hanla reñido tantas vezes De Ingenios. los Philosophos naturales, que es por demas tratar de quitarla: ni menos conviene; porque el vulgo que ignora las causas particulares de qualquier effecto, mejor responde, y con mas verdad, por la causa universal (que es Dios) que dize algun di sparate. Pero yo muchas vezes me he pue sto a considerar, la razon y causa, de donde pueda nascer, que la gente vulgar sea tan amiga de atribuyr todas las cosas a Dios, y quitar las a naturaleza, y aborrescer los medios naturales. Y no se si la he podido atinar, alomenos bien se dexa entender, que por no saber el vulgo, que effectos se an de atribuyr immediatamente a Dios, y quales a naturaleza, los haze hablar de aquella manera, fuera de que los hombres (por la mayor parte) son impacientes, y amigos de que se cumpla presto lo que ellos dessean: y como los medios naturales son tan espaciosos, obran por discurso de tiempo, no tienen paciencia para aguardarlos: y como saben, que Dios es omnipotente, y que en un momento haze todo lo que quiere, y de ello tienen muchos exemplos, querrian que el les diesse salud, como al Paralitico; y sabiduria, como a Salomon; y riquezas, como a Iob; y que los librasse de sus enemigos, como a David.


2 - Examen de in genios para las Sciencias /

Quanto offenda al Demonio el armonia y buena proporcion, muestrase claramente por lo que dize el texto divino: que tomando David su harpa y tocandola, luego huya el Demonio, y salia del Examen cuerpo de Saul. Y aunque esto tiene su espiritu, yo tengo entendido que natu ralmente molestava la musica al Demonio: y que no la podia sufrir. El pueblo de Israel sabia ya por experiencia, que el Demonio era enemigo de musica: y por tenerlo assi entendido, dixeron los criados de Saul desta manera, (1. Reg. cap. 16.) Ecce spi ritus Dei malus exagitat te: jubeat Dominus noster rex, ut servi tui qui coram te sunt, quærant hominem scientem psallere cithara, ut quando arripuerit spiritus Domini malus, psallat manu sua, & levius feras. De la manera, que ay palabras y conjuraciones, que hazen tenblar al Demonio: y por no oyrlas, dexa el lugar que tenia eligido para su habita cion. Y assi cuenta Josepho (Lib. 8. de antiq. c. 2.) que Salomon dexó escritos ciertos modos de conjurar, con los quales no solamente echavan (de presente) al demonio, pero jamas osava volver al cuerpo de donde una vez fue lançado. Tambien el mesmo Salomon mostró una rayz de tan abominable olor para el Demonio, que aplicandola a las narizes del Demonio, lo echava luego fuera. Es tan suzio el Demonio, tan triste, y enemigo de cosas limpias, alegres y claras, que entrando Jesu Christo en la region de los Geraseos (cuenta san Matheo) que le ocurrieron ciertos Demonios, metidos en dos cuerpos muertos, que avian sacado de los sepulchros: dando vozes y di ziendo, Jesu hijo de David, que tema tie De Ingenios.nes con nosotros, en aver venido antes de tiempo a atormentarnos; rogamos te, que si nos has de echar deste lugar donde estamos, que nos dexes entrar en aquella manada de puercos que alli está. Por la qual razon los llama la divina Escriptura, suzios espiritus: por donde se entiende claramente, que no solo el anima racional pide disposiciones en el cuerpo, para poderlo informar, y ser principio de todas sus obras; pero aun para estar en el, como en lugar acomodado a su naturaleza, las a menester: pues los demonios (siendo de sustancia mas perfecta) aborescen unas calidades corporales, y con las contrarias se huelgan y reciven contento. De manera que no es buen argu mento el de Galeno: Va se el anima racional del cuerpo, por una gran calentura; luego es corruptible: pues lo haze el Demonio (de la manera que hemos dicho,) y no es mortal.


3 - Examen de in genios para las Sciencias /

Quanto offenda al Demonio el armonia y buena proporcion, muestrase claramente por lo que dize el texto divino: que tomando David su harpa y tocandola, luego huya el Demonio, y salia del Examen cuerpo de Saul. Y aunque esto tiene su espiritu, yo tengo entendido que natu ralmente molestava la musica al Demonio: y que no la podia sufrir. El pueblo de Israel sabia ya por experiencia, que el Demonio era enemigo de musica: y por tenerlo assi entendido, dixeron los criados de Saul desta manera, (1. Reg. cap. 16.) Ecce spi ritus Dei malus exagitat te: jubeat Dominus noster rex, ut servi tui qui coram te sunt, quærant hominem scientem psallere cithara, ut quando arripuerit spiritus Domini malus, psallat manu sua, & levius feras. De la manera, que ay palabras y conjuraciones, que hazen tenblar al Demonio: y por no oyrlas, dexa el lugar que tenia eligido para su habita cion. Y assi cuenta Josepho (Lib. 8. de antiq. c. 2.) que Salomon dexó escritos ciertos modos de conjurar, con los quales no solamente echavan (de presente) al demonio, pero jamas osava volver al cuerpo de donde una vez fue lançado. Tambien el mesmo Salomon mostró una rayz de tan abominable olor para el Demonio, que aplicandola a las narizes del Demonio, lo echava luego fuera. Es tan suzio el Demonio, tan triste, y enemigo de cosas limpias, alegres y claras, que entrando Jesu Christo en la region de los Geraseos (cuenta san Matheo) que le ocurrieron ciertos Demonios, metidos en dos cuerpos muertos, que avian sacado de los sepulchros: dando vozes y di ziendo, Jesu hijo de David, que tema tie De Ingenios.nes con nosotros, en aver venido antes de tiempo a atormentarnos; rogamos te, que si nos has de echar deste lugar donde estamos, que nos dexes entrar en aquella manada de puercos que alli está. Por la qual razon los llama la divina Escriptura, suzios espiritus: por donde se entiende claramente, que no solo el anima racional pide disposiciones en el cuerpo, para poderlo informar, y ser principio de todas sus obras; pero aun para estar en el, como en lugar acomodado a su naturaleza, las a menester: pues los demonios (siendo de sustancia mas perfecta) aborescen unas calidades corporales, y con las contrarias se huelgan y reciven contento. De manera que no es buen argu mento el de Galeno: Va se el anima racional del cuerpo, por una gran calentura; luego es corruptible: pues lo haze el Demonio (de la manera que hemos dicho,) y no es mortal.


4 - Examen de in genios para las Sciencias /

Yo no puedo dexar de entender que el anima racional (apartada del cuerpo) y tambien el Demonio, tengan potencia visiva, olfactiva, auditiva, y tactiva. Lo qual De Ingenios. me parece que es facil de provar: porque si es verdad que las potencias se conocen por las actiones, cierto es que el Demonio tenia potencia olfactiva, pues olia aquella rayz que Salomon mandava aplicar a las narizes de los endemoniados: y que tenia potencia auditiva, pues oya la musica que David dava a Saul. Pues dezir que estas ca lidades las percebia el Demonio con el en tendimiento, no se puede affirmar en la doctrina de los Philosophos vulgares; porque esta potencia es espiritual, y los objetos de los cinco sentidos son materiales. Y assi es menester buscar otras potencias en el anima racional, y en el Demonio; con quien se puedan proporcionar.


5 - Examen de in genios para las Sciencias /

Para encarecer Iosepho la gran sabidu ria de Salomon, dize desta manera: Tanta fuit sapientia & prudentia quam Salomondivinitus acceperat, ut omnes priscos superaret, atque etiam Ægyptios, qui omnium sapientissimi habentur


6 - Examen de in genios para las Sciencias /

Tanta fuit sapientia & prudentia quam Salomondivinitus acceperat, ut omnes priscos superaret, atque etiam Ægyptios, qui omnium sapientissimi habentur

7 - Examen de in genios para las Sciencias /

La segunda propriedad, que no puede tener el hombre, que alcançare esta diferencia de ingenio, es: ser blando y de buena condicion: porque alcança muchas tretas con la ymaginativa, y sabe que por qualquier error y descuydo, se viene a perder un exercito, haze el caso dello, que es menester. Pero la gente de poco saber, llama desassossiego al cuydado; al castigo, crueldad; a la remission, misericordia; y al suffrir y dissimular, las cosas mal hechas, buena condicion. Y esto realmente nace, Examen de ser los hombres necios, que no alcançan el valor de las cosas, ni por donde se an de guiar: pero los prudentes y sabios, no tienen paciencia, ni pueden suffrir las cosas que van mal guiadas, aunque no sean suyas: por donde viven muy poco, y con muchos dolores de espiritu. Y assi dezia Salo mon: (Eccl. cap. 1.) Dedi quoque cor meum ut scirem prudentiam atque doctrinam; erroresque & stultitiam: & agnovi quòd in his quoque esset labor & afflictio spiritus: eo quòd in multa sapientia, multa sit indignatio: & qui addit scientiam, addit & dolorem. Como si dixera: Yo fuy necio y sabio, y halle que en todo ay trabajo. Pero el que a su entendimiento le da mucha sabiduria, luego adquiere mala condicion, y dolores. En las quales palabras parece dar a entender Salomon, que vivia mas a su contento siendo necio, que quando le dieron la sabiduria. Y assi es ello realmente que los necios, viven mas descansados, porque ninguna cosa les da pe na, ni enojo; ni piensan que en saber, nadie les haze ventaja. A los quales llama el vul go, Angeles del cielo, viendo que ninguna cosa les offende; ni se enojan, ni riñen las cosas mal hechas, y passan por todo: y si considerassen la sabiduria y condicion de los Angeles, verian que es palabra mal sonante, y aun caso de inquisicion: porque dende que tenemos uso de razon, hasta que morimos, no hazen otra cosa, sino reñir nos las cosas mal hechas, y avisarnos de lo De Ingenios. que nos conviene hazer. Y si como nos hablan en su lenguaje espiritual (moviendo a ymaginativa) nos dixessen con palabras materiales su parescer, los terniamos por importunos y mal acondicionados. Y sino, miremos que tal parescio aquel Angel que refiere S. Matheo (Mat.

S. Iuan Baptista era Angel enel officio.

cap. 11.) a Herodes, y a la muger de su hermano Philippo: pues por no oyrle su reprehension, le cortaron la cabeça.


8 - Examen de in genios para las Sciencias /

La segunda propriedad, que no puede tener el hombre, que alcançare esta diferencia de ingenio, es: ser blando y de buena condicion: porque alcança muchas tretas con la ymaginativa, y sabe que por qualquier error y descuydo, se viene a perder un exercito, haze el caso dello, que es menester. Pero la gente de poco saber, llama desassossiego al cuydado; al castigo, crueldad; a la remission, misericordia; y al suffrir y dissimular, las cosas mal hechas, buena condicion. Y esto realmente nace, Examen de ser los hombres necios, que no alcançan el valor de las cosas, ni por donde se an de guiar: pero los prudentes y sabios, no tienen paciencia, ni pueden suffrir las cosas que van mal guiadas, aunque no sean suyas: por donde viven muy poco, y con muchos dolores de espiritu. Y assi dezia Salo mon: (Eccl. cap. 1.) Dedi quoque cor meum ut scirem prudentiam atque doctrinam; erroresque & stultitiam: & agnovi quòd in his quoque esset labor & afflictio spiritus: eo quòd in multa sapientia, multa sit indignatio: & qui addit scientiam, addit & dolorem. Como si dixera: Yo fuy necio y sabio, y halle que en todo ay trabajo. Pero el que a su entendimiento le da mucha sabiduria, luego adquiere mala condicion, y dolores. En las quales palabras parece dar a entender Salomon, que vivia mas a su contento siendo necio, que quando le dieron la sabiduria. Y assi es ello realmente que los necios, viven mas descansados, porque ninguna cosa les da pe na, ni enojo; ni piensan que en saber, nadie les haze ventaja. A los quales llama el vul go, Angeles del cielo, viendo que ninguna cosa les offende; ni se enojan, ni riñen las cosas mal hechas, y passan por todo: y si considerassen la sabiduria y condicion de los Angeles, verian que es palabra mal sonante, y aun caso de inquisicion: porque dende que tenemos uso de razon, hasta que morimos, no hazen otra cosa, sino reñir nos las cosas mal hechas, y avisarnos de lo De Ingenios. que nos conviene hazer. Y si como nos hablan en su lenguaje espiritual (moviendo a ymaginativa) nos dixessen con palabras materiales su parescer, los terniamos por importunos y mal acondicionados. Y sino, miremos que tal parescio aquel Angel que refiere S. Matheo (Mat.

S. Iuan Baptista era Angel enel officio.

cap. 11.) a Herodes, y a la muger de su hermano Philippo: pues por no oyrle su reprehension, le cortaron la cabeça.


9 - Examen de in genios para las Sciencias /

QUandoSalomon fue elegido por Rey y caudillo de un pueblo tan grande y numeroso como Israel, dize el texto, que para poderlo regir y gover nar, pidio sabiduria del cielo, y no mas. (3 Regum cap. 3.) La qual demanda fue tan a gusto de Dios, que en pago de aver acertado tambien, le hizo el mas sabio Rey del mundo: y no contento con esto, le dio muchas riquezas, y gloria, encaresciendo siempre su gran peticion. De donde se insiere claramente, que la mayor prudencia y sabiduria, que puede aver enel hombre, essa es, el fundamento en que restriva el officio de Rey: la qual conclusion es tan cierta y verdadera, que no es menester gastar tiempo en provarla. Solo conviene mostrar a que diferencia de ingenio perte nece el arte de ser Rey, y tal qual la repu blica lo ha menester; y traer las señales, con que se ha de conocer el hombre, que tuviere tal ingenio y habilidad. Y assi es cierto, que como el officio de Rey, excede a todas las artes del mundo; de la mesma manera, pide la mayor diferencia de inge nio que naturaleza puede hazer.


10 - Examen de in genios para las Sciencias /

Considerando Salomon, la gran falta que ay de hombres prudentes, y como ningu na muger nace con ingenio y saber, dixo desta manera [Eccl. cap. 7.] Virum unum de mille reperi, mulierem ex omnibus non in veni. Como si dixera, Entre mil varones halle uno que fuesse prudente; pero de todas las mugeres, ninguna me occurrio con sabiduria. Por tanto se deve huyr deste sexo; y procurar que el hijo nazca varon; pues en Examen el solo se halla el ingenio que requieren las letras. Para lo qual es menester considerar primero, que instrumentos ordenó natu raleza enel cuerpo humano, a este proposi to: y que orden de causas se an de guardar, para que se pueda conseguir el fin que llevamos.


11 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Jn gleicher Absicht erzählt Hippokrates, (in dem Briefe an den Damaget) daß er

*) Man muß wissen, wie weit sich die Grenzen jeder Wissenschaft erstrecken, und welche Fragen dahin einschlagen.

einstmals jenen grossen Weltweisen, den Demokrit, besucht, und sich mit ihm von den Meynungen unterredet habe, die der Pöbel von der Arzeneykunst heget, indem er, sobald er sich gesund siehet, behauptet, GOtt habe ihn gesund gemacht, ohne dessen Willen die geschickteste Sorgfalt des Arztes ganz umsonst wäre. Diese Art zu urtheilen ist so alt, und so unzähligmal von den Naturforschern widerlegt worden, daß es sehr überflüssig, ja einigermassen nachtheilig seyn würde, wenn ich mich, hier sie gänzlich abzuschaffen, bemühen wollte: weil es in der That besser ist, daß der Pöbel, der die nächsten Ursachen einer jeden Wirkung nicht weiß, die allgemeine Ursache, den Willen GOttes anführet, als daß er eine Ungereimtheit vorbringt. Unterdessen habe ich mich doch, mehr als einmal, den Grund auszuforschen bestrebt, warum das gemeine Volk so gar gerne alle Dinge gleich GOtt zuschreibt, die Natur verläßt, und alle natürliche Mittel, deren sich die Allmacht bedient, übersieht. Jch weiß nicht, ob ich es getroffen habe; so viel aber läßt sich leicht begreiffen, daß der Pöbel, weil er nicht weiß, welche Wirkungen er unmittelbar GOtt, und welche er der Natur zuschreiben soll, beynahe gedrungen ist, so zu reden. Erstlich, weil die Menschen größtentheils sehr ungeduldig sind. Sie sehen nichts lieber, als wenn das, was sie verlangen, sogleich geschieht, und haben selten kaltes Blut genug, die natürlichen Mittel ruhig abzuwarten, welche sich sehr weit erstrecken, und ihre Wirkungen nur mit der Folge der Zeit äussern. Sie wissen, daß GOtt allmächtig ist, und daß er in einem Augenblicke alles schaffen kann, was er will; und nach den Beyspielen, welche ihnen ihr Gedächtniß darbietet, verlangen sie eben so unmittelbar gesund, wie der Gichtbrüchtige; weise, wie Salomo; reich, wie Hiob; und, wie David, von ihren Feinden befreyet zu werden. Zweytens sind wir Menschen ein vermessenes und stolzes Geschöpfe. Es giebt nicht wenige, welche sogar verlangen, GOtt solle ihnen eine besondere Gnade, nicht eine so allgemeinnützige erzeigen, als etwa der Gebrauch der Sonne ist, die er über Gute und Böse aufgehen läßt; weil ihnen die Wohlthaten desto grösser scheinen, je wenigern sie erwiesen werden. Daher kömmt es, daß gewisse Leute Oertern, welche der Andacht gewidmet sind, Wunder, die daselbst geschehen seyn sollen, andichten. Der Pöbel besucht sie, und er verehrt sie als Personen, mit welchen GOtt eine besondre Rechnung hat, und theilt ihnen, wenn sie arm sind, reichliche Allmosen mit, so, daß ihr Aberglaube jenen zum Wucher wird. Drittens sind die Menschen sehr zur Bequemlichkeit geneigt; die natürlichen Ursachen aber sind so geordnet und so an einander gekettet, daß man nicht ohne Mühe zu ihren Wirkungen gelangen kann. Sie wollen also, daß GOtt mit ihnen nach seiner Allmacht handle, und daß ihre Wünsche oh ne ihren Schweiß erfüllt werden. Der Bosheit derjenigen will ich hier nicht gedenken, welche von GOtt Wunder verlangen, um seine Allmacht auf die Probe zu stellen, und zu sehen, ob er sie thun kann; oder um Feuer vom Himmel und andre grausame Strafen bitten, ihr rachbegieriges Herz zu befriedigen. Endlich will der größte Theil des Pöbels sehr fromm seyn. Er dringt auf die Verherrlichung GOttes, und glaubt, daß diese weit eher durch Wunder, als durch natürliche Wirkungen erlangt werde. Er weiß aber nicht, daß GOtt nur alsdenn übernatürliche Begebenheiten verrichtet, wenn er seine Allmacht an denjenigen, die sie nicht erkennen, beweisen, oder seine Lehre bestärken will; und daß ausser diesen Fällen sich GOtt natürlicher Mittel bedient. *) Dieses läßt sich leichtlich daher begreifen, weil GOtt heut zu Tage keine Wunder mehr thut, wie er in dem alten Testamente und zu Anfange des neuen gethan hat. Er thut sie aber deßwegen nicht mehr, weil er nunmehr auf seiner Seite alle Vorsorge angewandt hat, daß die Menschen ihre Unwissenheit nicht mehr vorwenden können. Zu glauben aber, GOtt werde eben die Beweise noch einmal führen, und werde seine Lehre mit neuen Wundern, z. E. durch Erweckung der

*) Und der Herr wirkte mit ihnen, und bekräftigte ihr Wort durch mitfolgende Zeichen. Marci am letzten.

Todten, durch Sehendmachung der Blinden, durch Heilung der Lahmen nnd Gichtbrüchtigen, aufs neue bestärken, ist ein sehr grosser Jrrthum, weil GOtt, was den Menschen zu wissen nöthig ist, nur einmal lehrt, und nur einmal mit Wundern beweiset, ohne sie jemals zu wiederholen. *) Jch weiß kein Merkmal, aus welchem man sicherer schliessen könnte, daß ein Mensch keine Fähigkeit zur Naturlehre habe, als wenn man siehet, daß er geneigt ist, aus allen Sachen ohne Unterschied Wunderwerke zu machen: da man im Gegentheile demjenigen, welcher nicht eher ruhet, als bis er die besondre Ursache einer Wirkung entdecket hat, das dazu erforderliche Genie sicher zutrauen kann. Dieser weiß, daß es Wirkungen giebt, mit welchen man unmittelbar auf GOtt zurück gehen muß, dergleichen die Wunder sind; daß es aber weit mehrere giebt, die ihre bestimmten Ursachen haben, die man also aus der Natur erklären muß, ob man gleich in diesem Falle sowohl als in jenem nur GOtt zum ersten Urheber angiebt. Wenn daher Aristoteles sagt: GOtt und die Natur thun nichts umsonst; so ist seine Meynung nicht, als wäre die Natur eine von GOtt abgesonderte und mit ihm gleich allgemeine Ursache. Er verstehet vielmehr unter der Natur diejenige Ordnung, welche GOtt in der Welt festgesetzt hat, und

*) Semel loquitur Deus, et secundo id ipsum non repetit. Hiob 33, 14.

nach welcher die Ursachen und Wirkungen so verbunden sind, als es die Erhaltung der Welt erfordert. Auf eben die Art sagt man: der König und das Gesetz thun niemanden Unrecht. Hier heißt das Gesetz nicht etwas gewisses, welches mit dem Könige, ohne von ihm abzuhängen, die oberste Gewalt zugleich führet; sondern es ist nichts, als der Name, welcher alle Gesetze und Verordnung unter sich begreift, die der König zur Erhaltung der Ruhe in seinemStaate hat bekannt machen lassen. Wie sich also der König gewisse Fälle vorbehalten hat, welche durch das Gesetz nicht entschieden werden können, weil sie allzu besonders und wichtig sind; eben so hat sich GOtt die wunderbaren Wirkungen vorbehalten, welchen er natürliche Ursachen weder geben konnte, noch wollte. Hier muß man aber wohl merken, daß es nur eine Sache für einen sehr grossen Naturforscher sey, die übernatürlichen Wirkungen zu erkennen, und sie von den natürlichen zu unterscheiden, weil er die bestimmten Ursachen aller und jeder Wirkungen kennen muß; welches aber gleichwohl noch nicht genug ist, wenn nicht die rechtgläubige Kirche dasjenige, was er für Wunder erkennet, gleichfalls für Wunder annimmt. DieNaturlehrer müssen eben das thun, was die Rechtsgelehrten thun. *) Diese lesen das bürgerliche

*) Die Unwissenheit in der Naturlehre macht Wunder, wo keine sind.

Gesetz und drücken es ihrem Gedächtnisse fest ein, damit sie in dem oder jenem Falle untrüglich wissen mögen, was des Königs Wille sey; jene bestreben sich die Ordnung und Folge zu erkennen, welche GOtt, gleich von dem ersten Tage der Schöpfung an, in der Welt feststellte, damit sie die Art einsehen können, nach welcher er eine Wirkung aus der andern hat wollen entspringen lassen. Wie es also sehr lächerlich wäre, wenn ein Rechtsgelehrter in seinen Schriften als etwas ausgemachtes anführte, der König wolle diesen oder jenen Fall so und nicht anders entschieden wissen, ohne das Gesetz zu nennen, nach welchem er entschieden werden muß; eben so lächerlich kömmt es den Naturforschern vor, wenn sie jemanden sagen hören: dieses oder jenes Werk ist von GOtt, ohne daß er die Reihe der besondern Ursachen, aus welchen es entspringen kann, angiebt. Und wie der König denjenigen nicht erhören will, welcher von ihm die Abschaffung eines gerechten Gesetzes, oder die Entscheidung eines Falles wider die Art, nach welcher er will, daß in den Gerichten entschieden werden soll, bittet; so will auch GOtt denjenigen nicht erhören, welcher ohne Noth Wunder oder Thaten, die in dem Zusammenhange der Welt ihren Grund nicht haben, verlangt. Denn obgleich ein König fast alle Tage Gesetze giebt und aufhebt, und die gerechtlichen Verfahrungen ändert, theils, weil sich die Umstände der Zeit ändern, theils, weil die menschliche Klug heit viel zu schwach ist, als daß sie gleich auf das erstemal alles nach der schärfsten Wahrheit und Gerechtigkeit anordnen sollte; so hat doch der einmal von GOtt festgesetzte Zusammenhang, nach welchem in der Welt eins aus dem andern folgt, und welchen wir die Natur nennen, nicht nöthig, daß er nur in dem geringsten Stücke aufgehoben oder verändert werde, weil ihn GOtt mit einer so unendlichen Weisheit angeordnet hat, daß derjenige, welcher von ihm etwas ausser und wider diesen Zusammenhang zu thun bittet, durch diese Bitte sein Werk für unvollkommen erkläret.


12 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Alles, was Sokrates damit zu verstehen geben wollte, war, daß alle menschliche Wissenschaften höchst ungewiß wären, und daß der Verstand eines Weltweisen in allem, was er wisse, nicht anders, als unruhig und furchtsam seyn könne, weil alles voller Zweifel und nichts in der Welt sey, das man ohne Furcht des Gegentheils glauben könne. Salomo selbst sagt: der sterblichen Menschen Gedanken sind mißlich, und unsre Anschläge sind gefährlich. Wer eine wahrhafte Wissenschaft besitzen will, der muß ruhig und beständig bleiben, und muß niemals befürchten dürfen, er habe sich vielleicht geirret. Derjenige Weltweise aber, der in diesen Umständen nicht ist, kann mit Grunde derWahrheit von sich behaupten, er wisse nichts.


13 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Plato geht einen andern Weg, und kömmt der Wahrheit näher. GOtt ist zwar ewig, spricht er; er ist allmächtig und von einer unendlichen Weisheit; gleichwohl bezeugt er sich

*) βιβλ. ὁτι τα της ψυχης ἠθη.

in seinen Werken als eine natürlich wirkende Ursache, und unterwirft sich den Umständen der vier Hauptbeschaffenheiten, so, daß er, wenn er einen weisen und ihm gleichenden Mann erschaffen will, nothwendig den allergemässigsten Ort in der ganzen Welt darzu aussuchen muß, wo weder die Wärme der Luft die Kälte, noch die Feuchtigkeit die Trockenheit übersteigt. Ατεοὐν φιλοπολεμος τε και φιλοσοφος ἡ θεοςοὐσα, τον προσφερεϛατους ἀυτῃ μελλοντα οἰσειν τοπον ἀνδρας τουτον ἐκλεjαμενη,πρωτον κατωκισεν. Wenn GOtt also wollte, daß in Scythien, oder in sonst einer ungemässigten Gegend ein weiser Mann sollte gebohren werden, so müßte er nothwendig seine Allmacht dabey anwenden, oder es würde ein Narre daraus werden; weil ihm die ersten Hauptbeschaffenheiten zuwider sind. Aus diesen allen aber zieht Plato nichts weniger als den Schluß, welchen Galenus daraus ziehen müßte, daß GOtt nämlich veränderlich und vergänglich sey, weil die Wärme und die Kälte seine Werke einschränken. Auf eben diese Weise nun muß man auch bey der vernünftigen Seele verfahren, wenn sie das allzuhitzige Gehirn weise und klug zu seyn verhindert, und muß daraus nicht schliessen, daß sie deswegen vergänglich und sterblich seyn müsse. Daß sie aber aus dem Körper geht, und die tödtliche Hitze des Fiebers, oder andere Zufälle, welche dem Menschen das Leben kosten, nicht ertragen kann; dieses bewei set nur so viel, daß sie die thätige und selbstständige Form des menschlichen Körpers ist; daß ihr, so lange sie in demselben bleibt, gewisse Beschaffenheiten des Körpers, die sich zu ihrem Wesen schicken, unumgänglich nothwendig sind; daß die Werkzeuge, mit welchen sie wirkt, wohl gebauet, nicht verstümmelt, und von dem gehörigen Temperamente seyn müssen, welches ihreHandlungen erfordern, und daß sie, wenn dieses nicht ist, nothwendig irren, oder sich gar von dem Körper absondern muß. Der Fehler des Galenus liegt darinnen, daß er es aus Gründen der natürlichen Weltweisheit ausmachen will, ob die vernünftige Seele, wenn sie keinen Körper mehr hat, gleich untergehe oder nicht; da dieses doch eine Frage ist, welche in eine weit höhere Wissenschaft gehört, und weit gewissere Gründe erfordert. Aus dieser nun wollen wir es beweisen, daß seine Einwürfe sehr schwach sind, und daß er ganz falsch geschlossen hat, die vernünftige Seele müsse vergänglich seyn, weil sie bey gewissen Beschaffenheiten des Körpers in dem Körper bleibt, bey den entgegengesetzten Beschaffenheiten aber ihn verläßt. Der Beweis wird uns nicht schwer fallen, weil es sogar weit vollkommenere geistige Wesen giebt, als die vernünftige Seele ist, die sich Oerter von gewissen körperlichen Beschaffenheiten erwählen, wo sie mit Vergnügen zu wohnen scheinen, diese Oerter aber sogleich verlassen, wenn sie andere körperliche Beschaffenheiten, die sie nicht vertragen können, annehmen. Sogar in dem menschlichen Körper giebt es gewisse Beschaffenheiten, auf welche der Teufel so begierig ist, daß er in denjenigen Menschen fährt, in welchen sie sich befinden, und ihn zu einem Besessenen macht: sobald aber diese Beschaffenheiten durch widrige Arzneymittel verändert, oder vernichtet werden, sobald man die schwarzen, faulen, und stinkenden Säfte aus dem Körper geschaft hat, so fährt er natürlicher Weise von selbst aus. Die Erfahrung lehrt es uns auch sonst deutlich genug; zum Beyspiel, in ein grosses, altes, dunkles, feuchtes und übelriechendes Haus, in welchem sich Diebe und Mörder verstecken können, gewöhnen sich Gespenste; sobald man aber den Ort reiniget, und die Fenster alle öfnet, damit der Tag und die Sonne überall hin kann, sogleich machen sie sich wieder fort, besonders, wenn viel Leute darinnen wohnen, wenn viel Lustbarkeiten und Zeitvertreibe darinnen angestellt werden, und viel Musik dabey ertönet. †) Wie sehr dem Teufel aber die

†) Hier geräth Herr Huart ein bischen zu tief in die Rockenphilosophie. Was sich durch Hülfe einer Purganz aus dem Leibe schaffen läßt, kann wohl schwerlich der Teufel seyn; und daß in alten unbewohnten Häusern Gespenster = Rollen gespielt werden, hat einen ganz andern Grund, als der Verfasser hier angiebt. Denn in neuen und bewohnten Häusern würde man die Betrügereyen derer, che sich die Furchtsamkeit und den Aberglauben des grossen Haufens zur Erreichung ihrer Absichten zu Nutze machen, gar zu leicht entdecken können. E.

Harmonie und die gute Uebereinstimmung zuwider sind, erkennet man deutlich an dem, was uns die heilige Schrift sagt, daß nämlich, sobaldDavid seine Harfe ergriffen, der Teufel geflohen, und aus dem Körper des Sauls gewichen ist. Obgleich dieses seinen besondern Sinn hat, so glaube ich gleichwohl mit Grunde daraus schliessen zu können, daß der Teufel natürlicher Weise ein Feind der Musik sey, und sie durchaus nicht leiden könne. Das Jsraelitische Volk muß dieses schon aus der Erfahrung gewußt haben, wie man aus der Rede der Bedienten des Sauls sieht: Siehe, ein böser Geist von GOtt macht dich sehr unruhig; unser Herr sage seinen Knechten, die vor ihm stehen, daß sie einen Mann suchen, der auf der Harfen wohl spielen könne; auf daß, wenn der böse Geist GOttes über dich kömmt, er mit seiner Hand spiele, daß es besser mit dir werde. Es giebt also allerdings Worte und Beschwörungen, welche den Teufel zittern machen, und ihn aus dem Orte, den er sich zu seinem Aufenthalte erwählt hatte, treiben, damit er sie nur nicht hören möge. Von dem Salomo erzählt Josephus in dem achten Buche seiner jüdischen Heiligthümer, daß er gewisse Beschwörungsformeln schriftlich hinterlassen hätte, welche den Teufel nicht nur austrieben, sondern auch verhinderten, daß er jemals wieder in den Körper fahren könne, aus dem er einmal sey getrieben worden. Gleichfalls soll Salomo die Wurzel gewiesen haben, deren Geruch dem Teufel so entsetzlich ist, daß er, wenn sie dem Besessenen nur an die Nase gehalten wird, sogleich ausfähret. †) Dieser Geist liebt das Finstere und Unreine so sehr, und ist ein solcher Feind von aller Reinigkeit, Freude und Klarheit, daß als JEsus, wie uns Matthäus erzählt, in die Gegend der Gergesener kam, ihm zwey Besessene, die in zwey todte Körper gefahren waren, welche sie aus den Gräbern gerissen hatten, entgegen rannten, und schryen:JEsu, du Sohn GOttes, was haben wir mit dir zu thun? Bist du hergekommen, uns zu quälen, ehe denn es Zeit ist? Willst du uns austreiben, so erlaube uns in die Heerde Säue zu fahren. Ueberhaupt nennt die Schrift die Teufel unreine Geister. Und nunmehr erhellet ganz deutlich, daß nicht nur die vernünftige Seele, wenn sie den Körper regieren, der Grund von allen seinen Handlungen seyn, und in ihm, als in einer für sie bequemen Wohnung bleiben soll, gewisse körperliche Beschaffenheiten braucht; sondern daß auch die Teufel, die ihrem Wesen nach weit vollkommener sind, gewisse körperli=

†) Diese Mährchen brauchen wohl heut zu Tage keine Widerlegung. E.

che Beschaffenheiten verabscheuen, andre aber ungemein wohl leiden können. Der Schluß des Galenus ist also der beste nicht, wenn er behauptet: ein hitziges Fieber kann die vernünftige Seele aus dem Leibe verjagen; folglich muß sie vergänglich seyn. Mit dem Teufel, wie wir bewiesen haben, verhält es sich eben so, und gleichwohl ist er nicht sterblich.


14 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Plato geht einen andern Weg, und kömmt der Wahrheit näher. GOtt ist zwar ewig, spricht er; er ist allmächtig und von einer unendlichen Weisheit; gleichwohl bezeugt er sich

*) βιβλ. ὁτι τα της ψυχης ἠθη.

in seinen Werken als eine natürlich wirkende Ursache, und unterwirft sich den Umständen der vier Hauptbeschaffenheiten, so, daß er, wenn er einen weisen und ihm gleichenden Mann erschaffen will, nothwendig den allergemässigsten Ort in der ganzen Welt darzu aussuchen muß, wo weder die Wärme der Luft die Kälte, noch die Feuchtigkeit die Trockenheit übersteigt. Ατεοὐν φιλοπολεμος τε και φιλοσοφος ἡ θεοςοὐσα, τον προσφερεϛατους ἀυτῃ μελλοντα οἰσειν τοπον ἀνδρας τουτον ἐκλεjαμενη,πρωτον κατωκισεν. Wenn GOtt also wollte, daß in Scythien, oder in sonst einer ungemässigten Gegend ein weiser Mann sollte gebohren werden, so müßte er nothwendig seine Allmacht dabey anwenden, oder es würde ein Narre daraus werden; weil ihm die ersten Hauptbeschaffenheiten zuwider sind. Aus diesen allen aber zieht Plato nichts weniger als den Schluß, welchen Galenus daraus ziehen müßte, daß GOtt nämlich veränderlich und vergänglich sey, weil die Wärme und die Kälte seine Werke einschränken. Auf eben diese Weise nun muß man auch bey der vernünftigen Seele verfahren, wenn sie das allzuhitzige Gehirn weise und klug zu seyn verhindert, und muß daraus nicht schliessen, daß sie deswegen vergänglich und sterblich seyn müsse. Daß sie aber aus dem Körper geht, und die tödtliche Hitze des Fiebers, oder andere Zufälle, welche dem Menschen das Leben kosten, nicht ertragen kann; dieses bewei set nur so viel, daß sie die thätige und selbstständige Form des menschlichen Körpers ist; daß ihr, so lange sie in demselben bleibt, gewisse Beschaffenheiten des Körpers, die sich zu ihrem Wesen schicken, unumgänglich nothwendig sind; daß die Werkzeuge, mit welchen sie wirkt, wohl gebauet, nicht verstümmelt, und von dem gehörigen Temperamente seyn müssen, welches ihreHandlungen erfordern, und daß sie, wenn dieses nicht ist, nothwendig irren, oder sich gar von dem Körper absondern muß. Der Fehler des Galenus liegt darinnen, daß er es aus Gründen der natürlichen Weltweisheit ausmachen will, ob die vernünftige Seele, wenn sie keinen Körper mehr hat, gleich untergehe oder nicht; da dieses doch eine Frage ist, welche in eine weit höhere Wissenschaft gehört, und weit gewissere Gründe erfordert. Aus dieser nun wollen wir es beweisen, daß seine Einwürfe sehr schwach sind, und daß er ganz falsch geschlossen hat, die vernünftige Seele müsse vergänglich seyn, weil sie bey gewissen Beschaffenheiten des Körpers in dem Körper bleibt, bey den entgegengesetzten Beschaffenheiten aber ihn verläßt. Der Beweis wird uns nicht schwer fallen, weil es sogar weit vollkommenere geistige Wesen giebt, als die vernünftige Seele ist, die sich Oerter von gewissen körperlichen Beschaffenheiten erwählen, wo sie mit Vergnügen zu wohnen scheinen, diese Oerter aber sogleich verlassen, wenn sie andere körperliche Beschaffenheiten, die sie nicht vertragen können, annehmen. Sogar in dem menschlichen Körper giebt es gewisse Beschaffenheiten, auf welche der Teufel so begierig ist, daß er in denjenigen Menschen fährt, in welchen sie sich befinden, und ihn zu einem Besessenen macht: sobald aber diese Beschaffenheiten durch widrige Arzneymittel verändert, oder vernichtet werden, sobald man die schwarzen, faulen, und stinkenden Säfte aus dem Körper geschaft hat, so fährt er natürlicher Weise von selbst aus. Die Erfahrung lehrt es uns auch sonst deutlich genug; zum Beyspiel, in ein grosses, altes, dunkles, feuchtes und übelriechendes Haus, in welchem sich Diebe und Mörder verstecken können, gewöhnen sich Gespenste; sobald man aber den Ort reiniget, und die Fenster alle öfnet, damit der Tag und die Sonne überall hin kann, sogleich machen sie sich wieder fort, besonders, wenn viel Leute darinnen wohnen, wenn viel Lustbarkeiten und Zeitvertreibe darinnen angestellt werden, und viel Musik dabey ertönet. †) Wie sehr dem Teufel aber die

†) Hier geräth Herr Huart ein bischen zu tief in die Rockenphilosophie. Was sich durch Hülfe einer Purganz aus dem Leibe schaffen läßt, kann wohl schwerlich der Teufel seyn; und daß in alten unbewohnten Häusern Gespenster = Rollen gespielt werden, hat einen ganz andern Grund, als der Verfasser hier angiebt. Denn in neuen und bewohnten Häusern würde man die Betrügereyen derer, che sich die Furchtsamkeit und den Aberglauben des grossen Haufens zur Erreichung ihrer Absichten zu Nutze machen, gar zu leicht entdecken können. E.

Harmonie und die gute Uebereinstimmung zuwider sind, erkennet man deutlich an dem, was uns die heilige Schrift sagt, daß nämlich, sobaldDavid seine Harfe ergriffen, der Teufel geflohen, und aus dem Körper des Sauls gewichen ist. Obgleich dieses seinen besondern Sinn hat, so glaube ich gleichwohl mit Grunde daraus schliessen zu können, daß der Teufel natürlicher Weise ein Feind der Musik sey, und sie durchaus nicht leiden könne. Das Jsraelitische Volk muß dieses schon aus der Erfahrung gewußt haben, wie man aus der Rede der Bedienten des Sauls sieht: Siehe, ein böser Geist von GOtt macht dich sehr unruhig; unser Herr sage seinen Knechten, die vor ihm stehen, daß sie einen Mann suchen, der auf der Harfen wohl spielen könne; auf daß, wenn der böse Geist GOttes über dich kömmt, er mit seiner Hand spiele, daß es besser mit dir werde. Es giebt also allerdings Worte und Beschwörungen, welche den Teufel zittern machen, und ihn aus dem Orte, den er sich zu seinem Aufenthalte erwählt hatte, treiben, damit er sie nur nicht hören möge. Von dem Salomo erzählt Josephus in dem achten Buche seiner jüdischen Heiligthümer, daß er gewisse Beschwörungsformeln schriftlich hinterlassen hätte, welche den Teufel nicht nur austrieben, sondern auch verhinderten, daß er jemals wieder in den Körper fahren könne, aus dem er einmal sey getrieben worden. Gleichfalls soll Salomo die Wurzel gewiesen haben, deren Geruch dem Teufel so entsetzlich ist, daß er, wenn sie dem Besessenen nur an die Nase gehalten wird, sogleich ausfähret. †) Dieser Geist liebt das Finstere und Unreine so sehr, und ist ein solcher Feind von aller Reinigkeit, Freude und Klarheit, daß als JEsus, wie uns Matthäus erzählt, in die Gegend der Gergesener kam, ihm zwey Besessene, die in zwey todte Körper gefahren waren, welche sie aus den Gräbern gerissen hatten, entgegen rannten, und schryen:JEsu, du Sohn GOttes, was haben wir mit dir zu thun? Bist du hergekommen, uns zu quälen, ehe denn es Zeit ist? Willst du uns austreiben, so erlaube uns in die Heerde Säue zu fahren. Ueberhaupt nennt die Schrift die Teufel unreine Geister. Und nunmehr erhellet ganz deutlich, daß nicht nur die vernünftige Seele, wenn sie den Körper regieren, der Grund von allen seinen Handlungen seyn, und in ihm, als in einer für sie bequemen Wohnung bleiben soll, gewisse körperliche Beschaffenheiten braucht; sondern daß auch die Teufel, die ihrem Wesen nach weit vollkommener sind, gewisse körperli=

†) Diese Mährchen brauchen wohl heut zu Tage keine Widerlegung. E.

che Beschaffenheiten verabscheuen, andre aber ungemein wohl leiden können. Der Schluß des Galenus ist also der beste nicht, wenn er behauptet: ein hitziges Fieber kann die vernünftige Seele aus dem Leibe verjagen; folglich muß sie vergänglich seyn. Mit dem Teufel, wie wir bewiesen haben, verhält es sich eben so, und gleichwohl ist er nicht sterblich.


15 - Johann Huart's Prüfung der Köpfe zu den Wissenschaften /

Jch wenigstens kann es ganz wohl begreifen, daß die vernünftige Seele, wenn sie von dem Körper abgesondert ist, sowohl als der Teufel, die Kraft zu sehen, zu hören, zu riechen und zu fühlen haben müsse. Jch kann es auch gar leicht beweisen: denn wenn es wahr ist, daß man die Vermögenheit aus den Wirkungen erkennt, so muß der Teufel nothwendig das Vermögen, zu riechen, haben, weil er die Wurzel riechen konnte, welche Salomo den Besessenen an die Nase halten ließ; †) er muß auch das Vermögen zu hören haben, weil er die Musik hörte, welche David dem Saul machte. Wollte man aber sagen, der Teufel habe die Musik und den Geruch mit dem Verstande empfunden; so würde man etwas sagen, was man nach den Lehrsätzen der gemeinen Weltweisen nicht behaupten kann, weil der Verstand etwas geistiges ist, die

†) Dieser Beweis, welcher sich auf das schon oben angeführte Histörchen gründet, daß Salomo den Teufel aus den Besessenen durch den Geruch einer Wurzel vertrieben habe, möchte wohl den Probierstein der Vernunftlehre nicht aushalten. E.

Gegenstände der fünf Sinne aber körperlich sind, †) und man also an der vernünftigen Seele und an dem Teufel andere Kräfte aufsuchen müßte, mit welchen sie übereinkommen können. Wo nicht, so laßt uns einmal den Fall setzen, die Seele des reichen Geitzhalses habe es von dem Abraham endlich erlangt, daß Lazarus wieder in die Welt geschickt würde, seinen Brüdern die Tugend zu predigen, und sie zu bekehren, damit sie nicht auch an den Ort der Quaal kommen möchten, wo sich der Reiche befand. Wie würde sich wohl Lazarus, frage ich nunmehr, in die Stadt und in ihr Haus gefunden haben? Wie hätte er sie, wenn er sie auf der Gasse in Gesellschaft anderer angetroffen hätte, an dem Gesichte erkennen, und von den andern, welche mit ihnen giengen, unterscheiden können? Würde er wohl, wenn ihn die Brüder des Reichen gefragt hätten, wer er wäre, und wer ihn sende, das Vermögen gehabt haben, ihre Worte zu vernehmen? Eben dieses kann man von dem Teufel fragen, als er Christo unserm Erlöser nachfolgte, ihn predigen hörte, seine Wunder mit ansah, und mit ihm den Streit in der Wüsten

†) Der Verfasser scheint hier die sinnlichen Gegenstände, die man empfindet, mit den sinnlichen Empfindungen selbst, d. i. mit den Vorstellungen dieser Gegenstände in unsrer Seele, zu verwechseln, und also nicht daran zu gedenken, daß die sinnlichen Empfindungen eben so geistiger Natur sind, als der Verstand. E.

hatte. Mit was für Ohren vernahm der Teufel damals die Rede und Antwort, die ihm JEsus ertheilte?